Por Dario Nin.
Rep. Dom. – No es un secreto que, durante años Haití ha sido una afrenta para las naciones poderosas, para la ONU, para la OEA y para los padrinos de esa nación; que ya están cansados de lo que allí pasa y no ven avance alguno que permita suponer que saldría alguna vez del “hoyo negro” que se lo traga.
Más de uno de estos Estados y organizaciones, ve la solución de Haití en la Parte Este de la Isla. Nunca han asimilado que en esta pequeña y aislada porción de tierra subsistan dos estados.
Tengo como cuatro artículos escritos que, de una u otra manera, abordan este tema. Incluso un ensayo que hace años envié a un concurso que FUNGLODE, patrocinó y creo, que ni siquiera fue ponderado.
Mi temor manifestado ha sido y sigue siendo en resumen el siguiente:
El día que coincidan dos situaciones sociales convulsas en Haití y en la República Dominicana, ese día, es el génesis de la pérdida de la nacionalidad dominicana.
De la parte haitiana no hay que hacer mucho, ellos aportan el conflicto permanente, lo que nos ha salvado, es el equilibrio y paz que en los últimos años hemos vivido en la República Dominicana, no ha habido condiciones para que se produzca “la tormenta perfecta” con se dio en la película del mismo nombre.
¿Qué es lo que va a pasar?, Lo que pasará es que las potencias que por años han diagnosticado la solución de Haití en la fusión de la isla patrocinaran una intervención simultánea (en los dos estados ,republicas o naciones) , quitarán los dos gobiernos y nos impondrán un regente extranjero que hable español y francés hasta que pasen los años y nos “fundamos en idiomas y costumbres “ y si calificamos para conducir los destinos, convocaran a elecciones para que el pueblo ahora dominico- haitiano, rija su destino y como la democracia la hace la mayoría, juzgue usted.
Es así mis queridos hermanos, si apostamos a un conflicto, éste lo respaldamos como apuesta, con el país mismo, con la nacionalidad, porque el día que coincidamos los dos países en un desorden general, ese día los dueños de la soberanía mundial, porque si lo olvidaron, le recuerdo que los dueños de la soberanía son los detentadores del poder ,los que tienen fuerza para hacerse respetar o imponer su voluntad por encima de todos y de todo .
La soberanía de estos tiempos, en países que no tienen las armas para defenderla, la comparo con la canción aquella que menciona que somos como el perro que cree que es libre porque anda suelto, mientras arrastra la soga al cuello. Una soga que le halan cuando el dueño quiere.
Me duele admitirlo, pero es nuestra realidad. No en vano los poderosos no escatiman en invertir en armas cada vez más sofisticadas. Es el nuevo dominio imperial ya no se anexan territorios (a menos que sean absolutamente necesarios y con un interés político estratégico), que lo que trae es problemas., Ahora nos dejan creer, que somos libres soberanos e independientes, nos dejan dormir tranquilos y placenteros de ese lado, hasta que despertemos con tortícolis.
Conceptualizando como diría un protagonista de estos tiempos o resumiendo diría yo. No juguemos Magino, con ese filoso cuchillo que pones en a mi garganta, y como buen dominicano que soy, te lo resumo en una oración coloquial compuesta, Ni nos ponemos de” locosviejos” , nos jodemos. por eso juguemos con carta sin marcar para que esto no termine por el bien de todos, como fiesta de monos, a rabazos limpio.
Retomando mi cordura y controlando mis emociones, pido a Dios que me haga filtrar por su palabra lo que he dicho y me ha contestado : “ Si un reino se divide contra sí mismo, no puede permanecer. Si una casa se divide contra si misma tampoco puede permanecer, Y si Satanás se subleva contra si mismo y se divide tampoco puede permanecer .Su fin habrá llegado.
Nadie puede entrar a una casa de un hombre fuerte y robarle sus pertenencias si antes no lo ata, entonces si podrá saquear su casa.
Pido perdón por mis palabras pero recuerden que todo tenemos un lobo dentro, algunos hemos aprendido a amarrarlo, pero de vez en vez, se suelta. Ojala todos tengamos la suficiente cordura, para darnos cuenta que nuestra fortaleza como Nación para librarnos de la espada de Damocles que pende sobre nuestra cabeza es la unidad, el equilibrio y el progreso; de lo contrario, “estamos feos pa la foto”
Hasta la próxima.
Dario Nin.