Por: Karleny Cabrera
A menudo suele pasar que una persona piensa constantemente en algo o alguien sin entender hacia donde esos pensamientos lo conducirán; y esto se vuelve tormentoso cuando el individuo quiere revocar ese pensar y enfocar su mente en algo diferente y más productivo.
Según la escritora Victoria Jara de la Universidad Politécnica Salesiana Ecuador, el pensamiento es un don particular del ser humano y su origen se da por la intervención sensorial y la razón; o sea que, la mente va a ser cien por ciento influenciada por aquello que entiende correcto de acuerdo a sus vivencias y por lo que percibe en sus situaciones diarias.
En tal sentido, lo que uno observa, escucha, siente y conoce es en sí el resultado de los pensamientos, es decir, la mente funciona de acuerdo a cómo es alimentada por medio de los sentidos.
Es por ello que el ser humano debe cuidar de aquello que ve y oye para que sean cosas positivas las que lleguen a su mente, y esto mantenga todo su cuerpo en armonía, pues, de los pensamientos se desprenden más acciones.
La Biblia dice en el libro de Filipenses, capítulo cuatro, versículo ocho: “Por lo demás hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, justo, puro, amable, todo lo que es de buen nombre, si algo digno de alabanza, en esto pensad.
Así que, cuidemos lo que miramos, escuchamos y sentimos porque de ellos van a depender nuestros pensamientos y, por ende, nuestras acciones. Con el buen pensar a Dios.