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La industria dominicana del cine vive su película de pesadilla ante reforma fiscal

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No hay futuro para el cine”, “No habría cine”, fueron las escuetas respuestas del cineasta Francis Disla, “El Indio” (El fantasma de mi novia) al LISTÍN DIARIO obtener su reacción de ser presentada la propuesta de derogación de la Ley 108-10, Ley de Cine, que solo espera por la aprobación en el Congreso.

Antes de que la propuesta se hiciera oficial, sectores afectados de la industria cinematográfica local habían asumido una campaña en reclamo a que la ley de incentivo al cine no fuera tocada dentro la Ley de Modernización Fiscal.

Como es usual las redes sociales han servido de ventana para expresar el descontento de lo que, según entienden los afectados, podría paralizar el crecimiento del cine dominicano.

El actor y productor Frank Peroz en un post publicado, temprano en la mañana del martes, escribió que lamentaba sentirse como un “capo” al intentar hacer cine en su país.

Otros como la actriz y productora Nashal Bogaert, con la intención de ponerle rostros reales a la industria del cine, compartieron un video con testimonios de cómo esta manufactura había transformado la vida de muchas personas con las oportunidades de trabajo.

Por el momento con la derogación de la Ley 108-10 se busca diseñar un programa de apoyo más efectivo y de menor costo para el pueblo contribuyente. Algunos han asegurado que el incentivo a la Ley de Cine en el país se ha prestado para el fraude entre cineastas y empresas tributantes.

Fue el ministro de Hacienda, Jochi Vicente, quien reveló en “La Semanal” que el gobierno planea eliminar las leyes que otorgan beneficios fiscales a los sectores del cine, las zonas francas y el turismo.

Vicente aseguró que la eliminación de estos beneficios no significa un abandono del sector y enfatizó el relanzamiento del Fondo de Promoción Cinematográfica (FONPROCINE), una iniciativa destinada a fortalecer la industria del cine en el país.

La derogación de la Ley 108-10 presenta un nuevo prototipo de apoyo al cine, y ya se habla de un Fondo para la Promoción de la Industria Cinematográfica Dominicana, el cual sería dirigido por un Instituto Dominicano de Cinematografía (IDOCINE), el que administraría los fondos de unos 25 millones de dólares.

Además Confocine tendría a cargo la evaluación de los guiones para la asignación de fondos para la producción, distribución y exhibición de las películas dominicanas que sean escogidas.

ADOCINE, DESCONTENTO

En un comunicado enviado a los medios de comunicación la Asociación Dominicana de Profesionales del Cine (Adocine) rechazó la propuesta derogación de la Ley 108-10, que regula industria dominicana de cine, y advirtió que la esta medida atenta el crecimiento de la industria audiovisual dominicana.

Adocine negó que los promotores de la llamada “Ley de modernización fiscal” se hayan “reunido con todos los sectores afectados”. Explicó que el cine como sector no ha sido convocado en ningún momento, a pesar las manifestaciones de rechazo que se han emitido desde la industria del cine.

La institución siempre ha estado dispuesta al diálogo, durante meses intentó buscar un acercamiento para conocer la situación, intentos que no recibieron respuesta oficial, se indicó.

Hans García, presidente de Adocine, expuso que los profesionales del cine dicen “que esta reforma destruiría el avance logrado por el país como destino fílmico, dejaríamos de ser competitivos en un escenario regional cada día más disputado”.

Advirtió que de aprobarse la derogación se perderían 25,000 empleos, quebraría 375 empresas del sector y generaría un futuro incierto a más de 1,200 estudiantes que actualmente cursan la carrera de cine en más de seis universidades del país.

El gremio aseguró que la eliminación abrupta de los incentivos sería un desconocimiento total del crecimiento de una industria que ha cosechado numerosos triunfos a nivel internacional y ha elevado a la República Dominicana a niveles de reconocimiento que nunca habíamos imaginado y que el país dejará de percibir las divisas frescas que cada año van en crecimiento.

