Italia decidió confinar de nuevo a partir del lunes a tres regiones consideradas de alto riesgo de contagio como medida para luchar contra la pandemia de coronavirus, que ha causado en el país la muerte de más de 80.000 personas.
Si bien actualmente ninguna región italiana está clasificada de alto riesgo, el ministro de Salud, Roberto Speranza, deberá firmar este viernes el decreto que establece como zona roja a las regiones de Lombardía (norte), Sicilia (sur) y Alto-Adige (norte), indicó a la AFP un portavoz del ministerio.
Las regiones italianas se clasifican según la gravedad de la situación epidemiológica: amarillo (riesgo moderado), naranja (riesgo medio) y rojo (riesgo alto) y cada semana un comité científico revisa la situación.
En las zonas rojas, además de las restricciones vigentes a nivel nacional, como el toque de queda de las 22H00 hasta las 05H00, deben cerrar todos los bares, cafeterías a partir de las 18H00 y los únicos comercios abiertos son los de primera necesidad, como farmacias y supermercados, mientras los restaurantes sólo pueden vender comida para llevar.
En total doce regiones serán consideradas “zona naranja”, es decir que todas las tiendas podrán abrir y los bares, cafeterías y restaurantes pueden vender sólo para llevar.
En aquellas amarillas, los bares, cafeterías y restaurantes pueden recibir clientes hasta las 18H00 y pueden atender un máximo de cuatro clientes por mesa.
El gobierno también extendió la prohibición de viajar entre regiones hasta el 15 de febrero y las estaciones de esquí también permanecerán cerradas hasta el 15 de febrero.
Los museos, en cambio, podrán abrir sus puertas en las zonas clasificadas como amarillas, pero sólo de lunes a viernes y para un número limitado de personas.
Los gimnasios deportivos, piscinas y salas de cines deberán permanecer cerrados por lo menos hasta el 5 de marzo.
El ministro Speranza indicó que el gobierno estaba considerando la creación de una “zona blanca”, sin restricciones para las tiendas, cines, teatros, salones de baile y centros deportivos, con la obligación sólo de mascarillas y de mantener la distancia obligatoria.
En la actualidad, ninguna región italiana reúne las condiciones para ser clasificada como zona blanca, es decir, con menos de 50 contagios por cada 100.000 habitantes durante al menos tres semanas.
Paralelamente a su política de lucha para contener los contagios, Italia prosigue activamente su campaña de vacunación y ha vacunado ya a cerca de un millón de personas (970.000 dosis), según las últimas cifras oficiales.