Hace ya muchos años que, en el marco de una conferencia, organizada por la Gobernación de Santiago, conocí al hoy legislador de la República. El entonces representante del ejecutivo en la provincia, Prof. José Izquierdo, había convocado a un público heterogéneo para escuchar una ponencia de corte académico, la razón que nos sedujo para cumplir con la invitación.
Por Luis Córdova.
¿Qué nos podía decir un personaje público al que solo veíamos como político y que se había erigido, entre controversias acaecidas luego del primer gobierno de su partido, como figura de primer orden?
Recuerdo que nos sorprendió. No solo porque el dominio del tema justificaba el aval de un curricular que al igual que en mi caso, muchos desconocían. Gran parte de su tema fue de manera improvisada, algunos apuntes y desde el pódium parecía centrarse en una suerte de cátedra. El bombardeo de preguntas era de rigor. Profesores, académicos, escritores, profesionales de diversas áreas y figuras políticas de primera línea en la provincia, asintieron tanto a preguntas como la astucia de sus respuestas, aquello dio al encuentro una apreciable muestra de inteligencia.
En un fino trato como es distinción del Profesor Izquierdo auspició un saludo en el brindis del final a cada grupo que compartía en el recién inaugurado Palacio de la Gobernación. Esa ha sido la única vez que mi mano estrechó la suya.
Confieso, como hombre que se precia cristiano, que esa noche reconocí lo fácil que cometía, de manera inadvertida, el pecado del perjurio. Reconfirmar la vigencia de ese viaje frase de Einsten: “triste época la nuestra, es más fácil desintegrar un átomo que superar un prejuicio”.
Decir su nombre es para ciertos círculos un pecado. Imposible no advertir su presencia y levantar banderas ya sea a favor o en contra. Tras la vacuidad de los señalamientos y el periplo de los procesos ante los tribunales, está un lúgubre telar de estratagemas, inquinas, resentimientos y envidia. No por su caso en particular, sino porque a todo personaje público, algunos más que en otros, les pasa igual: el precio de crecer y ser cuando la sociedad juega en los laberintos de la falsa moral.
Aunque no lo volví a ver fue imposible sustraerse del acontecer de sus días tanto cuando fue electo como senador en 2010 y en 2016, como por los procesos a los que hemos hecho referencia.
Los focos nacionales de las noticias han estado sobre este hombre nacido en un remoto distrito municipal de Pedro Corto en la provincia San Juan de la Maguana. La superación por la educación parece una de las pasiones para este hijo de dominicanos humildes. Se biografía revela que se hizo ingeniero civil por la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), licenciado en derecho por la Universidad del Caribe (Unicaribe) y licenciado en Estudios Avanzados en Economía por la Universidad del País Vasco, España y la UASD. A nivel de postgrado obtuvo una maestría en Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales, ambas por la Universidad Pedro Henríquez Ureña y Maestría en Administración Pública y Políticas, Universidad Estatal de Utah, Estados Unidos, en el marco de un acuerdo con la UASD.
Precisamente en la universidad supe de un testimonio parecido al mío cuando le conocí: mi amigo servía como jurado en una de sus tesis y me confesó que se llenó de prejuicios mientras leía la investigación, el momento de la sustentación se había dado cuenta de que el dominio de su complejo tema era real y, según me confesó, no tuvo más remedio que calificarla de sobresaliente.
De nuevo el átomo y los prejuicios del genio del siglo veinte.
Ahora que tenemos un país político totalmente diferente y caminamos hacia una democracia más madura, la agenda de los actores tiende hacerse más sincera. Atrás quedaron los altares, las acartonadas poses. Se ha roto lo políticamente correcto y la escena política se hace con mayor nivel de exposición de la figura política, es ese sentido Félix Bautista lleva ventaja.
Pero eso que va en la vida privada y pública de los personajes también aplica a sus trabajos. Cada vez la ciudadanía exige que se le explique qué hace de lo que está llamado a hacer.
