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Diálogo abierto con el presidente Danilo Medina

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Por: Rafael A. Escotto

 

Muchas veces cuando observamos desde el planeta Tierra la grandeza y la luminosidad de la Luna se nos hace impensable que siendo lo que es ese satélite este no sea capaz de autoproducir una refracción para redirigir su propia luz. ¿Quién podría interpretar esta acrobacia lingüística en una época en donde la propia lengua no entiende a sus hablantes y al hablar desfiguran su hermosa morfología? Es como si viéramos la preciosa figura de una mujer deformada con repugnantes tatuajes.

Leo el periódico español El País, fechado 7 de febrero de 2020, y me encuentro con un trabajo del periodista español Javier Rodríguez Marcos titulado «Steiner no era demasiado estúpido». Dice Rodríguez Marcos: «Steiner, en efecto, no tenía nada de tonto». Para vivir en el país en el que vivimos —en el que no se sabe si vivimos o si sufrimos de parasitosis política— estamos obligados a laxarnos y expulsar del ambiente las sanguijuelas políticas que han transformado la sociedad en un lugar invivible.

Tomo de pretexto para este diálogo casi tan astral como real, una afirmación del filósofo, novelista, poeta y ensayista francoamericano George Steiner, quien creía en la excelencia y en la pedagogía social; frente a este sentimiento tan entronizado en el profesor de literatura comparada en la Universidad de Ginebra, miembro además de la Universidad de Oxford, Inglaterra, y profesor de poesía en la Universidad de Harvard, Estados Unidos. Me pregunto si sería fructífero o no para el país inventar una conversación abierta con el presidente Danilo Medina Sánchez antes de que este político excepcional, en una isla bananera y recelosa, se nos vaya sin hablar de sus experiencias.

Tardíamente pienso si debíamos haber construido antes una serie de diálogos igual con los expresidentes Joaquín Balaguer, Antonio Guzmán Fernández y Salvador Jorge Blanco, no obstante no se nos ocurrió por estar ocupado en otros menesteres intelectuales y profesionales fuera del país. Olvidémonos de lo que no pudimos realizar y hagamos este diálogo provechoso para el acervo cultural, psicológico y político de los ciudadanos que creemos en la excelencia y en que todo desde el poder no es necesariamente perverso.

Si hacemos una introspección y bajamos al centro de la naturaleza de algunos dominicanos es posible que alguien diga que los sujetos están afectados de una falta de solidaridad y de desmemoria, o sea, que no registran ni recuerdan deberes ni honran obligaciones. Hay otros ingredientes del cual se habla con pretendida exactitud, es la falta de firmeza o de solidez en el dominicano en sus razonamientos y compromisos. Habría que ahondar más en la socioantropología para conocer las causas de este comportamiento.

Este diálogo metafórico con el presidente Medina tiene como objetivo conocer del presidente algunas sensibilidades o desengaños que pudieran albergarse en este hombre a su paso por la presidencia de la República y qué experiencias valiosas podría extraerse de esta conversación con el pueblo sobre cosas  que puedan contarse y ser útil a la comunidad política en general.

RAE: Señor presidente, gracias por concedernos este diálogo con el pueblo desde la Antártida. Presidente, ¿usted cree en la excelencia del ser humano para poder llevar a cabo grandes compromisos sociales, económicos, políticos y morales?

DM: Yo pienso que debe haber una disposición o voluntad interior bien marcada en el hombre para poder realizar grandes empresas. La excelencia exige desprendimiento y generosidad. Aprendí de mis lecturas de la Biblia que el alma generosa será prosperada.

RAE: En los años que lleva usted en política y luego como jefe de Estado, ¿cree usted que en la República Dominicana se premia la excelencia?

DM: Mire, la excelencia es una materia que le exige mucho a quien la práctica. Es una virtud que tiene sus críticos en cualquier sociedad, porque con frecuencia se suele confundir con meritocracia. Mi mamá, doña Amelia Sánchez, es una mujer muy religiosa y recuerdo que me decía: «El que da semilla al que siembra y pan al que come proveerá y multiplicará vuestra sementera y aumentará los frutos de vuestra justicia». Yo me considero un abanderado de ese extraordinario pensamiento.

RAE: ¿Considera usted que las «visitas sorpresas» pudieran valorarse como un acto de generosidad o cómo las calificaría usted?

