Por: Luis Córdova
En esta media isla existe, en sus adentros, un país político de paisaje agreste, aunque no despoblado, como el descrito en el poema de Pedro Mir.
De esa geografía nacional, queda poco. Algunas cosas se han ido desapareciendo con el paso de la voracidad del capitalismo, del analfabetismo ciudadano o sencillamente nos lo han robado, impunemente, frente a nuestros ojos y frente a nuestras manos que, para corolario de males, les han aplaudido inocentemente.
Al Dr. Espaillat, de estirpe santiaguera, empresario, profesional y político de sobrado y merecido reconocimiento, se ha visto en campos y ciudades. Las redes cargan un mensaje contundente: la metáfora de la escoba y el impresionante autobús que recorre el territorio dominicano.
¿En qué lugar andará la guagua?
Un vistazo a sus cuentas de redes sociales revela que se trata de un equipo incansable, recolectando firmas para respaldar la justicia independiente y predicando el mensaje de que no se puede pactar con la impunidad.
¿Hasta dónde va a llegar la guagua?
Arrancó y contrario al clamor de incertidumbre del pueblo de que “esto no se sabe donde vaya a parar”, quizás todos sí sabemos el destino de un autobús que recoge no solo pasajeros sino conciencias.
Chiqui Checo hace tiempo lo sabe.