Opinión

El cerebro y el conocimiento

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Por Neris Nelio Abreu Comas.

Desde Platón, Sócrates y Aristóteles, quienes consideraban el conocimiento vinculado a la razón, hasta nuestros días, donde la neurociencia está aportando relevantes hallazgos sobre cómo se aprende y genera el mismo, a partir del estudio de la estructura cerebral, mucho se ha escrito respecto al más importante valor intangible para el desarrollo de la humanidad: el conocimiento.

Los últimos estudios científicos sobre el cerebro humano revelan que el mismo tiene entre 85 a 100 millones de neuronas, las cuales son responsables de las habilidades cognitivas, los procesos mentales y el comportamiento en general, por lo que no hay razones para sostener una teoría relativa a la predisposición de la existencia de seres humanos aptos para adquirir conocimientos, contrario a otros que no pueden. Todos los humanos, en parecidas condiciones, somos capaces de desarrollar el conocimiento y la inteligencia capaz de transformarnos.

En el contexto de los resultados ofrecidos por el Programme for International Student Assessment o Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes (Prueba Pisa), la cual invita a cada país a repensar su sistema educativo, a los fines de mantener o mejorar sus niveles de calidad, es imperativo que los tuteladores del aprendizaje y el conocimiento revisen como mejorar las estrategias para comprometer los docentes y discentes a mejora su práctica e interiorizar conocimientos, debido a que no hay razones científicas para que nuestros estudiantes reflejen un comportamiento cognitivo bajo, si partimos del principio activo de cómo se producen los conocimientos.

El enfoque más convencional establece que la forma sistemática de generar conocimiento procede de dos fuentes: la investigación básica, donde se avanza en la teoría y la investigación aplicada, donde se ejecutan las informaciones recolectadas o generadas. Existe otro enfoque que plantea que el conocimiento tiene su origen en la percepción sensorial, llegando al entendimiento y concluye finalmente en la razón. En cambio, la mayoría de las teorías plantean que el conocimiento no se logra a través de la experiencia, sino mediante el ejercicio de la razón, que es la que genera ideas o conocimientos.

En el actual paradigma que vive la humanidad ha cambiado todo, desde quienes eran los depositarios del conocimiento, así como las fuentes, estrategias, método de conducir y gestionar la inteligencia humana, hasta los instrumentos y forma de evaluación, por lo que se hace imperativo replantear una serie de cuestiones académicas para una educación individual efectiva y de calidad.

Desde nuestra perspectiva es necesario revisar y actualizar todos los medios o fuentes donde se plasma el conocimiento, debido a que el mismo está en constante evolución y mal puede un docente o dicente, habido de apropiación de este, someterse a interiorizar contenidos desfasados, ignorando que, en el actual contexto, la actualización es la constante en cualquier nivel del escenario global.

Debido a que el conocimiento se encuentra registrado, condensado, plasmado o elaborado en cientos de millones de fuentes físicas o virtuales, este ya no es monopolio de profesores, maestros, facilitadores, instructores, escuelas, universidades o centros de pensamientos, siendo libre el acceso al mimo, por lo que, a parte de las innovaciones que se realizan, todo ser humano con capacidad, condición y decisión de adquirirlos, se puede apropiar del mismo y aplicarlo en su beneficio o de la humanidad.

En el actual contento el conocimiento está disponible en fuentes como: libros, revistas, web, laboratorio, periódicos, registros, memoria humana, entre otros, por lo que las vías para lograrlo consisten en la lectura o estudio sistemático o autodidáctico de dichas fuentes. De igual modo se puede adquirir conocimientos escribiendo, mirando, observando, hablando, escuchando, experimentando, ensayando, contemplando o realizando abstracciones. Las vías mediante el cual el conocimiento entra al centro donde se generan las abstracciones, ideas, razón o nuevo conocimiento, el cerebro, son: la vista, oídos, dedos, boca, manos, y otros medios modernos aportado por la ciencia.

Luego de adquirirse algún nivel de conocimiento, el dueño de éste queda en capacidad de hablar, comentar, exponer, definir, explicar, analizar, sintetizar, resumir, organizar, transformar, sistematizar, ordenar, verificar, razonar, juzgar, entre otras decenas de verbos de conductas observables o medibles, que determinan el nivel de conocimiento alcanzado en un momento o contexto determinado.

En todos los escenarios a nivel global la finalidad de los estudios, programas o materias, a cualquier escala o forma, es adquirir nuevos conocimientos, el cual se logra principalmente mediante el esfuerzo continuo o sistemático. De ahí que no existen misterios, mitos, enigmas, trucos, magias, determinismos, etc., para adquirir conocimiento y todo el que lo desee o persiga solo tiene que enfocarse en una formula o principio activo: el estudio constante.

Partiendo de la premisa anterior es imperativo que la principal estrategia de padres o madres, docentes, pedagogos, catedráticos, instructores, asesores de carreras o quienes conducen la adquisición de nuevos conocimientos, es comprometer a cada actor que lo conduzca o persiga, a emplearse con responsabilidad en el estudio o práctica del mismo, y así asimilar y apropiarse del saber elaborado, incorporándolo o aplicándolo para mejorar su capacidad individual o colectiva, lo cual redunda siempre en beneficio de la humanidad.

Por Neris Nelio Abreu Comas.
Magister en Estudios Internacionales y Máster en Derecho Constitucional y Gestión Pública, diciembre 2019.

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