Editorial periódico Camino.
Frente a la cultura de individualismo, la indiferencia y el descarte, hagamos crecer la cultura de la ternura y de la compasión.
Así lo expresa el papa Francisco en su Mensaje para la 32 Jornada Mundial del Enfermo.
En esta cultura no se considera ya a las personas como un valor primario que hay que respetar y amparar, especialmente si son pobres y discapacitadas.
Las palabras del Sucesor de Pedro nos ponen de frente a tantos ancianos que encontramos en nuestros campos y ciudades, llevando a cuestas su dolor y el sufrimiento de no tener acceso a los medicamentos que podrían aliviar sus padecimientos. Para un segmento mayoritario de nuestra población los medicamentos tienen precios prohibitivos, y cada día más caros.
Estemos claros que el desarrollo de los pueblos, marcado por el crecimiento económico, no tiene sentido cuando el ser humano vive en condiciones infrahumanas, y carente del derecho fundamental de la salud.
Esperamos que esta Jornada Mundial del Enfermo que celebraremos el próximo domingo 11 de febrero nos sensibilice, y así tener conciencia para buscar soluciones reales a quienes necesitan la solidaridad cuando llega la enfermedad.
Nuestro llamado al Ministerio de Salud para que agilice los procesos que permitan tener boticas populares equipadas, y centros de salud con medicamentos suficientes para atender a los más pobres.
También llamamos a todas las comunidades para que sigan apoyando la Pastoral Social de cada parroquia, que de forma callada va asistiendo a tantos enfermos que, sin este apoyo, morirían en la más triste soledad. Cambiemos esta realidad.