Opinión

ECO DESDE EL MONUMENTO: Tomás Silverio, un pelotero ejemplo de caballerosidad

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Por: Rafael A. Escotto

Mi pluma todavía se entristece al recordar la muerte del pelotero de las Águilas Cibaeñas y de las Grandes Ligas del Béisbol de los Estados Unidos, jugó con los Angelinos de California Tomás Roberto—Tomasito–Silverio Veloz, un orgullo de la barriada de Pueblo Nuevo, Santiago, nacido un 14 de octubre de 1945 y quien falleciera el 2 de abril de 2011, a los 65 años de edad, hace al momento de escribir este artículo, diez años.

Sus atrapadas en el outfield del Estadio Cibao solo podían compararse con el guante de oro de la misma posición del béisbol de los años 40’s, Juan Esteban –Tetelo—Vargas Marcano, dominicano, nacido en Santo Domingo y apodado El gamo, por su velocidad al correr las bases o con Luis Rodríguez Olmo, conocido con el apodo El pelotero de América y bien recordado por haber sido el segundo puertorriqueño en iniciarse en las Grandes Ligas, tan solo un año después (1943) que lo hiciera, según las crónicas, el pitcher Hiram Gabriel Bithorn Sosa, natural de Santurce.

Observar al gran Tomasito Silverio perseguir un batazo que a la vista de los  espectadores o fanáticos parecía inatrapable, y, ver la esfera, después de un salto espectacular, caer en el guante maravilloso de este sensacional pelotero, provocaba que el Estadio Cibao se viniera abajo de la algarabía. La gente, luego del grandioso engarce se colocaba las manos sobre la cabeza en señal de asombro.

El sensacional jardinero atrapaba y bateaba a lo zurdo; ingresó al profesionalismo el 30 de abril de 1970. Tomás Silverio se retiró de club del béisbol el 15 de mayo de 1972 luego de jugar con los Angelinos de Anaheim, Estados Unidos de América.

Su excelencia en el béisbol criollo y en las ligas mayores lo llevó a ocupar un lugar en Pabellón de la Fama del Deporte Dominicano, cuya ceremonia se efectuó en  el Aula Magna de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, en la ciudad capital.

Tomás Silverio, un orgullo indiscutible de Santiago de los Caballeros y del país, comenzó a jugar con el equipo Águilas Cabaeñas  desde el 1963 al 1975, pasando luego a jugar con los Tigres de Licey, donde permaneció jugando por un periodo de tres años consecutivos, regresando de nuevo al nido glorioso de las águilas en 1978 hasta su retiro definitivo en 1983.

La fanaticada cibaeña y dominicana recuerda al prodigioso  Tomasito Silverio con el sobrenombre de El profesor, por el estilo depurado y fácil con que atrapaba los batazos más difíciles, la mayoría de las veces, a la manera de Rodríguez Olmo. El único pelotero dominicano que se le acercaba a Tomasito en el fildeo lo fue Tiam Tineo, también de las Águilas.

Nuestro inolvidable Tomás Silverio no creo que vio jugar con el equipo Águilas Cibaeñas en 1951, al siempre glorioso y maravilloso outfielder cubano Pedro -Perucho –Fomental, quien luego pasó a jugar con las Estrellas Orientales en la temporada de 1952-1953.

El maravilloso pelotero  cubano jugó en la Liga negra y en el Caribe, siendo el primero en ganar un liderato de jonrones en la liga Dominicana, con 13, liderato que se mantuvo hasta la temporada 1957-1959, cuando llegó al país Dick Stuart, de acuerdo con una reseña aparecida en el periódico Diario Libre. Yo vi un batazo de Stuart darle a la botella gigante de Bermúdez que estaba en el center field del viejo Estadio Cibao.

Por la gloria alcanzada por el estelarísimo pelotero dominicano Tomás Roberto Silverio Veloz, solicitamos  al  distinguido alcalde de Santiago Lic. Abel Martínez, y a la honorable Sala Capitular de este municipio, designar con su nombre una de las calles principales de la barriada de Pueblo Nuevo, para que su fama, maestría, caballerosidad y civismo en el béisbol sirva de paradigma para la presente y futuras generaciones de atletas dominicanos.

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