DM: No puedo negar que a la vez que las «visitas sorpresas» son acciones económicas y políticas de desarrollo de determinadas colectividades productivas cualquier gobierno que la promueva y garantice su efectividad está aplicando una medida buena y juiciosa, como lo ha venido haciendo mi gobierno, y si alguna vez tengo que recurrir a esta grandiosa idea —grandiosa por lo que tiene de positivo— no dudaría en volverlo a intentar.

RAE: Presidente, usted sabe que el pueblo dominicano es la clase de ciudadano que es fácilmente influenciable. Como expresé en la introducción de esta entrevista este pueblo actúa emocionalmente y por influjo de terceras personas. Todo depende igualmente de la oferta para que asome la deslealtad. Lo malvado de la ingratitud es que esconde su infamia. ¿Qué piensa usted sobre la lealtad o deslealtad?

DM: Aunque hay experiencias de deslealtades políticas recientes me resisto aceptar que el pueblo dominicano sea desleal. Si examinamos la empresa privada vamos a encontrar ingratitudes en ella, inclusive en las iglesias cristianas y en las fuerzas armadas, donde se supone que existe un régimen disciplinario y de obediencia estricto, pueden aparecer brotes esporádicos de insumisión. Yo creo que el dominicano tiene una frustración muy grande porque nosotros los políticos no hemos cumplido con nuestra responsabilidad social, aunque hemos hecho esfuerzos positivos en este sentido.

RAE: ¿Alguna frustración, señor presidente?

DM: Siempre hay algo de eso y de otras cosas. Yo creo que cuando al país le llegue su momento de reflexión y pase balance a lo que hemos hecho a lo largo de nuestra carrera política y deje de oír fake news, falsedades o las mentiras que se tejen contra la labor de los presidentes la valoración será positiva a nuestro favor. Estoy seguro de eso, créame.

RAE: ¿El presidente Medina Sánchez duerme tranquilo?

DM: Cuando uno está consciente que ha hecho lo que las circunstancias han permitido, se duerme tranquilo. El país hoy no es el mismo de hace unos años atrás. El progreso, la prosperidad y el bienestar social y económico que se disfruta es sorprendente cuando se hacen las comparaciones con otras naciones del área. Hemos sacado a miles de dominicanos de la pobreza extrema. Personas que antes no tenían techo hoy tienen su apartamento hecho por el Estado. Las expectativas de este pueblo —quiérase o no aceptarlo— son distintas, la motivación de que es posible alcanzar el sueño dominicano ha dejado de ser una ilusión.

RAE: Señor presidente, en todas partes se habla de la corrupción de Estado; se oyen voces y es notorio el enriquecimiento de algunos miembros de su partido. ¿Qué tiene usted que decir al respecto? ¿No le hace pensar que puede haber consecuencia después que usted deje el poder?

DM: Mire, la corrupción es un mal peligroso en cualquier contexto social y político; mientras un pequeño grupo de personas se enriquece abusando del poder a expensa de los demás se rompe el equilibrio de la justicia social y de la justicia distributiva en la sociedad. En mi gobierno hemos desarrollado mecanismos para controlar los excesos de las ambiciones humanas a transgredir las normas legales y los principios éticos. Cuando hemos detectado algún intento de corrupción hemos actuado prontamente para corregir la tentativa.

RAE: Por ejemplo, señor presidente, el Estado necesita de un proveedor de papelería, por lo que varias empresas licitan para quedarse con el contrato, sin embargo, el encargado de la selección es pariente de uno de los aspirantes, por lo tanto, la licitación la ganará el familiar. A su gobierno se le ha atribuido corrupción, sin aportar pruebas. ¿Qué tiene usted que decirle al pueblo dominicano sobre los mecanismos anticorrupción aplicados por su gobierno y si estos, de existir algunos, han sido efectivos?

DM: Las licitaciones del Estado son publicadas en las redes y todos los potenciales proveedores tienen acceso a participar y hacer sus propuestas libre y abiertamente para evitar la corrupción y los privilegios. Eso se llama transparencia. Ningún gobierno anterior había tratado de enfrentar esta situación.

RAE: La oposición política insiste que en su gobierno hay funcionarios corruptos, inclusive se han mencionado nombres. Usted ha enfatizado lo contrario a esa alusión. ¿Puede usted elaborar sobre este alegato de sus opositores políticos?

