Por Andrés Bonilla.
La donación entre vivos es un acto por el cual el donante se desprende actual e irrevocablemente de la cosa donada a favor del donatario, según consta en el artículo 894 del Código Civil de la República Dominicana.
Con relación a la venta, la definición con mayor soporte jurídico establece que es un contrato por el cual una persona, denominada vendedor, transmite un derecho de propiedad a otra, denominada comprador, quien se obliga a pagar por dicha propiedad un precio cierto, en dinero o especie que lo represente.
Ambos modalidades se han convertido en una práctica común en el quehacer político nacional actual, sobre-todo, en los partidos donde las expectativas de triunfo son prácticamente nulas porque que sus altos dirigentes no inspiran confianza en la población que en cada proceso acude a las urnas a elegir sus autoridades.
Un ejemplo palpable es el caso de la Fuerza del Pueblo (FP), antiguo Partido de los Trabajadores Dominicanos, organización que fue donada o presuntamente vendida al expresidente de la República Leonel Fernández, donde precisamente la donación de candidaturas para las elecciones del 2024 son un denominador común en las distintas demarcaciones.
La conformación de la boleta municipal y congresual de esa entidad, tanto en el Distrito Nacional como en Santiago y otros puntos de la geografía permanece en el limbo, pues las ofertas y maniobras en dicha modalidad, no han resultado atractivas para sus dirigentes y miembros.
En la DN hay un doble tranque y el primero tiene su origen en el hecho de que el empresario Rafael Paz, quien abandonó el Partido de la Liberación Dominicana para refugiarse en la FP, donde esperaba un crecimiento mayor para asumir la candidatura a senador, se encuentra con la realidad de que Fernandez se la había “donado” al inconforme y polémico Vinicio Castillo Semán, quien ya aspiró a esa posición y cuyo desempeño fue insignificante.
En segundo lugar, lo que sí está disponible en la referida plaza electoral, a modo de venta o donación es la candidatura a la alcaldía, pues todos en el partido verde temen enfrentarse al Partido Revolucionario Moderno, a pesar de que el oficialismo no ha definido su oferta para el proceso programado para el 18 de febrero del próximo año.
En el caso de Santiago, inútiles han sido los esfuerzos de la dirección nacional de la Fuerza del Pueblo por convencer a figuras emblemáticas como José Augusto Izquierdo, Hamlet Otánez y Raúl Martínez para que acepten candidaturas congresuales y municipales, pues ellos no quieren cargar con la derrota, con el peso político y el peso económico que contempla una campaña.
Contrario a lo que sucede con la ex-diputada Altagracia González quien anda mañana, tarde y noche detrás de ser candidata a la senaduría de esta provincia, el profesor Izquierdo, el ingeniero Otánez y el abogado Martínez han declinado asumirla, actitud que es atribuida al poco repunte que ha tenido su partido en la segunda plaza política más importante de la República Dominicana.
Ante tal panorama la dirección de la entidad opositora le propuso al ingeniero Silvio Dirán encabezar la boleta municipal en el año 2024, el cual sin pensarlo dos veces para aceptar redactó una carta y se la envió a Danilo Medina y a Charlie Mariotti y salió del Partido de la Liberación Dominicana, en cuya organización llegó alcanzar la condición de miembros del Comité Central.
Sin embargo, Durán, un exitoso profesional de la ingeniería civil está considerando dar marcha atrás, ya que la misma conlleva el compromiso de financiar la campaña de los demás candidatos en la comunidades bajo su competencia, y él no quiere ver “languidecer” su fortuna, obtenida sobre la base del trabajo tesonero.
Más que un caramelo envenenado, el ingeniero Silvio Durán ha recibido, de parte del presidente y otros “líderes” de la Fuerza del Pueblo una venta “disfrazada”, donde las posibilidades de salir con éxitos en las próximas elecciones son sumamente remotas.
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