Por Luis Córdova.
Las ciudades toman cuerpo y memoria en una compleja dinámica que asombra al ciudadano absorto en lo cotidiano. Así pasamos por la ciudad, así vivimos en ella o al menos en esa parte de “la ciudad” que creemos nuestra en la medida en que ella nos contiene.
Los años van haciendo de ese amasijo de cotidianidades un lenguaje. Doña Rufina vino a Santiago porque su hijo Danilo moría en su natal Puerto Plata. Aquí nació nuevamente y aquí, tanto en su vida como en este tránsito, renace y crece en la memoria de todos, los que le amaron y los demás.
Esta fue la ciudad de la cual hizo un fecundo trabajo historiográfico y en el paso de su vida le dio dimensión a los años para penetrar con justicia en la merecida perpetuidad.
Comprendiendo ese sentimiento la Alcaldía de Santiago de los Caballeros, decidió nombrar Danilo de los Santos al rescatado paso peatonal que forma parte del circuito monumental. El hecho de habilitarlo merece el aplauso de esta gestión que encabeza el Licenciado Abel Martínez.
Pero más aún el que accediera a denominarlo Túnel Peatonal Cultural Danilo de Los Santos. La obra es una extensión de 250 metros que enlaza el parque Los Cauchos, con el campus de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM), por la puerta uno, obra que se une a la impresionante entrada a la ciudad inaugurada el año pasado y que conecta con el sentido original de los que diseñaron el sistema vial en el último período de quien la construyó, el Dr. Balaguer.
Se trata de un obra que será utilizada no solo por los estudiantes de la Pontificia Universidad Católica Maestra y Maestra (PUCMM), los que se arriesgaban a cruzar la peligrosa avenida, el Túnel será una oferta para los santiagueros y visitantes que hagan uso de los asaderos del Parque Los Cauchos, para los que una tarde quieran apartarse del ruido de la ciudad y contemplar arte, los estudiantes de todos los niveles y de todas las universidades que desean algún servicio porque cuenta con módulos disponibles para comercios específicos que según se anunció serán llamado a concurso.
La familia, los amigos, compadres y los que fueron alumnos de Danilo de los Santos, los coleccionistas y admiradores de la obra de Danicel, tienen un espacio para la memoria. Perdura en el tiempo el retrato de un hombre sonriente que mira a su creación, “Marola”, cual dios menudo que recoge en la mirada la glorieta del Parque Duarte, los tramos de calles de su ciudad, la silueta de una Marola que evoluciona, siendo las flacas morolas de sus inicios a las gruesas y legendarias matronas de la negritud del Caribe, todo un mural que se puede adquirir en reproducciones y que es una obra dirigida por la artista visual Manaury Calasan, en colaboración con Katheryn Santana, Freddy Burgos, Anilcia de Luna, Feliberto Pichardo, Gregorio Rodríguez y Yineyda Fernández.
El mural “Danicel: Fragmentos de mi Ciudad”, de por sí nos convoca y nos compromete a su preservación como espacio alternativo para todos.
Hay que destacar el esfuerzo de la Gestora Cultural de la Alcaldía y directora de Arte Urbano, la Dra. Yanilsa Cruz, una joven que viene del teatro y la edición de medios culturales y que ha demostrado una alta sensibilidad y compromiso con el empeño de la administración local de dotar a Santiago de una mejor cara con sus murales.
Danilo de los Santos da nombre a una obra discreta como su personalidad, de un mural impresionante como su obra, en una alegoría de esos vericuetos de la vida: tiene un túnel peatonal quien tanto caminó por Santiago y cerca, aunque no dentro, de su alma máter.