Po: Rafael A. Escotto.
«De vez en cuando di la verdad para que te crean cuando mientes.» Jules Renard
El distinguido y acucioso columnista y médico de profesión Pedro Mendoza acaba de escribir un artículo que tiene como título: «La trampa psicológica en la que cayó el señor presidente.»
Dice el galeno santiagués en su trabajo publicado el lunes 29 de junio de 2020, en el matutino La Información de Santiago, quien se declara en el mismo en su mismo artículo analizado aquí como disidente del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y simpatizante del doctor Leonel Fernández Reyna, lo siguiente:
«Danilo cayó en una trampa psicológica cuando percibió que bastaban sus habilidades y liderazgo para que cualquiera que él aupara como candidato del PLD en el 2020 distinto de Leonel Fernández, para que dicho partido continuara en el poder.»
En primer lugar, a manera de hacer una diferenciación, debo advertir que los miembros de un partido no son personas cualesquiera. Son personas con calidad jurídica y constitucional para elegir y ser elegidos. Además, parece que el articulista olvida que el expresidente reveló de forma pública que el PLD era una «fábrica de presidentes.»
Habría que asumir que cuando el expresidente Fernández revelaba esa especial condición del PLD no estaba fingiéndole a los miembros de su propio partido. A propósito de este artículo, leí un interesante trabajo sobre la psicología de la mentira de la escritora Evelin Sullivan.
Esta habla de las condiciones que debe reunir la mentira para ser tolerable. Continúa explicando Sullivan, que «según la psicología de la mentira, el mentiroso engaña suprimiendo la verdad a través de silencios, descripciones vagas o muy generales, evasión de preguntas, emoción fingida, ira o indignación. «
Pienso que al declarar que el PLD es una «fábrica de presidentes» el expresidente expresaba una gran verdad. Pero cuando dentro del seno del PLD aparecen candidaturas a la presidencia de algunos miembros de esa organización, si hubiese sido verdad lo que había expresado el presidente del PLD en aquel momento no había razón por lo que el doctor Leonel Fernández se sintiera agraviado, al menos que no estuviera revelando una historia falsa.
Empero, al leer el artículo del apreciado columnista Pedro Mendoza, descubro para sorpresa mía y de los lectores, que Leonel simplemente estaba simulando una democracia electoral a lo interno del PLD que él nunca iba a respetar. Dijo Shakespeare en su libro: «El sueño de una noche de verano», que «Los amantes y los locos tienen desbocado el seso, y son dados a forjar fantasías que abarcan más que lo que la razón alcanza a comprender.»
Parecería si en este analice sobre la mentira psicológica de Leonel estuviéramos visitando a Nietzsche cuando dijo: que «La mentira más común es aquella con la que un hombre se engaña, asimismo. Engañar a los demás es un defecto relativamente vano.»
Es posible que el doctor Mendoza, al encontrar la trampa psicológica en la que cayó el señor presidente olvidó, en medio de su euforia, que también había en Leonel Fernández una psicología de la mentira que eran como lágrimas de plástico, que se queman al calor de lo evidente, como aquel poema del bardo mejicano Paco José González.