DM: Si la oposición tiene la certeza de algún funcionario que esté cometiendo alguna ilicitud lo invito a que formulen la denuncia y yo seré el primero, después de comprobado lo que se alega, en destituir al  uncionario y someterlo a la acción de la justicia. Mire, esas son cuestiones que se dicen al calor de las campañas electorales para impresionar al electorado cuando la oposición no encuentra de qué otra cosa agarrarse.

RAE: Presidente, la oposición alega que la producción agrícola y de bienes exportables han disminuido ¿Qué hay de cierto en eso?

DM: El intercambio comercial entre República Dominicana y el mundo ascendió a US$20,314.7 millones entre enero y agosto de 2019, registrando un aumento relativo de un 2% en comparación con el mismo período de 2018. Las exportaciones representan una de las fuentes que más ingresos aportan a República Dominicana. A agosto de este año el valor de las exportaciones fue de US$6,596.9 millones, según los datos de la Dirección General de Aduanas (DGA). Yo creo que el país está bien y nuestra economía también.

RAE: Presidente, se oye en boca de la oposición que el bonogas, bonoluz, el seguro Senasa fue una creación suya para proteger únicamente a los peledeistas. ¿Es cierto eso?

DM: Ese es un magnifico programa de solidaridad diseñado por el expresidente Fernández y aprobado por el comité político del partido para los pobres de este país, que beneficia a todo aquel que necesita ayuda. Ese programa se manejó sin politiquería y con suma transparencia y escrupulosidad. El ex vicepresidente Rafael Alburquerque, del gobierno del expresidente Leonel Fernández, tuvo la conducción originalmente del proyecto y cuando fui electo presidente mi gobierno lo asumió.

Cuando yo oigo a algunos políticos de la oposición diciendo que si suben al poder van a eliminar este programa alegando que la democracia está secuestrada por los programas asistenciales que desarrolla el Gobierno y, al mismo tiempo, le piden a quienes reciben en los barrios pobres los beneficios de este programa, que voten a su favor, lo que están pidiéndole a los pobres es que se suiciden. Eso yo no lo voy a hacer ni creo que ningún miembro del PLD lo va a permitir.

RAE: Presidente, se ha estado hablando en círculos políticos de que entre usted y el expresidente Fernández existe una desavenencia política insalvable. ¿Qué tiene usted que decir con respecto a ese comentario?

DM: Mire, entre el expresidente Leonel Fernández y yo existen diferencias de enfoque, pero mi amistad es una cosa distinta que debería de ir más allá de la política. Nos podemos reunir cuantas veces él o yo consideremos o que los intereses de la nación lo requirieren. Nosotros compartimos muchas coincidencias ideológicas, afinidad que yo no podría decir que pueda existir entre el expresidente Fernández y ningún otro candidato de la oposición.

La supuesta enemista entre Leonel Fernández y yo es mucho menor que la diferencia que hubo entre el general Patton y Eisenhower. Entre ambos militares hubo luchas que parecieron interminables, sin embargo, ambos tenían sus batallones propios. Toda esa lucha solo fue el fruto del ingenio novelístico de Alfred Hitchcock.

RAE: ¿Usted ve la posibilidad futura de que el expresidente Fernández se reintegre al PLD?

DM: ¡Por qué no! El expresidente Fernández sigue siendo tan peledeista como Temístocles Montás, Felucho Jiménez, Gutiérrez Félix o Gonzalo Castillo. Lo que pasa en el PLD puede suceder en las mejores familias del país. Son problemas de intereses políticos que se pueden subsanar con el tiempo.

RAE: Presidente, cuando uno oye al expresidente Fernandez Reyna expresarse en esta campaña electoral da a entender que él es el opositor más encarnizado o duro contra el PLD, el partido político que le dió a él la presidencia en varias ocasiones y lo convirtió en líder político. ¿A qué cree usted que se debe esa actitud tan implacable contra el partido que él presidió durante veinte años?

DM: Esa pregunta habria que hacersela al expresidente Fernández. Sin embargo, se me ocurre una reflexión: las campañas politicas electorales se parecen a las guerras. El deseo de triunfar excita las pasiones y convierte a los contendores de ambos lados en hombres bravios, en hombres desbocados, en combatientes insensatos y feroces, en individuos agobiados por el estrés de la contienda y por las ansias de poder. Algunos politicos deben aprender de la frase del escritor ruso  Leon Tolstoy quien fue nominado varias veces para el Premio Nóbel de Literatura y para el Premio de la Paz: Los dos guerreros más importantes son la paciencia y el tiempo.

