
Un alto funcionario de la Unión Europea advirtió el lunes a Estados Unidos que no interfiera en los asuntos de Europa y afirmó que sólo los ciudadanos europeos pueden decidir qué partidos deben gobernarlos.
Las declaraciones del presidente del Consejo Europeo, António Costa, son una respuesta a la nueva estrategia de seguridad nacional del gobierno estadounidense, que se publicó el viernes y describe a los aliados europeos como débiles al tiempo que ofrece un apoyo tácito a partidos políticos de ultraderecha.
El documento, que fue elogiado por Rusia, formaliza por escrito meses de críticas del gobierno de Donald Trump a la política de la UE y las restricciones percibidas a la libertad de expresión que comenzaron con una conferencia a los aliados europeos en Alemania en febrero por el vicepresidente estadounidense JD Vance.
Es “bueno” que la estrategia describa a los países europeos como un aliado, señaló Costa, pero “los aliados no amenazan con interferir en las elecciones políticas internas de sus aliados”.
“No podemos aceptar la amenaza de interferencia en la vida política europea. Estados Unidos no puede reemplazar a los ciudadanos europeos en la elección de cuáles son los partidos buenos o malos”, expresó en París en declaraciones ante el Instituto Jacques Delors, un centro de estudios.
Lecciones de la historia
Fabian Zuleeg, director ejecutivo del instituto de investigación European Policy Centre, dijo que los partidos nacionalistas estridentes en Europa se envalentonarán por el documento de estrategia e “intensificarán los esfuerzos para desmantelar la UE desde dentro”.
“Las fuerzas liberales proeuropeas necesitan finalmente despertar: el Estados Unidos de Trump no es un aliado, sino un adversario de las libertades y valores fundamentales de Europa. Su objetivo es reemplazar nuestro sistema democrático con el populismo iliberal ahora arraigado en Estados Unidos”, explicó Zuleeg.
La estrategia criticó la política europea de libertad de expresión y migración. Los aliados de Estados Unidos en Europa enfrentan la “perspectiva de un borrado civilizacional”, decía el documento, planteando dudas sobre su fiabilidad a largo plazo como socios estadounidenses.
Pero Costa, quien preside las cumbres de los 27 líderes nacionales de la UE, dijo que la “historia nos ha enseñado que no se puede tener libertad de expresión sin libertad de información”.
El ex primer ministro portugués también advirtió que “nunca habrá libertad de expresión si la libertad de información de los ciudadanos se sacrifica por los objetivos de los oligarcas tecnológicos en Estados Unidos”.
Hablando con periodistas en Berlín, el portavoz del gobierno alemán, Sebastian Hille, subrayó que “Europa y Estados Unidos están histórica, económica y culturalmente vinculados, y siguen siendo socios cercanos”.
“Pero rechazamos los tonos parcialmente críticos contra la UE”, sostuvo. “Las libertades políticas, incluido el derecho a la libertad de expresión, pertenecen a los valores fundamentales de la Unión Europea. Consideramos estas acusaciones más como ideología que como estrategia”.
Rusia celebra la nueva visión
La estrategia de seguridad es la primera que elabora la Casa Blanca desde que Trump regresó al cargo en enero. Rompe de forma drástica con el rumbo establecido por el gobierno demócrata del presidente Joe Biden, que buscó revitalizar las alianzas de Estados Unidos.
El documento se conoce mientras Estados Unidos busca poner fin a la guerra de casi cuatro años de Rusia en Ucrania, un objetivo que la estrategia de seguridad nacional dice que es de interés vital para el gobierno estadounidense.
Pero el texto deja claro que Washington quiere mejorar su relación con Rusia después de años de que Moscú fuera tratado como un paria global y poner fin a la guerra es un interés central de Estados Unidos para “restablecer la estabilidad estratégica con Rusia”.
El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, ha dicho que el documento “corresponde absolutamente a nuestra visión”. A lo largo de la guerra, Rusia ha trabajado para crear una brecha entre los aliados de la OTAN, particularmente entre Estados Unidos y los principales patrocinadores de Ucrania en Europa.
“Si leemos detenidamente la parte sobre Ucrania, podemos entender por qué Moscú comparte esta visión”, destacó Costa. “El objetivo en esta estrategia no es una paz justa y duradera. Es sólo (sobre) el fin de las hostilidades y la estabilidad de las relaciones con Rusia”.
“Todos quieren relaciones estables con Rusia”, agregó, pero “no podemos tener relaciones estables con Rusia cuando ese país sigue siendo una amenaza para nuestra seguridad”.
Altos funcionarios de la UE y oficiales de inteligencia han advertido que Rusia podría estar en posición de lanzar un ataque en otro lugar de Europa en un plazo de tres a cinco años si derrota a Ucrania.
Hille señaló que “la estrategia no clasifica a Rusia como una amenaza; no compartimos esta evaluación. Nos mantenemos con el análisis conjunto de la OTAN”. Trump y sus homólogos de la OTAN señalaron, en una declaración de la cumbre en junio, “la amenaza a largo plazo que representa Rusia para la seguridad euroatlántica”.
Sin embargo, Hille insistió en que “en vista de los grandes desafíos de política de seguridad, la cooperación transatlántica es ahora y será en el futuro de importancia central para nuestra seguridad común” .


