
En los diversos sectores del Gran Santo Domingo la situación fue más dramática. Los colmados continuaron vendiendo bebidas alcohólicas a los ciudadanos sin ningún tipo de restricciones ya que permitieron las aglomeraciones y tumultos en los espacios frontales.
Mientras que las personas acuden a los espacios públicos y parques para compartir entre juegos de dominós y música con altos decibeles. Sin embargo y a pesar de lo despreocupados, la gran mayoría porta sus mascarillas. Como siempre, las aceras de las casas estaban repletas de gente en sillas plásticas que crean concentraciones de docena de personas que se encuentran hastiadas del encierro por la pandemia.
Todo eso ocurrió luego de concluido el toque de queda, por lo que la despreocupación hacia el Covid-19 reina en la capital dominicana. El pasado 17 de este mes, el presidente Danilo Medina había extendido el periodo de toque de queda y modificado al anunciar que de lunes a sábado sería de 7:00 de la noche a 5:00 de la mañana, en tanto que los domingos de 5:00 de la tarde a 5:00 de la mañana.


