Por: José Ricardo Taveras Blanco.
La embajada americana y todas las agencias del Estado norteamericano, al igual que todo centro de poder son un objetivo sistemático del chisme y la manipulación generalmente planificada, de eso no tengan dudas, lo sé porque he visto que al igual que en palacio le hacen anillos a los presidentes, a la principal de las embajadas también le tienen el suyo. En el caso específico del Departamento de Estado, las embajadas y las agencias que se cobijan bajo su manto, al igual que todo aparato diplomático y de inteligencia tienen el deber de reportar a sus cancillerías los informes sobre todas las versiones concurrentes sobre eventos de interés.
La desclasificación masiva de los documentos acontecida recientemente en USA va a sacar a la luz mucha información de todas las agencias, sin embargo, eso no significa que todo lo que salga de ahí sea cierto, si no son constataciones fehacientemente levantadas, de inteligencia avalada o de cualquier modo irrebatible, muchas de las cosas que veremos serán versión de partes, inferencias, especulaciones, rumores y hasta reportes puestos al servicio de intereses, de manera que debemos ser cautos con asumir chismes, que por muy diplomáticos que fueren, no siempre son verdades irrebatibles, al contrario.
Digo esto porque no es justo que se asuma la penosa versión que se viene tejiendo sobre la memoria de Don Antonio de la Maza, la misma derriba la conducta de una vida ampliamente acreditada como decente y de un contexto familiar en el que el honor siempre ha tenido un valor céntrico, defendible hasta con la vida todas las veces que fue necesario, razón suficiente como para que sea sometida a un riguroso estudio por parte de historiadores y expertos. En este caso, más importante que la información es de donde vino y a través de quien, para comenzar y así poder determinar qué intereses la pudieron motorizar y con qué objetivo, sin dejar de observar que la Comisión Nacional de Efemérides Patrias publicó el libro “Esa Última Semana” de la autoría de la señora Annie C. Read Cabral, hermana del Dr. Dr. Robert Read Cabral, en el cual narra desde la intimidad familiar la vida de su hermano y todos los eventos acontecidos antes y durante la estadía de los héroes en la casa de su hermano y en el que por ningún lado se le da asidero a la perversa versión que se viene aireando, con la cual también se abren las heridas de esa familia todas las veces que se da crédito a un reporte por el simple hecho de ser una nota del FBI, sin asidero ni fundamento alguno.
Los paradigmas sociales e históricos por demás no se andan descuartizando así por que si, si cometieron errores, por supuesto que deben ser objeto de valoración integral porque no se trata de la historia de los ángeles, pero asumir versión de partes o de testimonios sin valor histórico para lapidarlos no es sano para ninguna sociedad, una sociedad sin figuras emblemáticas en las cuales mirarse es como un camino profundamente oscuro sin luz.