Opinión

Escanear el iris del ojo, el extraño negocio que enciende las alarmas en la República Dominicana

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Por Rey Arturo Taveras (Periodista y escritor dominicano).

 

En un mundo donde los avances tecnológicos se presentan como puertas abiertas a una nueva era de conveniencia y seguridad, también surgen propuestas que, aunque atractivas, ocultan riesgos que no podemos ignorar.

 

Una de esas propuestas es Worldcoin, un proyecto que ha llegado recientemente a la República Dominicana ofreciendo criptomonedas a cambio de escanear el iris ocular de los ciudadanos. Pero, ¿qué hay detrás de esta iniciativa que ha comenzado a cautivar a miles? ¿Es una revolución en la inclusión financiera o, por el contrario, un peligroso ataque a nuestra privacidad y seguridad?

 

La tentadora promesa de un escaneo

La propuesta es, a primera vista, seductora: acercarse a un dispositivo esférico llamado Orb, dejar que un aparato registre el iris de tu ojo y recibir a cambio unos 6,000 pesos dominicanos en criptomonedas. Una oferta aparentemente inocente que, como una sirena, llama a los más vulnerables en un mar de promesas. Sin embargo, si rascamos un poco más allá de la superficie, surgen inquietudes que desnudan el verdadero propósito detrás de este negocio que pone en juego los datos más sensibles de los usuarios.

 

El iris: un ojo que todo lo ve… y todo lo guarda

El iris, esa parte coloreada del ojo humano, se ha convertido en la joya de la corona de la ciberseguridad. Su singularidad es su mayor virtud: cada iris es único, como una huella digital que no se repite en ningún otro ser humano. Este detalle lo convierte en una herramienta de autenticación casi imbatible, utilizada para proteger desde dispositivos personales hasta plataformas digitales. En teoría, el escaneo del iris debería ser una medida infalible para prevenir fraudes y proteger nuestra identidad.

 

Pero, al igual que una llave que abre todas las puertas, los datos biométricos, una vez capturados, son irrecuperables. Si alguien roba esa llave, no hay manera de cambiarla. A diferencia de una contraseña o un número de tarjeta de crédito, el iris es una firma biométrica inmutable que, en manos equivocadas, puede exponer a la persona a un robo de identidad permanente.

 

La promesa de una “identidad digital global”

Worldcoin sostiene que su misión es crear una “identidad digital global”, una especie de pasaporte virtual capaz de diferenciar entre humanos y robots en el vasto universo digital.

 

Según la empresa, el proceso es seguro y anónimo: el escaneo de los iris se realiza localmente, en el Orb, sin que los datos sean almacenados en sus servidores. Pero si miramos entre líneas, encontramos una cláusula que siembra dudas: los datos biométricos podrían ser transferidos en caso de reestructuración o venta de la empresa. Esta pequeña letra pequeña abre la puerta a un mundo incierto, en el que la información recopilada podría ser vendida o mal utilizada por terceros.

 

En un país como la República Dominicana, donde la protección de datos personales aún está en proceso de fortalecimiento, la llegada de esta empresa se convierte en un campo de minas en cuanto a privacidad.

 

El vacío legal que existe en torno al manejo de los datos biométricos se convierte en una preocupación real, especialmente cuando se trata de empresas extranjeras que operan con normas que a menudo no se alinean con la legislación local.

 

El impacto global: una sombra que se extiende

El desembarco de Worldcoin en República Dominicana no es un hecho aislado. En países como España, Francia y Kenia, las autoridades ya han abierto investigaciones sobre el proyecto, alegando riesgos para la privacidad y la seguridad de los datos personales.

 

En muchos de estos lugares, las personas que han accedido al escaneo de su iris no tienen claro qué sucederá con los datos proporcionados, más allá de recibir una compensación económica en criptomonedas. Este desconocimiento se convierte en un riesgo significativo, ya que muchas de las personas que se acercan a los puntos de escaneo no entienden las implicaciones de entregar información tan sensible sin un control claro sobre su destino.

 

La tentación de un futuro digital sin garantía

El futuro que promete Worldcoin es, sin duda, tentador. Crear una identidad digital global podría abrir las puertas de la economía digital a millones de personas que hoy en día no tienen acceso a los servicios financieros tradicionales.

 

Sin embargo, esta promesa encierra riesgos graves en términos de privacidad y seguridad. A medida que el proyecto se expande y más personas se suman, es crucial preguntarnos: ¿realmente sabemos lo que implica entregar nuestros datos biométricos a una entidad privada? ¿Estamos dispuestos a sacrificar nuestra privacidad a cambio de una criptomoneda que, aunque aparentemente inofensiva, podría ser el primer paso hacia un control total de nuestra identidad digital?

 

Una llamada de atención urgente

El caso de Worldcoin debería servir como un grito de alarma para la necesidad de regulaciones más estrictas sobre el uso de datos biométricos y el consentimiento informado en proyectos de este tipo. La promesa de inclusión y acceso a una economía digital puede sonar como un sueño alcanzable, pero no debemos perder de vista los riesgos que implica entregar una parte tan íntima de nuestra identidad a una entidad privada sin una normativa clara que respalde nuestra protección.

 

En un mundo cada vez más digitalizado, la vigilancia sobre nuestras huellas biométricas es un precio demasiado alto si no tenemos garantías claras sobre cómo se usará, protegerá y controlará nuestra información. Y si no lo tenemos claro, lo mejor será mirar con cautela a este extraño que llega a nuestras puertas: Worldcoin, el escáner de iris que promete mucho más de lo que podría entregar.

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