Por Luis Córdova.
En diciembre pasado académicos y líderes políticos de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Cuba, Estados Unidos, Hungría, Paraguay y Venezuela, se dieron cita en la ciudad brasileña de Foz de Iguazú, conocida en el mundo por sus cataratas y por encontrarse allí la llamada triple frontera donde Brasil toca Argentina y Paraguay.
La convocatoria la hizo el diputado brasileño del Partido Social Liberal (PSL), Eduardo Bolsonaro, hijo del presidente Jair Bolsonaro, quien apareció en la cumbre por medio de una videollamada. Auspiciada por la Fundación Índigo de Políticas Públicas y el Centro de Estudios en Seguridad, la primera cumbre de los conservadores latinoamericanos fijó sus objetivos en, primero, posicionarse como un espacio de encuentro de sectores afines a la derecha en las Américas y, en segundo término, mostrarse como la completud de la alternativa en la región frente al Foro de Sao Paulo.
Este es un precedente importante para los estudiosos de las ciencias políticas. Con un escaso impacto en los medios internacionales, esta cumbre muestra la voluntad unitaria de una facción política que se posiciona, abiertamente, en el extremo ideológico de la derecha con una interpretación que hay que estudiar sobre sus criterios de lo que es “igualdad” y la agenda de la promoción de los derechos humanos.
El asesor del primer mandatario brasileño, el intelectual Olavo de Carvalho, encabezó la lista de periodistas y académicos que intercambiaron perspectivas sobre cultura, política, seguridad y economía. Participaron José Antonio Kast (exdiputado chileno, creador del movimiento político Acción Republicana); la senadora María Fernanda Cabal, del partido Centro Democrático; Fidel Zavala (senador paraguayo del Partido Patria Querida); Orlando Gutiérrez (representante de los exilados cubanos en Estados Unidos); así como los venezolanos Roderick Navarro y Eduardo Bittar (del grupo Rumbo Libertad). Además Giardin de Souza (promotor de Justicia del Ministerio Público de Rio Grande do Sul); el General colombiano Jorge Jerez Cuellar; el expresidente de Colombia Álvaro Uribe; Fernando Destito Francischini, delegado de la Policía Federal y diputado federal.
La atención, aún el prejuicio nos limita mucha para el debate ponderado, pero es interesante que las posturas de la extrema derecha dejaron el escenario del debate y la descalificación, en medio del debate público en los últimos procesos electorales de la región, para entrar con rigor el propuestas mesuradas y colectivas, proporcionando argumentos a quienes se inscriben en esta tendencia de pensamiento. No solo se trata de conquistar espacios de exposición pública, avanzan a concretar una identidad internacional que, entre otros elementos de su agenda, está la de “hacerle frente” al marxismo cultural, la ideología de género, el lobby gay, la inmigración ilegal y a los que denominan “gobiernos dictatoriales” de Nicaragua, Venezuela y Cuba.
Los que veían en la reciente gira internacional de Edudardo Bolsonaro, la intensión de un hijo por ayudar a la presidencia de su padre en el plano internacional, ahora vemos que según explica Stephen Banno, el exasesor de campaña de Trump, se trata de algo más profundo, más serio. La próxima edición de este foro se realizará en Cuba, entre los días 15 y 17 de julio de 2019. Coincidirá con los primeros seis meses de la presidencia de Bolsonaro, ya veremos si este empuje favorece o no la derecha y su agenda en esta conyuntura determinante en las Américas.