Por ROMMEL SANTOS DIAZ.
En nuestros artículos publicados hasta ahora en relación al conflicto bélico entre Ucrania y Rusia hemos sostenido que la invasión de Rusia a Ucrania es una violación de su integridad territorial y de la Carta de las Naciones Unidas.
La guerra Rusia – Ucrania debe terminar por el bien del pueblo de Ucrania, de Rusia y de todo el mundo de manera urgente y sin condiciones en nombre de la paz mundial.
La gran escala que ha caracterizado los ataques de Rusia a Ucrania demanda un alto al fuego de manera inmediata para poner fin a una guerra que solo representa perdida para el mundo en todos los órdenes, principalmente en cuanto a la paz y la seguridad internacionales como lo establece la Carta de las Naciones Unidas.
La situación de los civiles en Ucrania es devastadora y las violaciones al derecho internacional general, al derecho internacional humanitario: así como al derecho internacional de los derechos humanos es sencillamente impresionante en el presente siglo XXI.
Urge poner a salvo a la población civil a través de un corredor humanitario seguro y eficaz que permita su salida de Ucrania sin traumas y con una verdadera garantía de sus vidas hacia los lugares de desplazamientos vecinos; así como el acceso a la ayuda humanitaria.
La labor desarrollada por las Naciones Unidas y el Comité Internacional de la Cruz Roja internacional es encomiable en medio de una operación humanitaria de gran complejidad a nivel político y de seguridad.
A la fecha se han efectuado varias operaciones de evacuación en distintas zonas de Ucrania hacia lugares decididos por los grupos de civiles con resultados más o menos aceptables para esta parte de la población ucraniana.
No cabe duda que la diplomacia silenciosa como le llama el actual Secretario General de las Naciones Unidas, Antonio Guterres sigue siendo posible como forma eficaz de obtener resultados.
Según los cálculos de las Naciones Unidas varios miles de civiles han encontrado el tan deseado alivio, después de haber viajado bajo un incesante bombardeo y la escasa disponibilidad de agua, alimentos y saneamientos.
El actual escenario de guerra en Ucrania es conmovedor para la población civil debido a los ataques indiscriminados de Rusia hacia lugares que no se consideran objetivos militares en los Cuatro Convenios de Ginebra de 1949 de los cuales son partes Rusia y Ucrania.
Se hace necesario mantener la coordinación activa entre la Organización de las Naciones Unidas y el Comité Internacional de la Cruz Roja para continuar permitiendo que los civiles salgan a salvo de los combates y que la ayuda llegue a los más necesitados.
El conflicto bélico Rusia- Ucrania sigue siendo un escenario de violaciones del derecho internacional humanitario y de los derechos humanos, los posibles crímenes de guerra y la necesidad de rendir cuenta ante la Corte Penal Internacional.
La Organización de las Naciones Unidas por mandato de su Carta debe seguir ampliando las operaciones humanitarias, salvando vidas reduciendo el sufrimiento de la población civil victima de los ataques indiscriminados de Rusia en territorio de Ucrania.
Las implicaciones mundiales de la guerra Rusia – Ucrania están a la vista de la comunidad internacional y de la urgencia de soluciones concretas mediante el dialogo y la negociación entre las partes y los países con intereses directos en ese conflicto bélico.
Se necesita una acción rápida y decisiva para garantizar un flujo constante de alimentos y energía en los mercados libres , levantando las restricciones a la exportación, asignando los excedentes y las reservas a quienes los necesitan, y abordando el aumento de los precios de los alimentos para calmar la volatilidad del mercado mundial.
Finalmente, la guerra en Ucrania está poniendo en marcha una crisis que también está devastando los mercados energéticos mundiales, perturbando los sistemas financieros y exacerbando las vulnerabilidades extremas del mundo desarrollado.
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