Por: Luis Córdova
La fe llegó por memorándum de la superior autoridad. Aunque la salvación sea individual, a la iglesia se tiene que ir en comisiones y como en el caso de la uniformada no solo basta una palabra para salvarlos: cada uno tendrá que hacerse selfie y remitir un informe de lo tratado… ojo: la foto y los detalles son de los mismos agentes, no van a hacer levantamiento fotográfico de nadie, aunque tampoco se entiende la alarma de quienes creen que ir a misa es algo poco más que íntimo.
La orden pudo surgir de un corazón, como lo pide nuestro Señor, “contrito y humillado”, pero otra vez el error ha sido de comunicación.
¿Tiene pecado que nuestros policías asistan a misas o cultos? Por supuesto que no. A todos nos hace bien.
La nostalgia heredada hizo retumbar el recuerdo de una voz y una estampa. Paradojas de la vida: es la misma Policía que reprimía a quienes repetían el canto triste de Los Guaraguaos, en unos años 70 en demasía violentos.
Quienes lo recuerdan, ahora podrán repetirlo, con vigorosa vigencia:
“…no basta rezar hacen falta muchas cosas para conseguir la paz”.