Por: Rafael A. Escotto
La Junta Central Electoral (JCE) ha emitido su Resolución 01-2021 mediante la cual se establece en lo adelante el orden de los partidos en las boletas Electorales Ordinarias Generales del 2024. Para arribar a esta decisión el Pleno de la Junta debió basarse y así lo hizo, en los «votos válidos obtenidos de manera individual por cada partido político en los niveles presidencial, senatorial y de diputaciones.»
Es decir, que su determinación, habrá que suponer, no fue antojadiza ni caprichosa, sino que se hizo de forma ecuánime, oportuna y precisa. Es natural que cualquiera que sea el espíritu y la materia de que trate una Resolución, siempre habrá que esperar que la determinación contenga elementos que afectaran o beneficiaran alguna persona física o moral.
Para evitar que sigan las contradicciones existentes creando suspicacias, el pleno de la Junta tenía que ponerle orden a las distorsiones que pudieran hallarse dentro del propio sistema electoral vigente en beneficio de todas las partes involucradas en los procesos electorales tanto presidencial, senatorial y de diputaciones.
Quienes pretendan sentirse perjudicados con esta decisión de la JCE lo que deben de hacer es someter un recurso de oposición por los canales establecidos. Ahora bien, sin tratar de erigirme en abogado de defensa de la Junta, no creo que en este caso exista, ni encubierto ni ostensible, ningún interés de la Junta de perjudicar a ningunos de los partidos políticos del sistema.
Sin embargo, tenemos que suponer que en las elecciones del 05 de julio de 2020 sucedieron hechos que examinados posteriormente por el Pleno de la Junta daban lugar a injusticia en la distribución del compuesto de las diputaciones territoriales y de ultramar, que de haberse dejado como pretendían algunos, iba a crear la sospecha de que en la distribución de los diputados hubo una componenda en menoscabo de los derechos de otros partidos políticos y candidatos.
Vista, así las cosas, lo mejor que se ha decidido ha sido la Resolución 01-2021, que dejó subsanada la incertidumbre. La Junta, como organismo que regula el orden de los partidos o agrupaciones políticas con derecho a participar en las elecciones Municipales, hizo lo que un organismo de esa categoría debía hacer: disciplinar el conteo de los votos para que prevalezca la ecuanimidad y nadie se crea por encima de justicia electoral.
Se sabe que algunos líderes políticos pretendían que la Junta, por el hecho de haber apoyado sagazmente al Partido Revolucionario Moderno (PRM), se inclinaría a su favor, originando un atropello contra el comportamiento del voto a favor del Partido de Liberación Dominicana (PLD).
El Partido Fuerza del Pueblo (FP) que obtuvo un porcentaje de 4.54%, ocupando el tercer orden en la boleta del 2024, por debajo del PLD, confiaba que por haber apoyado al PRM, que el presidente de la JCE se sometería a las pretensiones que de manera espuria la FP trataba de obtener ganancias políticas en las cámaras de senadores o de diputados.
Hay que celebrar la Resolución 01-2021 de la JCE por ser valiente, y, sobre todo, imparcial, moral y justa, toda vez a que evitó un atropello más contra el voto popular y un golpe malicioso contra la democracia elector al intentar despojar al PLD de la segunda mayoría crearía una tremenda injusticia electoral. Nosotros no estamos z favor de ninguna de las fórmulas políticas, lo que si nos concierne es que haya justicia.
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