Los sindicatos franceses reivindicaron este martes haber conseguido la mayor movilización contra la reforma de las pensiones del Gobierno de Emmanuel Macron, al que reclamaron que les escuche y que dé marcha atrás con un proyecto que, mientras tanto, sigue su tramitación parlamentaria.
El secretario general de la Confederación Francesa Democrática del Trabajo (CFDT, primera central del país), Laurent Berger, consideró la jornada “histórica” por ser “la mayor movilización de los últimos 40 años”.
Berger, que estaba en la cabecera del recorrido en París junto a los otros líderes sindicales, insistió ante los medios en que Macron y su Ejecutivo “no pueden seguir sordos” ante unas protestas “masivas”.
En una línea paralela, el secretario general de la Confederación General del Trabajo (CGT, segunda central del país), Philippe Martínez, consideró la de hoy “la mayor movilización desde el comienzo del conflicto” en enero, por encima incluso de la del 31 de ese mes.
Ese 31 de enero salieron a la calle 1.27 millones de personas, según la policía, y hasta 2.8 millones, según la CGT.
Martínez insistió en que la acción unitaria de los sindicatos ha conseguido “lo que queríamos, paralizar Francia” con huelgas en diferentes sectores como transportes, energía o educación, pero también en el sector privado.
Para el líder de la CGT, el “éxito” de esta convocatoria significa que se ha pasado “a otra velocidad” en la protesta contra un Gobierno que, si no retira la reforma, “no haría más que incendiar un polvorín”.
El proyecto de ley del Ejecutivo, que continúa ahora en el Senado una tramitación parlamentaria que debe terminar antes de fin de mes, prevé en particular el retraso de la edad mínima de jubilación de los actuales 62 años a los 64.