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María dejó grandes daños en las zonas norte y este de RD

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Rep. Dom.-Mientras tratan de reponerse del impacto del huracán María, residentes en comunidades de la provincia La Altagracia que son proclives a inundaciones comienzan a temerles a las lluvias que produjo y ha dejado el fenómeno, ya que las crecidas de los ríos, arroyos y cañadas se han convertido en su principal enemigo.

En el municipio de Higüey los moradores de los barrios Siete Lagunas, La Florida, Haití Chiquito, El Obispado y La Pangola, se resisten a abandonar sus hogares, pese a que ya se han registrado crecidas de los ríos Duey y Quisibaní, afluentes que ponen en peligro esos lugares.

Las autoridades municipales, encabezadas por la alcaldesa Karina Aristy, retiran árboles derribados por las ráfagas de “María”, al tiempo que instó a los lugareños acudir a refugios seguros ante las crecidas.

En tanto que en las comunidades La Ceiba y El Salado, pertenecientes al distrito Verón–Punta Cana, los moradores miran con preocupación como la crecida del río Anamuya y la cañada La Honda toman parte de la carretera, dificultando así el tránsito vehicular.

Volviendo a la normalidad

El distrito municipal Verón-Punta Cana lentamente vuelve a la normalidad tras ser embestido por los fuertes vientos de “María”.

La empresa eléctrica de capital privado que suple de energía a la zona ya restableció el servicio en algunos lugares y trabaja de forma acelerada en la colocación de los postes del tendido eléctrico afectados por el huracán.

Las vías de acceso a los principales hoteles de este polo turístico fueron despejadas, permitiendo la llegada de visitantes y empleados.

El director de la junta distrital, Ramón Ramírez, encabezó el operativo de limpieza junto a miembros del Ejército dominicano y de la Policía Nacional.

El presidente de la Asociación de Hoteles y Restaurantes de la zona, Ernesto Veloz, dijo que los daños en la infraestructura hotelera fueron mínimos.

EL DÍA comprobó que ayer algunos hoteles ofrecían los servicios a sus huéspedes en las áreas acostumbradas.

En Samaná

Atemorizados, pero con la satisfacción de haber preservado sus vidas, dijeron sentirse los residentes de Loma Atravesada, en Samaná, zona que fue golpeada fuertemente por segunda ocasión en dos semanas por un huracán.

Los torrenciales aguaceros, acompañados de fuertes ráfagas de vientos causados por el huracán María, provocaron el derribo de árboles, postes del tendido eléctrico y la destrucción de los techos de viviendas, dejando a la intemperie a varias familias.

“’María’ no tuvo piedad de nosotros, al igual que ‘Irma’, muchas casas fueron afectadas aquí, muchos quedaron sin nada”, manifestó Ramón Mercedes, refugiado.

El paso del huracán provocó el desborde del río El Limón, que generó inundaciones en varios sectores y obligó a evacuar de forma preventiva unas 293 personas hacia refugios.

Las zonas de Samaná que resultaron más afectadas por “María” fueron Los Cacaos, Las Galeras, Rincón, Los Llagrumos, Loma Atravesá y el centro de la ciudad, que resultó parcialmente inundado.

Mientras en la provincia María Trinidad Sánchez, donde se registraron olas anormales y las aguas del océano Atlántico penetraron a las calles de la comunidad Boba, estas condiciones provocaron el desplazamiento de 2,700 personas .

Sin trabajo.

Los pescadores de Cabeza de Toro, en La Altagracia, resultaron afectados por los fuertes vientos y el oleaje.

Servicio.

Las operaciones del aeropuerto de Punta Cana fueron reanudadas desde las 11 de la mañana de ayer.

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