El pasado lunes 2 de octubre del presente año 2017, a las 10 de la mañana, el periódico digital minutoaminuto.com.do publico una información que confirmaba el caso de Yokaira Altagracia Morillo, una joven madre de 22 años, que decidió ponerle fin a su vida ahocandose en el baño de su casa, en el barrio Divino Niño, del sector Santa Rosa de la provincia Monseñor Noel.
Ese mismo día, unos 45 minutos después, el mismo portal digital informaba al mundo otra tragedia con características similares ocurrida en República Dominicana, aunque con algunas diferencias que llaman poderosamente la atención de los sectores más sensibles de nuestra nación.
Se trata de la niña Eismaily Masiel García Ureña, de apenas 10 años, la cual fue encontrada ahorcada en una de las habitaciones de su casa, en la comunidad de Cenovi, en la proncia Duarte. El caso provocó sorpresa en todo el país por la edad de la menor y las circunstancias en que se produjo el lamentable hecho.
Fueron momentos de llantos, dolor, desesperación y hondo pesar para los familiares de la niña y de la mujer que decidieron ponerles fin a su vida, probablemente llevándose a las tumbas el secreto de las razones de ambos suicidios.
No bien había concluido el sepelio de Yokaira Altagracia Morillo en Monseñor Nouel y de Eismaily Masier García Ureña en la provincia Duarte, cuando los medios de comunicación confirmaban la aparición del cuerpo de Elisabertch Disla en el municipio de Imbert, en Puerto Plata, la cual tenía cuatro días de desaparecida.
El miércoles no fue la excepción y mientras en Bonao fue estrangulada una mujer identificada com Carmen de Jesús Fernández, en Santiago fue asesinada Marlin Santana por parte de su pareja sentimental identificada sólo como Delvis, quien minutos después de darle muerte a compañera optó por hacer lo mismo con su propia vida.
El viernes fue encontrado un hombre colgando en el municipio de Licey al Medio y otro enterrado en el poblado de Imbert, hechos que completan el cuadro de muertes en el período comprendido entre el día 2 y el 7 del presente mes de octubre del año 2017.
Sin ánimo de retroceder en el tiempo, mientras el lunes los familiares de Morillo y de García Ureña, de 22 y de 10 años despedían a sus parientes, el presidente Danilo Medina y demás miembros del poderoso Comité Político del Partido de la Liberación Dominicana permanecían reunidos en la Casa Nacional de esa organización política, cuyo único tema de agenda fue negociar el mecanismo para la celebración de primarias, mediante las cuales las entidades políticas escogerán sus candidatos.
Ni desde el gobierno, ni desde el (PLD) hubo, y quizás no haya una sola manifestación de dolor, de preocupación o de solidaridad para con los familiares de las vidas que se apagaron, ya que estamos en una época políticamente muerta, y por consiguiente no hay nada que capitalizar.
Vale recordar que como no han podido diseñar y ejecutar un programa coherente sobre la base de la realidad nacional, que permita crear conciencia en la población sobre la importancia de la vida y del respeto a los valores, no tienen calidad moral para opinar sobre la deprimente situación que se esta viviendo en toda la sociedad Dominicana.
Tanto el presidente Danilo Medina como los demás miembros del máximo organismo de dirección del (PLD) fueron muy activos en el debate sobre el controversial tema del mecanismo de las primarias a ser incluido en la Ley de Partidos, pero insensible ante el drama de los suicidios y de los homicidios en nuestro país, problemática que se expande a medida que pasan las horas.
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