Por: Rafael A. Escotto.
«La relación entre el patrimonio cultural y la educación es de gran actualidad. No se dice nada nuevo cuando se afirma que existe una clara tendencia hacia la revalorización de los bienes patrimoniales y a su utilización como recurso educativo». Dr. Joaquín Prats.
Esplendida noche de cultura, de un activo y pasivo patrimonial inolvidable, de memoria y de historia se vivió en las admirables instalaciones del Centro Español de Santiago de los Caballeros.
En esta maravillosa ocasión el selecto público tuvo la oportunidad de apreciar el gran talento de George Wassaf Khoury; además tuvo la pertinencia de considerar y valorar su entrega al recoger con fervor el patrimonio arquitectónico y urbanístico auténtico de la ciudad de Santiago para que el mismo quede grabado en la evocacion de los santiaguenses y del país a través de una envidiable y copiosa propuesta virtual.
Estamos obligados a resaltar, ademas, la estupenda preparación y habilidad de la señorita Ana Angelán, curadora de la obra digital de George Wassaf Khoury, para desarrollar las estrategias de exhibición eficiente que aseguraron una exitosa relación entre el arquitecto e investigador patrimonial, los espectadores y el modo excelente en que fue presentada la muestra.
El curador o curadora explora sobre el artista, su obra, los movimientos y los estilos, el contexto histórico y/o social del periódo de la creación y cualquier otro dato que se considere relevante para el valor artístico y material de la obra.
Debemos apreciar y valorar la intervención o asesoramiento de esta joven mujer en la técnica y estilo para la presentación de cada pieza individual de la que componía la muestra del arquitecto Wassaf Khoury y el conjunto general de todo aquello que integró la exhibición.
A mí me correspondió en una feliz ocasion, por sugerencia del autor, hacer las veces del afamado presentador español José Fernández Gómez cuando esta extraordinaria obra de George Khoury fue exhibida por primera vez en el Centro de la Cultura de Santiago.
Otro detalle que aportó un sorprendente didactismo y un fértil ambiente de claustro educativo a la muestra, fue la participación del licenciado Juan Carlos Bircam.
Me atrevo decir, que cada puntuación, cada acentuación histórica sobre el patrimonio de monumentos y edificaciones de Santiago no pudo ser más nutritivo ni menos preciso que el que se recibió en aquel augusto salón. El cinco de septiembre se convirtio en una gran noche de cultura, de encuentros personales con viejos amigos y de conferencias elocuentes que trascendieron los limites sagrados en el que esta confinado el Centro Español.
La excelente intervención del licenciado Bircam, si hubiera estado allí el laureado poeta inglés John Milton, de los labios del genio inspirado hubiésemos oído la elogiosa expresión: «La elocuencia deleita el alma».
Las humildes materias históricas las trató este joven abogado –como recomendara Cicerón -, con delicadeza, las importantes con solemnidad y las cuestiones corrientes con sencillez.
La belleza decorativa del salon donde se celebró la exhibicion, los matices, entrelazados con el esfuerzo humano y sentimental que se expresó en cada obra del arquitecto santiagués George W. Khoury, dejaron en el público presente un mensaje que a su vez es una responsabilidad social, cual es, velar por la preservación de nuestra arquitectura patrimonial.
En aquella hermosa exposicion no podía faltar la fluidez de un artista, la imaginación de un maestro de la arquitectura, un referente casi obligado que ha proyectado sobre lo obvio su inmensa obra arquitectónica expresada sobre un pliego de papel, inclinado su torso reverentemente en una mesa de dibujo sobre la cual el peso de su inteligencia creativa y de su perspectiva parecen manifestarse en cada trazado.
Me atrevería decir, sin lugar a duda, que Cuqui Batista es el Ben-Hur que fue para Salomón y lo hace desde este solar llamado Santiago de los Caballeros; es este grandioso arquitecto, en sí mismo, un patrimonio viviente de la arquitectura criolla. Para este artista todo es diseño, y la calidad del diseño afecta la calidad de nuestras vidas, como dijera el arquitecto británico Norman Foster, galardonado con el Premio Pritzer, en 1999 y el Premio Príncipe de Asturias en 2009.
Al ver a Cuqui desplazar su mente con la agilidad de un atleta de la arquitectura, como lo fue Oscar Niemeyer en su momento, se me ocurre traer a este trabajo una de las frases más alentadora de este brasileño inmenso por creer que el arquitecto Batista la haria suyas: «No pensé que iba a vivir tanto, pero le confieso que todavía es insuficiente. No acostumbró a mirar demasiado el pasado, prefiero esforzarme por lo que aún falta por hacer».
Aquellas fotografias que fueron exhibidas en el Centro Español produjeron en el público presente una especie de vuelo entusiasta de retorno a la reminiscencia de un pasado emocional que ha permanecido gravitando por cientos de años en el pensamiento de varias generaciones de santiaguenses.
Esa carga trascendental es la que llamamos memoria histórica. Recuerdo una frase de Goethe cuando dijo: «Donde se pierde el interes también se pierde la memoria». La memoria es un paraiso del que no podemos ser expulsados, agregaria alguien.
Repasando un enjundioso ensayo de la autoria de Francois Julien-Laferrieré, titulado «La proteccion de los monumentos historico estudio comparado de Derecho Francés y Mexicano», he encontrado que «Francia y México comparten el privilegio de hallarse en la lista de los diez paises con más sitios declarados Patrimonios de la Humanidad por la Organizacion de las Naciones Unidas para la Educacion, la Ciencia y la Cultura (UNESCO)».
Julien-Laferrarié, es profesor de la Universidad Paris-Sur. director del Instituto de Derecho Público (IEDP), miembro de la Asociación Internacional de Derecho Administrativo y miembro de honor de la Asociacion Mexicana de Derecho Administrativo.
No voy a entrar en el análisis de la obra de julien-Laferriré por su extension, no obstante, invito a mis lectores a estudiar este excelente trabajo como materia importante para que se cree en el pais la necesaria conciencia sobre la proteccion de los monumentos históricos a la luz de la realidad dominicana y para que puedan valorar el trabajo de recuperacion a través de la técnica digital, de monumentos y edificaciones que realiza el arquitecto Wassaf Khoury.
Después de lo dicho anteriormente, no debo, como abogado y escritor, dejar fuera del propósito de este artículo el trasfondo de un comportamiento que se expresa en la destrucción en Santiago y en otros lugares del pais, de monumentos y edificaciones que pertenecen o pertenecieron a la historia urbanística local o nacional. Es posible que esta aberración se este manifestando por una carencia de legislación que proteja nuestros patrimonios.
Por eso, y no por otra cosa, es que sugiero la lectura del trabajo del jurisconsulto francés, porque a lo mejor en la República Dominicana el lastimero fenómeno de las destrucciones de los bienes patrimoniales provenga de un vacio de una norma juridica que resuelva esta monstruosa y despreciable práctica.
Felicitamos, primeramente, al arquitecto y amigo George Wassaf Khoury por habernos hecho vivir una noche de fantasía, un manjar exquisito de informaciones y de anécdotas y, al Centro Español por haber acogido esta grandiosa exposición, la que a la vez nos emplaza a defender la conservación de nuestro patrimonio o herencia arquitectónica para que no perezca nuestra memoria histórica bajo los escombros de una modernidad patrimonial mal entendida.
Este trabajo quedaria intelectualmente trunco si no le agregaramos una frase del Premio Nobel de Literatura, el escritor portugués José Saramago: «Hay que recuperar, mantener y transmitir la memoria historica, por que se empieza por el olvido y se termina en la indiferencia».