«Crónica de una Muerte Anunciada» es el título de uno de los libros de mayores éxitos del escritor colombiano Gabriel García Márquez, donde mara el caso de Santiago Nasar, un joven de origen Árabe, que fue asesinado por dos gemelos, cuyo único interés era cobrar el honor de su hermana Angela Vicario, devuelta la misma noche de su matrimonio por haber llegado al altar sin su virginidad.
El titulo lo traigo a colación porque en nuestro país la mayor parte de la población interpreta que la puesta en libertad de los funcionarios, ex funcionarios y legisladores acusados de recibir un soborno de 92 millones de dólares de parte de la constructora brasileña Ofebrecht, para la aprobación de obras a favor, es la crónica de una muerte anunciada por la influencia política y económica de los implicados.
Fue el día 29 del mes de mayo del presente año, pasada las ocho de la mañana, cuando fueron apresados dirigentes del Partido de la Liberación Dominicana, del Revolucionario Dominicano, del Revolucionario Moderno y empresarios, hecho que de inmediato trascendió a nivel nacional e internacional, y que fue considerado como la respuesta del gobierno a la presión de la oposición política y de la Sociedad Civil para el fin de la impunidad.
Contra todos los imputados se dictó medidas de coerción de seis meses a un año, salvo el caso de los legisladores Julio César Valentín, Tomy Galán y Alfredo Pacheco, a quienes se les impuso garantía económica, presentación períodica e impedimento de salida del país por disfrutar de inmunidad parlamentaria.
Pero la esperanza de la población, de que se haga justicia con los implicados en actos de corrupción, comenzó a desvanecerse con la puesta en libertad de los integrantes del grupo, salvo el caso del empresario y enlace de la constructora Ángel Rondón, y del jefe de finanzas del partido morado, Víctor Díaz Rúa.
Ahora se completa el cuadro con la decisión del juez especial de la Suprema Corte de Justicia, Francisco Ortega, de enviar a las calles a los únicos que guardaban prisión preventiva por el caso, mediante el pago de una garantía económica y el cumplimiento de otras disposiciones contempladas en nuestro ordenamiento jurídico.
La liberación de la totalidad de los implicados en el escándalo del soborno está muy en consonancia con el título de uno de los libros más vendidos del escritor colombiano Gabriel García Márquez, «Crónica de una Muerte Anunciada», donde el laureado novelista cuenta que todos en el pueblo sabían que a Santiago Nasar lo iban a matar, por ser el autor de Angela Vicario, menos el propio Santiago.
Si García Márquez estuviera entre los vivos y le tocara escribir un libro sobre el caso Odebrecht, muy probablemente en su portada colocaría una foto de la constructora brasileña y su título fuera «La Puesta en Libertad de los Implicados en el Escándalo es la Crónica de una Muerte Anunciada».