Destacadas

ECO DESDE EL MONUMENTO: El 1º de Enero nace al canto del gallo

• Bookmarks: 19


Por: Rafael A. Escotto

 

Observé un 1º de enero despuntar alegre sobre la Sierra azul de San José de las Matas. El alba también nacía mojando con el rocío el verde prado. Unos rayos de sol color algodón filtrábanse  sigilosos por entre nubes níveas con una sonrisa a flor de labios de niño recién nacido.

Aquella primera mañana de año nuevo dos mil veintidós (2022) sentíase una suave brisa que traía en su soplo un frío tenue que tocaba nuestra piel con agrado, haciendo de aquel día entre montañas erguidas y pinares gigantescos que casi besaban con sus copas florecidas aquel cielo inmensamente añil, color a fiesta y a esperanza.

En la medida que aquella mañana avanzaba y se abría paso lentamente, los rayos del sol se tornaban de blanco a un color amarillento plateado dándole a las hojas de los árboles del bosque de pinos y de cipreses un brillo hermosísimo que rivalizaba con el oro de los ríos que corren surcando con sus torrentes vertiginosos y cristalino las laderas.

Toda aquella belleza que se ofrecía a nuestra vista, presagiosa y galante, con asombrosa facilidad nos dice que en esta dulce apreciación el artista Dios se esmeró en hacer de la Sierra un cuadro de colores tan extraordinario que ningún otro pintor sería capaz de imaginar ni de plasmar con su mágico pincel.

Este 1º de enero, a pesar de su condición de recién nacido, da inicio a nuevos sueños de vida y de esperanza. Lo decía el gallo con su canto mañanero y el trinar de unos gorriones intentando rivalizar con aquel canto hermoso que venía de la profundidad del bosque. Lo decía la brisa fresca que soplaba con su voz misteriosa y encantada haciendo bailar con su música las hojas de los árboles de este lugar, una especie de Edén donde todo danza, donde todo tiene olor a flor, a vegetación, a pino y a cedro que aromatizan gratamente y ponen alas nuevas a nuestros deseos para que vuelen altos.

Este 1º de enero también la imaginación parece volar como vuela el cóndor sobre los elevados picachos. Nada, ni la fuerte brisa se interpone a su vuelo alto y señorial. En este instante un viento celosamente fuerte trata con su aliento ligero de despeinar las copas de los árboles que se resisten a dejarse seducir a pesar de la fuerza musical que trae envuelta en su brisa.

Desde este lugar de la Sierra desde el cual escribo este artículo cuando el gallo canta el 1º de enero anunciando la madrugada de un nuevo día lleno de entusiasmo y de vitalidad, puede decirse que la inspiración manifiesta de manera providencial su copiosa abundancia, similar a aquel árbol que sembró Jesús en medio de la nada que creció frondoso con su bendición y su gracia.

Mi comunicación con la naturaleza prodigiosa de esta región me facilitó la diafanidad de hacer posible este tránsito filosófico para transmitir mis impresiones que han de llegarles a mis lectores como alimento espiritual haciendo más sutil y más positivo su encuentro con el nuevo año 2022.

Enero es el primer mes de un año de doce meses que comienza sonriente no obstante a que años ya pretéritos le dejaron al dos mil veintidós la rabia de una pandemia taimada y oprobiosa como suelen ser los virus contra la salud de los pueblos. Sin embargo, el veintidós se nos presenta vestido con la fuerte coraza de los titanes que vencen tempestades y quiebran con su férrea voluntad los espíritus que no son de Dios, sino de los demonios que atentan contra la vida humana del planeta.

Al momento de ponerle fin a este trabajo, el primero del año 2022, pasado el mediodía, el cielo de San José de las Matas se notó feliz inspirado por un azul despejado de nubes grisáceas las cuales en horas tempranas de la mañana trataron inútilmente de empañar su belleza y su esplendorosa magnitud, el sol brillante se mostró dándole paso a un 1º de enero que nació al canto el gallo.

¡Feliz año 2022!

19 recommended
251 views
bookmark icon