Entre sus amigos y enemigos existe un consenso: nadie puede negar la capacidad y la voluntad de trabajo.
Ese ha sido el objeto de esta serie de publicaciones y que iniciamos con el senador de San Juan. Los proyectos de leyes aprobados revelan que sus años en el servicio congresal ha sido intenso. En un país donde la burocracia hace que las iniciativas tengan pies de plomo.
Sin rigor de un orden cronológico podemos mencionar las piezas que, a nuestro juicio, han sido fundamentales para revestir de mayor institucionalidad el ejercicio de ciudadanía como han sido la Ley No. 136-15 que regula la Iniciativa Legislativa Popular, del 28 de julio de 2015, y la Ley No. 142-15 que instituye el Consejo Económico y Social, adscrito al Ministerio de la Presidencia, del 12 de agosto de 2015.
Un tema de primera línea en los días de pandemia que corren siendo regulados por una pieza de su autoría la Ley No. 21-18 Orgánica sobre regulación de los Estados de Excepción contemplados por la Constitución de la República Dominicana, del 25 de mayo de 2018.
Temas que para muchos son de futuro pero que a la luz de los que piensan el presente, se hacen impostergable, han encontrado cabida en su agenda legislativa: la Ley No. 589-16 que crea el Sistema Nacional para la Soberanía y Seguridad Alimentaria y Nutricional en la República Dominicana, del 05 de julio de 2016, y la Ley No. 208-14 Ley que crea el Instituto Geográfico Nacional “José Joaquín Hungría Morell”, del 24 de junio de 2014.
De igual manera temas sensibles como los de la ley No. 5-13 sobre Discapacidad en la República Dominicana, del 15 de enero de 2013 y uno fundamental como el de la Ley No. 172-13 que tiene por objeto la Protección Integral de los Datos Personales asentados en archivos, registros públicos, bancos de datos u otros medios técnicos de tratamiento de datos destinados a dar informes, sean estos públicos o privados, del 13 de diciembre de 2013.
En los actuales momentos ha optado por un nuevo período como Senador por San Juan y lo encuentra con la más amplia carpeta de proyectos en curso que tenga senador alguno en la República Dominicana.
Veintidós son los proyectos que revelan profunda comprensión del momento histórico pero también un conocimiento acabado de la realidad social, económica y política de esta media isla enclavada en el mismo trayecto del sol.
Podemos citar iniciativas sobre las que ha mostrado gran atención, tanto de las veces que fue funcionario público como desde la Ong que fundara y dirigiese, estos temas son la producción sostenible y la mujer. Por eso las iniciativas de Ley que crea el Instituto Dominicano de Leguminosas (INDOLEGUMINOSAS) y de la Ley que crea el Sistema de Apoyo Integral para la Prevención, Atención, Sanción y Erradicación de la Violencia contra las Mujeres.
El país, a pesar de tener tantos Ayuntamientos, carece de una vida institucional que le otorgue sentido de cuerpo, un marco legal y conceptual estructurante y articulador como proponen las iniciativas: Proyecto de Ley Orgánica de la Administración Local, Proyecto de Ley Orgánica de Ordenamiento Territorial y Uso de Suelo y el Proyecto de Ley Orgánica de Regiones Únicas de Planificación de la República Dominicana.
Temas que a estas alturas debimos tener regulados como país como el Proyecto de Ley que Regula el Sistema Estadístico Nacional, lastrado a una Oficina que apenas presenta cuadros estáticos con espacios temporales enormes que imposibilitan la sistematicidad y conocimiento de la realidad dominicana.
