Destacadas

¿Qué es un hijo y qué es un padre?

• Bookmarks: 22


Por: Sebastian Rojas

Quizás la forma de conocimiento primario de la unidad humana radica en la relación de un padre con un hijo. Por tal razón; surge la pregunta esencial de: ¿Cuál es papel que todo padre debe cumplir para con su hijo?

Unos dirán:

“Debo cuidar de mis hijos y mi familia y educarlos para que sean hombres y mujeres de bien”

Otros dirán:

“Mi papel como padre o madre es preparar a mi hijo para que sepa manejarse en la vida y no crezca en la pobreza o el maltrato de una vida injusta.

Algunos incluso afirmarán:

“Mis hijos y mi familia son el fruto de años de entrega, sacrificio en lo económico y en el tiempo, por lo cual es mi responsabilidad, derecho y deber encaminar a mi hijo por el camino que entienda apropiado para él y para mí.”

No obstante; pocos son los que en nuestra generación se preguntan:

“¿Cómo puedo evaluar el bien o el mal que como padre o madre les he hecho a mis hijos?”

Para responder a esta pregunta solo es necesario mirar el papel de un padre o una madre con sus hijos en comparación con sus homólogos socio-naturales y antropológicos mas cercanos “el maestro y el estudiante”.

La relación de éxito con la que un maestro puede evaluarse, a la luz de la verdad y el tiempo, con relación a qué tan buen maestro este ha sido; se determina, de manera indiscutible, no por qué tanto conocimiento fue capaz de inculcar en sus estudiantes, no por qué tan bien fue capaz de disciplinar a sus estudiantes, ni siquiera por cuánto tiempo, en amor y verdad dedica a un estudiante para tratar de cambiar su vida.

A fin de cuentas, el único medio del cual este dispone son sus mismos estudiantes; pues todo maestro debe saber que sus actos son los que reflejan en sus alumnos. Dicho de otra manera; la realidad de un padre, una madre y un maestro se resume a la siguiente frase:

“¡Somos lo que llegan a ser en sus vidas!”

Esta es la verdadera cruz que descansa en los hombros de todo padre, madre y maestro; que sus acciones serán el reflejo y legado primordial de sus vidas; pero el mismo ni siquiera reposa en cada uno de ustedes, sino en los caminos y sueños por lo que sus hijos deciden vivir e incluso pueden hasta morir por ver cumplido el anhelo de aquello que Dios disponga en su espíritu… y es por esta razón que me veo obligado a protestar … ¡hoy! … en contra de ustedes “padres”.

Generación de egocéntricos quienes, por no afrontar la perdida de un pequeño bien material, producto de tan solo un poco de tiempo en vuestras ínfimas vidas, sois prestos de manera inmediata a destruir, sin reserva alguna, el espíritu de soñadores que hoy crecen, piensan y actúan conforme a los anhelos de sus sueños y sentimientos… todavía intactos y en su estado más puro.

En vida propia os he visto, como tiranos despiadados, alimentar el árbol de la vida con las almas inertes de los que alguna vez tuvieron un espíritu rebosante de vida.

Y hoy en verdad os digo que ni mis ojos han visto, ni mi corazón ha sentido mayor calamidad que el dolor que produce el alma de un joven hijo privado de su capacidad para obrar siguiendo sus sueños. Este es un espantoso escenario que ustedes están contribuyendo a identificar

“Padres” A ustedes les digo:

¡Lleváis el futuro, el amor y la esperanza de vuestros hijos en vuestras manos! Estos últimos valiosos son; créanme lo he visto en todos y cada uno de ellos. Por tanto; no busquen destruirlos reemplazando sus espíritus por visiones de estereotipos sociales que despojan a los individuos de sus mentes, “reemplazando estas por proyectos de vida”, fríamente calculados, que convierten a sus hijos en máquinas muy eficientes; pero carentes de toda humanidad, la cual impulsó con valentía a nuestros antepasados a levantar civilizaciones, construir maravillas y a ir más allá de la línea del horizonte de todo océano y hacia las estrellas.

¡Ustedes no son máquinas! Tampoco lo son vuestros hijos e hijas.

No destruyáis la humanidad de estos, protéjanla, afróntenla; pues la defensa de esta forjará el carácter y la templanza que le permitirá a sus hijos y a nuestros hijos a avanzar hacia un mañana en el que sueños de amor, integridad, honestidad y devoción sean el crisol que guie a las futuras generaciones a un mañana por el que valga la pena luchar y proclamar confiados en Dios, que ellos de bien serán.

Así que padres, no equivoquéis la elección, en la mayor encrucijada de vuestras vidas; pues conocéis el camino correcto, siempre lo han sabido, así que elijan bien siempre sin importar cuán difícil sea o cuánto de nuestro orgullo y percepción de nosotros mismos nos cueste. Al final les quiero dejar este pasaje bíblico, no solo para que reflexionen en esto, sino también para que este os sirva de recordatorio en la travesía que en estos momentos emprenden…

Colosenses 3:22

“Padres, no exasperéis a vuestros hijos, para que no se desalienten” (RVR 1960)

“Padres, no irritéis a vuestros hijos para que no se hagan de poco ánimo” (RVES)

El autor es un adolescente de 16 años.

22 recommended
379 views