La ONU alerta sobre el auge de las estafas en internet vinculadas a la trata de personas, con Asia Suroriental como epicentro, donde miles de víctimas son forzadas a cometer fraudes desde complejos vigilados similares a prisiones.
El Informe Global sobre Trata de Personas 2024, publicado este miércoles en Viena, destaca el aumento de la trata de personas para ser explotadas en actividades criminales, y que pasó representar el 1 % de los casos en 2016 al 8 % en 2022.
Y en especial analiza una modalidad creciente, la de la trata para cometer fraudes en internet, presente en Asia Suroriental. La trata, una forma moderna de esclavitud, consiste en captar y retener a una persona para explotarla.
Las víctimas
Las víctimas, generalmente jóvenes, son engañadas con ofertas de empleo bien remunerado, pero terminan confinadas en complejos vigilados, como casinos, hoteles y oficinas, donde son obligadas a cometer fraudes.
Estos centros de estafa, que operan en países como Myanmar, Camboya y Laos, funcionan como verdaderas prisiones, según el estudio de la ONU.
“Estamos hablando de complejos cerrados, similares a prisiones, donde estas personas, engañadas con ofertas de trabajo, son obligadas a cometer estafas ‘online’ desde un ordenador, sufriendo una violencia extrema”, afirmó en rueda de prensa Fabrizio Sarrica, un investigador de la ONU sobre trata.
Las víctimas son forzadas a establecer contacto con objetivos asignados, a menudo usando identidades falsas, para manipularlos y convencerlos de invertir en estafas o participar en apuestas ilegales.
La violencia, las amenazas y las deudas ficticias son las herramientas empleadas para mantener a las víctimas bajo control en este delito que combina ciberdelincuencia, lavado de dinero y trata de personas.
El perfil de las víctimas, jóvenes, en muchos casos extranjeros, con conocimiento de tecnología y dominio de idiomas, resulta también novedoso respecto a la situación de vulnerabilidad o incluso exclusión social de las personas que habitualmente caen en la trata.
“Hablamos de complejos enormes con cientos de computadoras, y en las operaciones policiales, de hecho, se liberan a miles de víctimas de esta explotación forzada. La magnitud de estas operaciones resulta preocupante”, resumió Ilias Chatzis, jefe de la sección de lucha contra la trata de personas y el tráfico de migrantes en la Organización de la ONU contra la Droga y el Delito (ONUDD).
“Además, según lo que entendemos y escuchamos, este fenómeno también se está expandiendo, saliendo del Sudeste Asiático hacia otras regiones, como América Latina”, agregó.
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