Otros como el Proyecto de Ley que Regula las Cooperativas en República Dominicana y el Proyecto de Ley de Fomento de la Cultura de Paz en todos los niveles del Sistema Educativo Dominicano, Proyecto de Ley de Estímulo a la Inversión, Desarrollo e Innovación Tecnológicos y la Proyecto de Ley de Comercio Marítimo, deben producir un debate amplio y urgente ahora que se ha madurado los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Lograr llegar a la visión de largo plazo de nación, que aspira para el 2030 en el Artículo 5 de la Ley de la Estrategia Nacional de Desarrollo de la República Dominicana 2030 (Ley 1-12), que reza: “un país próspero, donde las personas viven dignamente, apegadas a valores éticos y en el marco de una democracia participativa que garantiza el Estado social y democrático de derecho y promueve la equidad, la igualdad de oportunidades, la justicia social, que gestiona y aprovecha sus recursos para desarrollarse de forma innovadora, sostenible y territorialmente equilibrada e integrada y se inserta competitivamente en la economía global”.
Para lograr eso se precisaba de una profusa labor de nuestros legisladores para dotar de fortalezas a un sistema de precaria institucionalidad. Abundan las agendas vacías de decenas de senadores que, muy a pesar de su locuacidad, de la exposición pública o los ribetes de sabios, no alcanzan a la redacción y elaboración de proyectos.
Por eso celebramos proyectos como el que crea el Fondo para el Desarrollo e Innovación del Emprendimiento (FODINE), el Proyecto de Ley de Participación Igualitaria entre Hombres y Mujeres en la Administración Pública y Poderes del Estado y el Proyecto de Ley que crea el Colegio de Administradores Dominicano (CADOM).
Las garantías de que otorga la Constitución necesitan del Proyecto de Ley que crea el Servicio Nacional de Representación Legal de los Derechos de la Víctima, Proyecto de Ley que regula el Indulto y del Proyecto de Ley Orgánica de Libertad de Reunión.
Félix Bautista comprendió estos aspectos y de ser aprobados avanzaríamos sin dudas a una vida institucional más sana con proyectos como el de la Ley mediante el cual se Crea el Instituto Superior de Formación Electoral y del Estado Civil (ISFEEC); el Proyecto de Ley Orgánica sobre Expropiación de Bienes Inmuebles por Declaratoria de Utilidad Pública o Interés Social de la República Dominicana; el Proyecto de Ley sobre Registro y Mantenimiento de Infraestructuras Públicas; y el Proyecto de Ley mediante el cual se crea el Fondo Nacional para la Atención Solidaria en Salud (FONASS). La lista la completa el Proyecto de Ley que declara el día 21 de diciembre de cada año como “Día Nacional del Defensor Público”.
La Cámara de Diputados conoce el proyecto de Ley Orgánica sobre Derechos de Participación Ciudadana y Mecanismos de Control Social, que fue aprobada por el Senado y que regula el referendo aprobatorio constitucional, el referendo ordinario, el plebiscito nacional, las vistas públicas, el derecho de petición, las consultas populares, las veedurías ciudadanas, las comisiones de auditoría social, los observatorios, la demanda en rendición de cuentas y la denuncia de faltas.
De los hombres públicos es mejor hablar de sus obras, como en esta ocasión que nos centramos exclusivamente la labor legislativa de un personaje controvertido de la política dominicana. De los criterios que tengan sus propios compañeros de partido, la crítica artera, los prejuicios, la envidia o las veladas razones, eso no es asunto que me competa, al menos en un trabajo de esta naturaleza.
Maya Angelou, la activista norteamericana, nos ha regalado una frase que aplicamos a nuestra vida: “El prejuicio es una carga que confunde el pasado, amenaza el futuro y hace inaccesible el presente”.
En ningún rincón de su morfología guarda este artículo otra razón que no sea la de exponer eso que lo nimio trata de ocultar, a fin de cuentas, no debe preocuparnos nada más porque la verdad al igual que el sol, siempre sale. Así ha sido. Aquí está el aporte para la consolidación de la democracia y la vida institucional de la República Dominicana de un senador llamado Félix Bautista.