En la tarde del pasado jueves la sociedad dominicana reaccinó sorprendida con el caso de Yuniol Ramírez, presidente de la Convergencia Nacional de Abogados y profesor de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, quien fue encontrado muerto con una cadena al cuello y amarrado de un block.
Desde el mismo momento en que el cadáver fue rescatado de las aguas del río Hato Nuevo en el sector Los Alcarrizos en la capital, comenzaron las especulaciones y los reclamos para que las autoridades realicen una investigación transparente sobre el caso, sin la necesidad de tener que recurrir a la búsqueda de chivos expiatorios para quedar bien con la familia del catedrático, con sus amigos y con el país.
El cuerpo del gremialista y profesor de la (UASD) aún no había llegado a la funeraria, cuando ya el gobierno estaba anunciando la instalación de cámaras de seguridad en el recinto de la academia estatal, la cual ha sido escenario de fuertes luchas desde su fundación hasta la fecha, con un saldo incontable muertos y de desaparecidos.
Cabe recordarles a las autoridades del Partido de la Liberación Dominicana, en esta ocasión encabezadas por el presidente Danilo Medina, que el historial del lucha de la (UASD), con su amplia secuela de victimas, no es para abandonar esa institución a su suerte como ocurre en los actuales momentos.
Desde la oposición política, desde la sociedad civil y desde otros sectores de la población se interpretan que el caso de Yuniol Ramirez es la reedición del sonado caso Narcisazo, pero con algunas características diferentes que son muy evidentes, ya que el cuerpo del primero apareció en un chalco de agua y el del segundo aún no ha sido encontrado.
El Partido Revolucionario Moderno y la Convergencia Nacional de Abogados han reclamado de las autoridades aclarar el hecho, a lo que se suma los pronunciamientos del reconocido jurista Tomás Castro, quien asegura que por las características el rapto y el asesinato pudo haber sido cometido por agentes de la Policía Nacional.
Ramírez desapareció como por arte de magia de la sede de la academia oficial el día 9 de presente me de octubre, mientras que el catedrático Narciso González fue visto por última vez el 26 de mayo de 1994, en la Facultad de Ciencias de la Salud, donde pronunció un discurso en el que establecía 10 razones por las cuales el presidente de entonces, doctor Joaquín Balaguer, podía considerarse como el político más perverso de América Latina.
El crimen del profesor y presidente del (CONA) abre las siguientes interrogantes; ¿cómo y quienes lo sacaron de la universidad, porque lo sacaron, alguien dio la orden para el rapto y posterior asesinato, cuál fue la estrategia utilizada para llevárselo sin dejar huellas, y que tan expertos son los autores del hecho?. Sin embargo estas interrogantes aún no tienen las respuestas de los investigadores.
Narcisazo le tocó a la gestión del fendecido presidente Balaguer y Ramírez al gobierno de Medina, quien como decían nuestros antepasados «puso candado después del robo» al autorizar la colocación de cámaras de seguridad en la sede de la UASD.