Por Darío Nin
El jueves 18 de mayo, entre la ocho treinta (8:30) y nueve (9:00) de la noche, me desplazaba por las calles interiores del ensanche Ozama, pues venia de un conversatorio que la Universidad del Caribe y el Defensor del Pueblo había organizado y que se denominaron “Conversatorio con Mujeres de Existo.
Para ir a la Zona Oriental (Santo Domingo Este) tomé la avenida George Washington, continué por la Francisco Alberto Caamaño o “Del Puerto”, crucé el puente flotante y tomé la marginal izquierda para adentrarme por villa Duarte, atravesar por debajo sur- norte el puente Duarte hasta conectar con la calle presidente Vásquez y continuar mi ruta hasta mi destino final.
En mi recorrido una vez crucé el flotante, obtuve una muy buena impresión: las calles estaban iluminadas, todas las calles tenían luminarias y todas las luminarias estaban encendidas.
Mi recorrido abarcó varios sectores: Ozama, Alma Rosa, San Vicente, Carretera Mella, parte del residencial del Este y otros. Todos estaban totalmente iluminados. ¡!Que buena sensación me llevé!, Muy pocas veces (y soy generoso con esto), porque en verdad realmente no recuerdo haber visto en toda mi existencia esa zona iluminada como la vi esa noche. No se de quién son los méritos, pero que lo reciben. Es por esto, la primera parte del título de este escrito “Luces”.
Piedras, esta segunda palabra en el título, viene por las piedras que observaron en uno de los noticiarios nocturnos, que fueron lanzadas a agentes de migración que estaban por la Ciudad Juan Bosch. Aquello me dejó “boquiabierto” al ver a los oficiales de migración y supongo que agentes de la policía o las fuerzas armadas entre ellos, que abandonaban raudos y veloces, esa escena, con la caída de algunos de ellos frente a la embestida de los nacionales haitianos. “Un mal presagio, una funesta acción” que nos adelanta parte de lo que nos espera y que nos hace una invitación a la reflexión ya la toma responsable de acción, claro, en el estricto respeto de los derechos fundamentales y la dignidad humana, recordando que “lo cortés no quita lo valiente”.
Oración : es la tercera palabra; a la mañana siguiente, paso temprano por los alrededores del Faro a Colón para cruzar a la ciudad y observar que en medio de la avenida Estados Unidos , cerca al destacamento policial de allí, la Iberoamérica cercana al destacamento de la armada , habían un montón de vidrios rotos y basuras esparcidas en medio de la calle “pregunté las razones y me entero, que la población estaba protestando la noche anterior porque sólo le dan dos horas de energía o como décimos los dominicanos de luz al día. Es decir, que mientras en la noche yo gozaba la iluminación del Ozama y sectores aledaños; en Villa Duarte, Los Mameyes y sectores vecinos protestaban por la abundancia de apagones y oscuridad.
Es como, si para lograr la iluminación reportada se recurriera al apagón señalado. Como “si se desvistiera un santo para vestir a otro”. Tal vez haya razones que justifiquen, “el privilegio y la discriminación “como el pago de la factura en uno y otro, pero, esa era la realidad, mientras un sector estaba encendido a tal punto que me impresionó lo bien que estaba, otro estaba protestando por estar apagado. Por supuesto después del análisis llega la decepción y me llega un merengue que torciendo un poco las letras parafraseo “y…las cosas de la vida no son como yo esperaba, no son como yo esperaba, no son como imaginaba”
Pero que tiene que ver la palabra oraciones con las luces y los apagones a los que hago referencia en los párrafos anteriores. Nada y todo.
Sucede que mi traslado a esa hora se motivó, en esta ocasión, para mi asistencia a un evento que organizan las fundaciones Desayuno Nacional de Oraciones Dominicana y El Ejército Dominicano de Oración, para el “VI Desayuno Nacional de Oración” Y o la califico como una versión distinta de la batalla de la Fe, pero este equipo invita a la dirigencia nacional ya los funcionarios Públicos o representantes de todos los poderes del Estado. Pues en la invitación señalaba que orarían por el gobierno, la familia y la Nación, por una cultura de paz en nuestra sociedad y el gobierno de Dios sobre nuestra tierra. Mi presencia precisamente, era representando al Defensor del Pueblo institución de la cual soy su Segundo Adjunto. Y que entiendo que por mi condición de cristiano a que aspiro, el titular delegó en mí.
Efectivamente, allí se oró por una mejor nación, por funcionarios más responsables y conscientes de sus roles, por la Nación Dominicana y la protección de los peligros que le acecha y sobre todo se oró por la humildad de los que dirigen o protagonizan por la moral y erradicación de la corrupción De hecho, la base del banner fue 2da de Crónica 7:14 que le Copio.
”14 si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra.”
Que disímil fueron los hechos reportados: luces, piedras y oración
Hasta la próxima.