RAE: ¿Quién ganará las elecciones en 2020?

DM: No cabe duda que Gonzalo Castillo. Para que a usted no le quepa la menor duda observe de esto, la oposición y nosotros tenemos los verdaderos números y el posicionamiento real de cada partido en estas elecciones. Existen encuestas para trabajar el sentimiento triunfalista de los electores manipulando datos y otras que no salen a la luz pública que reflejan la verdadera realidad de los particos contendores.

RAE: Presidente, tengo una curiosidad que no puedo dejar sin preguntarle: ¿Por qué cree usted tan firmemente que Gonzalo Castillo ganará la elecciones en 2020?

DM: !Tiene agallas!, de otra manera un hijo de un barbero en una sociedad que pretende hipócritamente ser clasista no hubiese trinfado como empresario. Gonzalo, aunque algunos no lo crean, es un joven de grandes decisiones. Recuerdo una ocasión que oí en boca de Mahammad Ali esta palabra que me hizo recordar a Gonzalo Castillo: El que no tiene el coraje suficiente para tomar riesgos no conseguirá nada en la vida.

RAE: Presidente, volviendo un poco al bonogas y al bonoluz, ¿es cierto que ese programa de asistencia social fue sugerido por técnico de la sociedad civil, que es más bien un partido político disfrazado de sociedad civil?

DM: Ese es un programa tan bueno que otros países lo están implementando. No es un programa politiquero como se quiere hacer ver. Es un programa humano hecho por personas humanas para llevarle alivio a los que menos tienen.

RAE: Señor presidente, le pregunto a usted de cara al país que lo está viendo y oyendo: ¿cómo es posible que un programa sea bueno cuando se está en el poder y malo cuando se está en la oposición habiéndolo sugerido y creado los propios que lo critican desde el litoral de la oposición?

DM: Como dice el proverbio: una cosa es con guitarra y otra con violín.

RAE: ¿Es cierto o no presidente que muchos de esos técnicos que están hoy en la oposición cobran en su gobierno y cobran también en organismos internacionales?

DM: No tengo conocimiento de eso, pero usted ha oído hablar alguna vez de la doble moral.

RAE: Señor presidente, se ha estado hablando con insistencia en cirulos nacionalistas de una posible fusión con Haití. Porque se ve que la fuerte migración de ciudadanos haitianos no puede ser más profusa o abundante que ahora. ¿Cuál es su opinión sobre este candente y preocupante tema inmigratorio?

DM: Nuestro país tiene una larga tradición de solidaridad con los refugiados de cualquier otro país. Para nadie es un secreto que hace más de setenta y cinco años que les dimos albergue a los refugiados judíos en Sosua cuando ninguna otra nación quería darle amparo. En una época que era difícil encontrar oportunidades de salvación para los judíos de Europa el gobierno de la República Dominicana se ofreció a recibir miles de judíos. Y hoy son nuestros mejores amigos. Mi gobierno ha sido cauteloso con la migración haitiana sobre territorio dominicano y continuará siéndolo siempre apegado a lo que establece la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados y asimismo tomando primero en consideración nuestras particulares posibilidades económicas, territoriales y las cuestiones de seguridad nacional y fronteriza.

RAE: A propósito presidente, ¿a qué se dedicará usted después que salga de la presidencia?

DM: Retirarme a mi casa a descansar por breve tiempo, leer algunos libros sobre sociología política y literatura y tal vez escribir mis memorias.

RAE: ¿Qué libro de sociología política le gustaría leer?

DM: «El conocimiento sociológico y la sociología política», del escritor mexicano Jorge F. Hernández, siguiendo un comentario del escritor y político francés Marcel Prélot, quien aseguró en su obra Historia de las ideas políticas, que el conocimiento ordenado y sistemático del Estado tuvo sus orígenes en los griegos, quienes fueron a su vez los fundadores de la política y, naturalmente, uno de sus cuentos: La niña y la flor. Me dijiste, fuera de cámara, que estabas escribiendo una novela, «Romance en el expreso de Washington». Te felicito de antemano, es un título que me sabe a cine norteamericano.

RAE: Señor presidente el país y yo le agradecemos profundamente que haya permitido este interesante diálogo. Pudimos aclarar algunas cosas y quizás en otra ocasión podríamos conversar sobre otros tópicos de interés nacional. Gracias señor presidente por su gentileza y por la amabilidad de aceptar dialogar con el pueblo dominicano.

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