Por Luis Córdova
Han empezado a colocar vallas publicitarias, el contenido invita a la integración a sus filas y los personajes sonrientes asemejan la satisfacción de una marca de refresco más que la de un partido que pretende cambiar la suerte del país o la de su militancia.
Leonel carga muy pesado. Debe mantener el interés sobre lo que dice y hace, hacer crecer el partido y darle contenido.
Sus dirigentes deben comprender que si bien su líder es el principal activo, sus gobiernos no deben ser el único tema.
¿Quién piensa la marca?
Fuerza del Pueblo debe erigirse más allá de ser el destino de los peledeistas desmotivados, que quieren volver al poder.
No solo es el diseño de una valla o distanciarse del rancio tufo de los catorcistas que fueron a parar al negro y verde en el viejo PTD.
¿Quién defiende la marca?
Se guarda silencio ante el uso sistemático y denostativo de “FUPU”, referencia onomatopéyica que todos sabemos lo que significa. Mientras algo así se deja pasar, la impresión es que no tiene dolientes.
¿Acaso no es mejor asumir el “efepeista”?
Apelar a “Pueblista”, en este siglo 21 dominicano, que hace rato olvidó el campo, es un contrasentido pues su referencia es discriminatoria.
Suponemos que todo esto, a la distancia en la que estamos, no alcanzamos a comprender la gran estrategia y que, en un partido donde abundan las mentes brillantes, es un asunto de riesgos calculados.