
Por: Rafael A. Escotto
Luego de varios años de hibernación alejado del laborantismo político partidario el prestigioso economista Fernando Álvarez Bogaert, entroncado con las principales familias de Mao, Valverde y de Santiago de los Caballeros, hizo una propuesta enfocada a formular un nuevo modelo de desarrollo garantista para el país que rompa con los trastornos causados por el tipo de dirección equivocada impuesta por los presidentes que han gobernado la República Dominicana en las últimas dos décadas.
Según entiende el avezado expositor, quienes han gobernado la nación en el periodo señalado han administrado el país de manera «inmediatista», o sea, de manera irreflexiva y lo siguen haciendo. Cuando asumen el control de la nación sus alabarderos sedientos de fortuna y escasos de moral le deslumbran con sus elogios, sin darse cuentan que cuando el pasado ya no ilumina el futuro, como advirtió Alexis de Tocqueville, el espíritu camina en la oscuridad.
El Licenciado Álvarez Bogaert, haciendo uso de su gran prestigio como economista y como político conocedor de los tejemanejes del Estado Dominicano, incluyendo sus fortalezas y sus debilidades institucionales, recomendó recientemente en una interesantísima ponencia en la Universidad Autónoma de Santo Domingo, «hacer un proceso de reingeniería que transforme dramáticamente el modelo hiperburocrático que ha impedido crear el ahorro necesario para emprender con recursos propios las grandes inversiones productivas que demanda la nación.»
Dijo Honore de Balzac que la “La burocracia es una máquina gigantesca manejada por pigmeos.” Parece también que cuando Álvarez Bogaert se manifestó opuesto a la hiperburocracia en el Estado Dominicano estaba solamente poniéndose de acuerdo con aquel francés nacido en Borgoña Paul Masson y quien popularizó el vino espumoso californiano, que “Los funcionarios son como los libros de una biblioteca: los que están en lugares más altos son los que menos sirven.”
Quisiera saber si después de esta deslumbrante exposición de Álvarez Bogaert él es el animal político que despertó al darle el sol, abrió los ojos con esa mirada que traen los que vienen de ver esas cosas luminosas que hay en las profundidades del mar oscuro, que es el sueño.
Es posible que este hombre haya dormido como el lirón entre la hojas de las hayas. Una vez me dijo Felipe Neris Cordero hijo, fallecido a destiempo, que Fernando era el zoon politikón que caracterizó Aristóteles, que en cualquier momento se despabilaría para volver a inspirar la política.
El pragmático economista y hombre de luz no es un dirigente político cualquiera, como se le ha querido etiquetar en algún momento a Fernando Álvarez Bogaert. Propuso, después de mucho investigar y estudiar todos los modelos políticos progresistas que han triunfado y los que han fracasado mundialmente, un nuevo modelo para garantizar el desarrollo del país que incluye medidas drásticas que “deshagan el daño acumulado en las dos últimas décadas.»
Creo que el modelo de Álvarez Bogaert está alejado de la generación del laisser afaire del economista francés Vincent de Gournay que antecedió la escuela fisiócrata de François Quesnay en el siglo XVIII, que afirmaba sobre la existencia de una ley natural por la cual el buen funcionamiento del sistema económico estaría asegurado sin la intervención del Estado y que explica que el «proceso económico solo puede darse, o tiende a ser mejor, si está regulado por el libre mercado.
Más bien veo a Alvarez Bogaert, como economista alineado al pensamiento económico y político de Jean Baptiste Colbert, ministro de finanzas de Luis XIV. Durante su mandato, Colbert protegió e impulsó a las empresas agrícolas e industriales de Francia a través de subsidios, créditos y otras facilidades mientras que al mismo tiempo imponía fuertes restricciones a las importaciones.
A propósito de la ponencia de Fernando, el sociólogo y politólogo brasileño Helio Jaguaribe en un ensayo titulado: Modelo político y Desarrollo Nacional en América Latina, dice que «el problema de nuestra época, de las muy pequeñas naciones subdesarrolladas es que no son viables individual ni colectivamente.»
«Debido a la falta de recursos suficientes –siguió diciendo Jaguaribe -, no pueden transformarse en naciones industriales y formar su propio proceso de acumulación de capital; y por su falta de capacidad técnica, no pueden desarrollar su insuficiencia de recursos mediante el comercio internacional, ya que están condenadas a continuar exportando productos primarios e importando bienes industriales, dentro de un marco de condiciones industriales cada vez menos favorables.»
A pesar de la insuficiencia de recursos, Alvarez Bogaert propone «privilegiar la inversión estatal que motorice la producción nacional, con énfasis especial en la producción exportable y la inversión en la educación a los niveles de los países similares al nuestro.» La teoría de este talentoso economista coincide con el pensamiento económico de Colbert de impulsar las empresas agrícolas e industriales a través de «subsidios, créditos y otras facilidades.»
Para Álvarez Bogaert es «urgente hacer eficiente la producción de energía eléctrica, ya que actualmente un kilo watts cuesta 25 centavos de dólar mientras que en Centroamérica su precio es de 15 centavos de dólar.» Este planteamiento sobre el costo actual de un kilo watts en República Dominicana y el que se paga en Centroamérica, nos lleva a pensar que unos tipos que manejan la energía se la han estado dando de muy listos y nos han estado contando mal la historia del sistema eléctrico.
“La construcción permanente del futuro debe verse como la nueva ideología de los hombres y las mujeres que amen al país, especialmente de los jóvenes, aquellos que amen el país, aquellas personas, sin demagogia, sin estridencias publicitarias, con honradez absoluta, que al asumir esta actitud están conservando la vida propia y, más aún, la descendencia misma”.
A pesar de que Fernando en su ponencia no aclara si dentro del modelo de desarrollo social que él propone hay espacio para una redistribución de la riqueza y de la educación. Hasta ahora la redistribución para las elites tiende a reducir privilegios pasados a los cuales esas elites están muy apegadas.
Dice el político, empresario Colombiano y ex ministro de Medio Ambiente en el Gobierno de Ernesto Samper (1994-1998) Eduardo Verano De La Rosa en un trabajo titulado «Garantismo», lo siguiente:
«El ambiente político polarizado del país es un signo de nuestro tiempo. La polarización nos impide escucharnos, por tanto el diálogo político no puede generar un consenso plural que pueda construirse razonablemente sobre asuntos que merecen ser resueltos en forma democrática, muchos guardan relación directa con los derechos humanos y no han sido superados debido a la confrontación.»
El modelo garantista que propone Álvarez Bogaert trata de romper con el Estado polarizado, dividido en facciones o zonas opuestas que ha estado impidiendo en el país un modelo socioeconómico que sea eficaz.
Permítaseme traer a este trabajo a manera de ilustración el discurso de apertura de la XI Conferencia Iberoamericana de Justicia Constitucional sobre Estado Constitucional y Desarrollo Económico celebrada del 29 de Junio al 1 de Julio de 2016, en Lima, Perú, el Excmo. Sr. D. Francisco Pérez de los Cobos Orihuel, Secretario Permanente de la Conferencia y Presidente del Tribunal Constitucional de España, expresó que:
«la base de la prosperidad de las naciones no son el clima, la posición geográfica o los arsenales armamentísticos, sino las instituciones inclusivas: aquellas que permiten a todos los ciudadanos, con independencia de su posición social y origen, disponer de las rentas y de los frutos obtenidos gracias a su trabajo, a su esfuerzo y a su talento; aquellas que encuentran acomodo en un sistema en el que las reglas de la actividad económica permiten que cada individuo persiga sus metas y aspiraciones.»


