En la planta procesadora de leche y jugo de la Asociación de Ganaderos de Monte Plata (Agampta) los ingenios industriales, de alta generación, trabajan a toda mecha bajo la supervisión de los técnicos.
Desde equipos de almacenamiento hasta de envasado, todos funcionan de manera simultánea y con un propósito clave: sacar la cantidad necesaria de los productos en tiempo récord.
Listín Diario se trasladó hacia la fábrica ganadera, situada en Haras Nacionales a unos 30 kilómetros de distancia de Santo Domingo, para ver el proceso de elaboración de los productos y conversar con su directiva.
Consiste en un complejo industrial altamente capacitado cuyos inicios datan de finales de los años 90. Es una de las plantas responsables en alimentar a cientos de miles de estudiantes en el desayuno escolar, con su producción de leche fresca de vaca.
Desde hace muchos años, esta fábrica le suministra esa bebida al Gobierno a través del Instituto Nacional de Bienestar Estudiantil (Inabie).
Para el presidente de la planta procesadora, Raymundo Roig, Agampta podría convertirse en el “instrumento de desarrollo de Monte Plata”, contribuyendo a su economía y a la evolución del pueblo, en general.
Detrás de esa fábrica de leche y jugo hay unos 385 socios, la gran mayoría ganaderos, quienes, de una forma u otra, han aportado para su evolución. Pero, tras unos años en el mercado, elaborando leche y jugo, incluso empujando una marca propia: “Monteleche y Montefruta”, para el consumo nacional, las cosas comenzaron a mermar, debido a unas inversiones millonarias que no estaban concebidas en el proyecto.
Según Roig, es difícil fijar una fecha exacta de cuando iniciaron las fluctuaciones, aunque estima que fue en el 2012 o antes. A partir de entonces, Agampta, que se fundó hace alrededor de 36 años, ha experimentado problemas económicos, al acumular algunas deudas millonarias que han ralentizado poco a poco su crecimiento industrial, hasta entrar en un estado de crisis.
Es por ello, que la directiva de la planta procesadora, compuesta por diez ganaderos, ha llamado al Estado en busca de apoyo monetario para reactivar el plan de negocio y recuperar el proyecto. Y es que los productores pecuarios temen que Agampta no logre sustentarse en el tiempo por sus obligaciones financieras.
“Nosotros no tenemos un capital de trabajo de 50 o 100 millones de pesos disponibles”, dijo a Listín Diario el presidente de la fábrica en una reunión con los directivos el jueves 3 pasado.
Roig, que llegó a la fábrica en 2023 tras ganar las elecciones internas, dijo que Agampta está en medio de un “círculo vicioso” por esa situación. De hecho, cuando él y los demás socios tomaron el control de Agampta, el déficit comercial era de unos RD$35 millones mensuales, para mantener el negocio.
“El único que puede resolver eso se llama, aunque sea circunstancialmente, (el presidente) Luis Abinader, que es al que nosotros estamos apelando”, apuntó.
La directiva ya ha dado algunos pasos para que ese respaldo se concrete. Sin embargo, ha encontrado unos que otros obstáculos en el camino. Sus movimientos han ido directamente con el presidente a través de cartas y breves encuentros, pero, también se han acercado al Banco Agrícola y al Ministerio de Agricultura.
En concreto, la directiva solicita RD$150 millones de “recursos frescos” y 24 meses “de una gracia de capital”. Con eso, según Roig, Agampta podría recuperarse y seguir produciendo. La directiva llevó esa propuesta al Banco Agrícola.
“Dijeron que los 24 meses se podía”, comentó Roig, pero, con respecto a la suma de dinero, “nos dijeron que teníamos que hablar con el presidente”. Y así lo hicieron: en diciembre del 2023, la directiva le envió una carta al mandatario en la que planteaban tanto la solicitud de ese dinero como otras necesidades, entre ellas la conexión a un circuito 24 horas de energía. Esta última sí se logró, pero con relación al dinero aún no recibían respuestas.
Camiones de distribución de Agampta fuera de servicio por problemas mecánicos.José A. Maldonado/LD.