Por Editorial Periódico Camino.
El presentimiento se hizo realidad. Sabíamos que el relajamiento de las medidas preventivas para frenar el covid-19 traería esta dolorosa y triste realidad que estamos padeciendo.
Hemos visto cómo en las últimas semanas el número de contagiados y fallecidos ha crecido tanto que nos llenamos de pánico.
La actitud irresponsable de un segmento importante de la población, que no ha entendido que el covid-19 no es una fantasía, nos ha llevado a esta crisis sanitaria de consecuencias impredecibles.
Estamos lejos de tener una ciudadanía responsable. El entierro de los valores que dan sentido a nuestra existencia está impidiendo la resurrección de nuestro pueblo.
Sólo una conducta dislocada a nivel individual y colectiva puede explicar que tengamos cerca de 50 mil contagiados.
Este dato espantoso debe llevar a las presentes y próximas autoridades a unir esfuerzos y voluntades para detener esta pandemia que tanto dolor y llanto va dejando en decenas de hogares dominicanos.
Llegó el momento de actuar con mayor celeridad. Deben tomarse las medidas que sean necesarias para evitar que el virus continúe propagándose.
En otras naciones han entendido el riesgo que supone seguir dilatando las acciones a tomar, y gracias a ese control oportuno comienzan a ver días más luminosos y esperanzadores.