En cambio, la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas de la República Dominicana (ACCINE RD), que preside el  escritor y cineasta Luis Arambilet, expresó su total desacuerdo con la propuesta de reforma fiscal 2024.

La Academia considera que esta reforma desmantela gravemente la Ley 108-10 para el Fomento de la Actividad Cinematográfica, al proponer la derogación de varios numerales y artículos sustantivos que, desde su implementación, han impulsado el desarrollo de la industria cinematográfica en el país.

En su comunicado, Arambilet señaló que esta propuesta es comparable a políticas implementadas en otros países de Iberoamérica, donde el valor de los activos culturales ha sido minimizado, afectando gravemente el desarrollo socioeconómico de los sectores que dependen de la cultura.

“Calificamos esta propuesta que se remite al Congreso Nacional como inconsulta e indignante”, expresó el presidente de Accine RD.

El cine y el audiovisual, agregó, son parte esencial de la riqueza cultural moderna de los pueblos”.

En este contexto, eliminar los incentivos establecidos en la Ley de Cine afectaría directamente la llegada de inversión extranjera y la coproducción nacional, elementos clave para el crecimiento económico y la generación de empleo en el sector”, sostuvo Arambilet.

reacción de DIPUTADA

La comunicadora Selinée Méndez, diputada de la Fuerza del Pueblo, se opuso categóricamente a la eliminación de los incentivos a la Ley de Cine.

Méndez lamentó que luego del avance que ha mostrado el cine dominicano se esté promoviendo la derogación de la Ley 108-10. Desde su curul defenderá propiciará el crecimiento de la industria. Criticó que el Gobierno no haya sostenido un diálogo abierto con los miembros de este sector, antes de tomar la decisión que llevará al debilitamiento de las producciones.

OPINIÓN

De ser derogada la Ley 108-10 cuál será el futuro del cine dominicano? El crítico de cine Pachico Tejada explicó que la ley de cine se hizo para incentivar la producción, pero de igual manera, era una ayuda para que en el país se establecieran productoras capaces económicamente, gracias a los beneficios que ofrece.

“Si las productoras locales hicieron un trabajo económico bueno, sobrevivirán a la ausencia de este incentivo, y con la ayuda de patrocinio privado, como era en el pasado, podrán seguir produciendo. El detalle es, que en el pasado las pocas películas que se estrenaban representaban una novedad para el público, y por ello muchas fueron exitosas. Pero, con la ley de cine, los beneficios permiten que los productores no tengan que esperar el respaldo en la taquilla, un elemento que, de eliminarse o modificarse la ley, tendrán que volver a necesitar”, sostuvo Tejada.

Agregó: “Hace años que se viene amenazando con que la Ley de cine se iba a derogar, y no pasaba, pero ahora imagino que el Estado entiende que la producción de cine, que ha crecido tanto en los últimos 14 años, no necesita alas, sino que ya vuela sola”.

En ese sentido Tejada dijo que espera que le hagan más cambios que sigan beneficiando, sobre todo a los cineastas que quieren hacer películas que perduren y que como arte contribuyan a mejorar la sociedad.

VOZ DE RAÚL CAMILO

El cineasta Raúl Camilo (“Lo que siento por ti”) observó “que la industria del cine desaparecerá sin el incentivo de la ley y con ella miles de empleos y beneficios indirectos para comunidades a veces remotas del interior del país donde se filmaba y recibían unos recursos que ninguna otra industria les daba”.

Camilo espera que se dé un acercamiento con los sectores de la industria y se llegue a un consenso y reformular la ley pero no eliminarla.

“Es espero que no sea aprobada tal como se ha propuesto, por el bien de muchos estudiantes que comenzaron su carrera de cine y muchos técnicos y productores que trabajan en la industria. Ojalá se reúnan con el sector y se pueda llegar a un entendimiento”, sostuvo.

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