Por: Rafael A. Escotto
Mis hijos Gisel, Ángel Rafael, Rafael A. Escotto García y a Jacqueline Francis y Aníbal Rafael Escotto Cruz
«Nada de lo terrenal puede superar la fuerza de una verdadera unión».
Heleno A. Facco Jr.
El triunfo de Joe Biden ha encendido los cirios que alumbran la lápida gloriosa que rodea la tumba ilustre de quien fuera el séptimo presidente de los Estados Unidos, Andrew Jackson, cuyos restos se encentran en el cementerio de Evegrreen, en Colorado Spring, en el condado de El Paso, Colorado.
Hoy todos los que están reunidos celebrando este triunfo en la casa nacional del Partido Demócrata (PD) y en las calles de los Estados Unidos se sienten alumbrados con la luz que brilla para que vean las buenas acciones que glorificaran al Padre que está en los cielos. Jackson, a través de Biden, se convierte en el mensajero de las buenas nuevas que alegra la luz del pueblo estadounidense.
Me regocijo, por mi parte, por haber echado mi voto desde la República Dominicana vía correos y que mis hijos en edad de votar hayan hecho lo mismo de manera presencial en Pennsylvania y en la Florida, donde residen aun habiendo nacido en la ciudad de Nueva York.
Cuando el Gobierno norteamericano me envió a la Florida en una misión especial visité la tribu de los indios seminola; en ese momento sentí que estaba en el territorio donde se celebró la primera guerra Seminola y donde se firmó el tratado de Adams-Onis de 1819, el cual cedió la Florida de España a los Estados Unidos.
Biden, al igual que Jackson, surge del senado y entra a la elección presidencial en 2020, con la única diferencia que quien sirvió de mensajero a los revolucionarios en la guerra de independencia de los Estados Unidos perdió las elecciones aun habiendo obtenido mayor cantidad de los votos frente a su contrincante John Quincey Adams, en la boleta del Partido Demócrata-Republicano luego de la disolución del Partido Federalista.
Me llena de alegría que la cuidad donde me crie y estudié derecho, Nueva York, haya elegido a Joe Biden con más del 50 por ciento de los votos sufragados. Biden superó la votación de Andrew Jackson, quien obtuvo un 41.36 por ciento. La derrota de Donald Trump y su virtual salida como inquilino de la Casa Blanca en Washington, D.C. se ha convertido en una fiesta que el mundo celebra hoy con inusitado entusiasmo.
Joe Biden tendrá que enfrentarse a la decisión de Donald Trump de separar a más de 10 mil niños migrantes distanciados arbitrariamente de su familia, cuya acción fue considerada por Biden de «criminal»; con esta declaración el presidente electo Joe Biden marcó distancia con Obama tras la decisión de Trump de crear «jaulas» para niños migrantes. La Corte Federal bajo la presidencia de la juez Dana Sabraw contravino una disposición del fiscal general del Partido Republicano, Jeff Sessions, ordenando la reunificación de los niños con sus padres.
No creo que Joseph Robinette Biden Jr. tenga ningún problema para lidiar con un senado presidido por Mitch Macanann, del Partido Republicano, toda vez a que este último al igual que el exsenador del estado de Delaware y graduado de la Facultad de Derecho de la Universidad de Siracusa, hoy electo presidente de los Estados Unidos, es un abanderado de la democracia, de la justicia social y de los derechos humanos.
Frente a la división que pretendía lograr el presidente Donald Trump se me ocurre traer una frase del sociólogo e historiador estadounidense William Edward Burghardl du Bois: «El problema del siglo XX es el problema de la división por color… ¿Soy estadounidense o negro? ¿Puedo ser ambos o es mi deber dejar de ser negro tan rápido como sea posible y ser solo un estadounidense?»
En estas elecciones de 2020 Donald Trump pretendió infructuosamente introducir en su campaña contra el Partido Demócrata aquella frase de Julio César: «divide y vencerás», que plantea que si tu enemigo se encuentra dividido en vez de unido será mucho más fácil controlarlo y vencerle. Sin embargo, el Partido Demócrata bajo el liderato de Joe Biden se rebeló de tal manera que formó un frente común contra el presidente Trump. Por el contrario, el partido parece haber hecho suya una frase de Esopo: «Junto ganaremos. Divididos, caeremos».
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