Por: J. Luis Rojas
Todas las organizaciones, sin importar su naturaleza, tamaño, participación de mercado y posicionamiento, siempre persiguen alcanzar determinados logros tangibles e intangibles. En este sentido, cada empresa, institución o marca, buscará diferentes mecanismos para que sus logros sean sostenibles, rentables, útiles y de alto valor agregado. Es decir, ninguna organización existe por amor al arte. Todas trabajan para obtener resultados.
Entre los recursos esenciales que requieren las organizaciones para obtener logros significativos, útiles y sostenibles, figuran los siguientes: talento humano, tecnología, financiero, clima laboral, procesos, normas, procedimientos, comunicación efectiva, liderazgo, trabajo colaborativo, innovación, transparencia, ética, entre otros. Por lo general, la cantidad, calidad y pertinencia de los logros que concretizan las empresas, las instituciones y las marcas, dependen de cómo sean gestionados cada uno de los recursos mencionados.
Está comprobado, la gestión integral de los recursos tangibles e intangibles incide de manera directa en los logros de las organizaciones. En este ámbito, directivos, ejecutivos y gerentes de muchas empresas, instituciones y marcas, suelen incurrir frecuentemente en el gravísimo error de creer que para alcanzar los logros deseados, basta con disponer de recursos tangibles suficientes. Por ejemplo, es frecuente que en un entorno como el descrito, se obvié el valor agregado de la comunicación interna y externa, como recurso transversal para alcanzar determinados logros.
La comunicación de logros en un proceso holístico, continuo, inclusivo, colaborativo y flexible, consistente en planificar, ejecutar y controlar políticas, objetivos, estrategias y actividades específicas y generales, con el propósito deliberado de facilitar que las organizaciones y las marcas alcancen logros significativos, sostenibles, rentables, útiles y creíbles. Este tipo comunicación, a diferencia de la mediática, se enfoca en gestionar estratégicamente el qué, el para qué, el dónde, el cuánto y el cómo de cada una de las acciones comunicacionales internas y externas. La misión de la comunicación de logros es construir y difundir relatos coherentes, creíbles y objetivos, ni más ni menos.
La comunicación de logros se caracteriza, entre otros atributos, por planificar, ejecutar y controlar estrategias y actividades que contribuyan a concretar y a visibilizar logros provenientes del trabajo en equipo. Esta dimensión de la comunicación, no busca difundir logros de índoles colectivos, como si fuesen el resultado de alguien en articular. El talento humano responsable de gestionar la comunicación interna y externa de las empresas, de las agencias públicas, de las marcas corporativas y comerciales, deberían de aprender a diferenciar los esfuerzos comunicacionales personales de los institucionales.
En el marco de la realidad actual, la comunicación de logros facilita que las organizaciones logren su misión, visión, valores, políticas, objetivos, estrategias y actividades. La comunicación de logros cuida la credibilidad de los mensajes internos y externos de las organizaciones. Por ello, se empeña en que las informaciones enviadas a los medios no sean superiores y diferentes a los resultados alcanzados. Además, evita que el número de informaciones difundidas no sea inferior a los resultados obtenidos.
La comunicación de resultados, tanto un medio de alto valor agregado para el buen desempeño de las organizaciones y las marcas, se centra en cuidar la reputación, la credibilidad, la confianza, la imagen pública, el capital relacional y el permiso social de ellas. En este orden, los mensajes de la comunicación de logros contribuyen a crear y mantener, entre las audiencias, percepciones y opiniones coherentes con la realidad de los hechos. Los relatos de la comunicación de logros son creíbles, transparentes y éticos. En cambio, las mentiras, la manipulación de la realidad, la exaltación de la megalomanía y el manejo malintencionado de las estadísticas, son factores adversos a esta modalidad comunicacional.
Para garantizar una gestión integral, ética, transparente y veraz de la comunicación de logros, tanto dentro como fuera de la organización, es recomendable elaborar y aplicar políticas que regulen dicha práctica. En cualquier ámbito (gubernamental, corporativo, institucional, social, político, económico, académico, etc.), la comunicación solo añade valor cuando sus mensajes son el resultado de la realidad de los hechos.
Los factores que determinan el alcance, los tiempos y el tipo de estrategia comunicacional que habrá de implementarse para visibilizar los logros, son la magnitud, el tamaño y el impacto. Em este sentido, las acciones de comunicación se pueden dirigir tanto dentro como fuera de las organizaciones. Además, pudiesen aplicarse antes, durante y después de alcanzar los logros deseados. Es un error emplear la comunicación para alterar el tamaño y la magnitud de los logros y resultados.
En la presente coyuntura, bien haría el talento humano de comunicación en crear, implementar y controlar estrategias internas y externas creíbles, que contribuyan a alcanzar y a visibilizar los logros significativos de las empresas e instituciones públicas, más allá de invertir tiempo, creatividad y dinero en elaborar y difundir relatos incongruentes con la calidad y cantidad de los logros a los que aluden.
En síntesis, gestionar estratégicamente la comunicación de logros, implica saber qué, cómo, cuándo, por dónde y por qué se debe comunicar. La comunicación de logros no daña, no difama, no injuria, no crea falsas percepciones y expectativas y no induce a las audiencias a tomar decisiones desacertadas. Entiéndase, esta modalidad comunicacional contribuye a fortalecer el componente institucional y a visibilizar estratégicamente los logros provenientes del trabajo colaborativo. Desde la mirada de la comunicación de logros, el todo es más que la suma de sus partes.
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