VILLA GONZALEZ.-Cada uno de los cigarros que realizan a manos las mujeres expertas de Santiago y la región, constituye una verdadera obra de arte, elaborada con esmero, entrega y pasión, donde se cuidan cada uno de los detalles del proceso, para lograr un producto final con calidad, exquisito sabor y la aroma especial que encante al paladar de cada uno de los fumadores del mundo, sean hombres, mujeres y jóvenes.
El transformar las aromáticas hojas del tabaco en los deliciosos y famosos cigarros dominicanos que vuelan por el mundo, y esperan ávidos los consumidores en Estados Unidos de Norteamérica, Europa, Canadá, China, Japón y África, es una tarea asumida con gran responsabilidad y entrega diaria, por cada una de estas laboriosas mujeres, quienes además de recibir el aroma perfumado de estas famosas hojas, consiguen el sustento económico propio y de la familia.
Para cada una de estas mujeres, sean casadas, solteras, jóvenes, adultas, blancas, negras o que vivan en la zona urbana o rural, bregar diario con el tabaco, forma parte de la vida y tradición cultural, porque ha sido una herencia de sus antepasados y transmitida de generación en generación, porque muchas de ellas prácticamente nacieron en las fábricas y heredando este oficio desde las abuelas de sus abuelas, abuelas y madres, hasta estos días, constituyendo a su vez la principal fuente de sustento económico para muchas de ellas y su familia.
El tabaco es un producto tradicional y emblemático de la Republica Dominicana, proveniente de los primitivos habitantes de la Isla, convertida en una dinámica y floreciente industria con un significativo impacto económico, social y turístico en la República Dominicana; representando el principal ingreso para miles de familias que viven en la zona urbana y rural en distintas zonas del territorio nacional, siendo a su vez la principal fuente agrícola de generación de divisas para el país y promotora de nuestra nación en todo el mundo.
Para el ingeniero Juan Francisco Caraballo, director ejecutivo del Instituto del Tabaco de la República Dominicana (INTABACO), la producción de tabaco en el país constituye una tradicional actividad, de la cual viven alrededor de 350 mil personas en todo el territorio nacional, creando una verdadera cadena productiva y generando divisas estimadas en los 800 millones de dólares cada año.
“La producción de tabaco constituye toda una tradición en el país, heredada de nuestros antepasados Tainos y, convertida en una próspera y floreciente industria que es ya toda cadena económica, industrial y comercial, en la cual se involucran miles de familias completas en distintas regiones del país, comenzando con los padres, las esposas, los hijos, nietos, amigos, empresarios, industriales, comercializadores, fabricantes de maquinarias, entre otros, quienes desarrollan una relación comercial, dinámica, productiva y afectiva que se transmite de generación en generación”, significó el funcionario.
El tabaco es un producto tradicional y emblemático del país heredado de los primitivos habitantes Tainos, pero que al transformarlo en cigarros se ha convertido en el principal renglón agrícola de exportación de la República Dominicana, indicando que las estadísticas revelan un auge extraordinario de esta industria, tras señalar que solo en el 2016 la exportación de cigarros rondó la cifra de los 231 millones de dólares y 898, 292 unidades provenientes de las diversas empresas de zonas francas, generalmente localizadas en la zona norte del país.
En Santiago, Villa González, Tamboril, Licey al Medio, Moca y otras localidades de la región, muchas mujeres hacen a manos estos cigarros con esmero y cariño, llegando muy temprano en la mañana a cada una de estas fábricas, donde ya llevan muchos años laborando como “torcedoras”, nombre que se da a quienes hacen los puros que dan fama mundial a estos puros dominicanos y colocan nuestra nación como líder mundial de cigarros, por la calidad, exquisito sabor y especial aroma
Hacer cigarros a manos es una costumbre arraizada en muchos pueblos de toda esta región, abundando las fábricas artesanales de puros en campos y barrios donde funcionan como pequeñas empresas de familias con las cuales consiguen el sustento personal y cubren las principales necesidades de la familia. Con estas pequeñas y medianas empresas cubren los gastos hogareños, la salud, estudios de colegios, institutos y universidades a muchos de estos.
Las pequeñas fábricas artesanales de puros abundan en esta zona, en cuya región se ha formado el clúster del tabaco en el que el que directa o indirectamente participan muchos sectores. Se estima que en más mil hogares existen pequeñas empresas donde elaboran estos puros actividad en la que consiguen en sustento personal y familiar.
La elaboración de puros en distintas localidades de esta región envuelve a muchas personas, esencialmente mujeres, aunque en ocasiones también participan hombres, esta es una tarea esencialmente desarrollada por mujeres, ya que tienen una mayor habilidad y destreza en las manos…y es que tal parece en toda esta zona, muchas mujeres llevan en la sangre el arte de hacer cigarros y tienen en las “yemas de los dedos” una especie de códigos para elaborar los puros que encantan al paladar.
Con la finalidad de mejorar las técnicas del aprendizaje y lograr la superación constante de las mujeres que hacen cigarros a manos, el Instituto del Tabaco de la República Dominicana (INTABACO), ha formado la Escuela de Formación y Capacitación, donde aprenden nuevas técnicas y mejoran la destreza de elaboración de los puros, siempre tomando en cuenta que existe un mercado en aumento y que requiere de un producto terminado con mayor calidad.
La directora de la escuela de capacitación del INTABACO es la licenciada Paola Paulino, profesional de la psicología, quien afirma pagó su carrera universitaria haciendo cigarros porque es un arte que aprendió y lleva como herencia de su familia: “Todas las mujeres que hacen estos cursos de elaboración de cigarros del INTABACO tienen asegurada una profesión para lograr los ingresos de su vida, porque inmediatamente consiguen trabajo en empresas particulares de las que existen en la región o en cualquier otra zona del territorio nacional”, apunta, quien afirma, gracias a la profesión que aprendió de hacer cigarros ha logrado muchas cosas en la vida.
Además de enseñar a confeccionar cigarros en la Escuela Laboral del INTABACO, labor que realiza con mucho orgullo y entrega, esta joven mujer, ha logrado viajar por muchas partes del mundo mostrando sus habilidades como “torcedoras” en cada una de las ferias en que participa el Ministerio de Turismo y otras entidades, en la que exhibe su habilidad, destreza y profesionalidad en el arte de hacer los cigarros que dan fama por el mundo a nuestro país.
Definitivamente, el cigarro hecho a manos es una obra de arte masificado en toda la región y en la que participan miles de mujeres con lo que se ganan el sustento propio y de toda la familia. En todo el proceso de elaboración de un puro o cigarro con la finalidad de conseguir un sabor excelente y que agrade al paladar de los fumadores se mezclan hasta tres tipos de tripas.
Los cigarros dominicanos son muy codiciados en los mercados de Estados Unidos, Suiza, España, Holanda, Alemania, Bélgica entre otras naciones. En todo el territorio nacional existen más de 75 empresas del renglón Tabaco.
Entre las que se destacan: Zona Franca Industrial Santiago, Zona Franca Industrial de La Romana, Zona Franca Jobo Industrial, Zona Franca Santiago-Navarrete, Zona Franca Industrial La Palma, Parque Tecnológico de Santiago, Zona Franca Industrial SAG, Zona Franca Industrial de Villa Mella, Nueva Zona Franca Industrial de San Pedro de Macorís, Zona Franca Industrial Emimar y Parque Industrial Los Rieles.