Opinión

¿Qué hay detrás de la inmigración haitiana ilegal en RD?

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Por: J. Luis Rojas

lrojas50@hotmail.com

 

En República Dominicana, igual que en otros lugares del mundo, existen personajes que suelen actuar y hablar dependiendo si la coyuntura social, política, económica, religiosa, laboral, entre otras les favorece. Por ejemplo, muchos de ellos, de manera deliberada suelen montarse en la cresta de ola, buscando con ello lograr el nivel más alto de visibilidad. Con frecuencia, estos personajes, los que por demás conocen y ponen en práctica los fundamentos básicos del teatro, aprovechan cualquier momento, lugar y circunstancia para ponerse y exhibir atuendos vinculados al patriotismo y al amor delirante a la patria.

En la marcha del domingo 30 de marzo, realizada en el Hoyo de Friusa, una comunidad ubicada en el sector de Bávaro, dentro del Distrito Municipal Verón-Punta Cana, en la provincia La Altagracia, los actores superan en cantidad a los espectadores. Según los voceros y organizadores de ésta, el objetivo era demostrarles a los habitantes de dicho lugar, los que en su gran mayoría son haitianos ilegales, los cuales han llegado a RD con el apoyo de algún alto jefe militar, de un senador, un diputado o de un político cercano a los que dirigen los organismos de control fronterizo.

Es imposible e inútil intentar ocultar lo que es demasiado notorio. Friusa es un indicador cuantitativo y cualitativo derivado de la forma inadecuada con la que los distintos gobiernos dominicanos han pretendido gestionar la inmigración haitiana hacia la patria de Juan Pablo Duarte. La presencia irregular de ciudadanos haitianos en todas las provincias, municipios y comunidades de la República Dominicana, es una realidad que jamás debería ser abordada desde la perspectiva de quienes pretendieron hacerlo en el Hoyo de Friusa. La gestión política y estratégica de las relaciones entre dos países que históricamente han tenido que compartir una misma isla, no es un tema que cualquier pelafustán o gallo loco puede manejar.

¿Por qué llegan tantos ciudadanos haitianos de manera irregular a RD? Esta interrogante tiene diversas respuestas. Entre las más obvias podrían señalarse las siguientes:

  • Existencia de un Estado haitiano fallido.
  • Ausencia de un liderazgo transformacional que conduzca al pueblo haitiano hacia la prosperidad y el bienestar.
  • Carencia absoluta de institucionalidad.
  • El gobierno dominicano asegura a los inmigrantes haitianos ilegales servicios básicos. (Salud, agua potable, educación, etc.).
  • Empresarios dominicanos de diferentes sectores productivos, garantizan a los inmigrantes haitianos ilegales trabajos fuertes mal pagados, violando lo relativo al 80/20, según lo establecido en el Código Laboral dominicano.
  • Presencia del asistencialismo como cultura de vida del pueblo haitiano.
  • Falta de voluntad política de los gobiernos dominicano y haitiano para buscar juntos las causas raíz de las malas relaciones entre ambas naciones.
  • Ha faltado la presencia activa e imparcial de organismos internacionales que faciliten el diálogo continuo y productivo entre los líderes dominicanos y haitianos.
  • Contratación ilegal y barata del talento humano haitiano por parte de los viejos y jóvenes empresarios dominicanos.
  • Entre otras situaciones multifactoriales, las que históricamente han sustentado la discordia y la buena convivencia entre ambos pueblos. ¿Por qué el Poder Ejecutivo, a través del Ministerio de Trabajo, no aplica sanciones severas a las empresas privadas y a las agencias públicas que contratan a inmigrantes ilegales?

Independientemente de la mala gestión realizada por el Poder Ejecutivo, el Ministerio de Relaciones Exteriores y la Dirección General de Migración de la República Dominicana, con respecto a la presencia irregular de inmigrante haitianos, en casi la totalidad de las provincias, municipios y comunidades del país, no es inteligente ni prudente facilitar que influencers y patriotas de hojalata pretendan buscar una solución viable y sostenible a tan grave situación, como es la existencia irregular de haitianos en RD. En pocas palabras, la realización de marchas y caravanas con la presencia de muchísimas cámaras hacia el Hoyo de Friusa, son acciones que, en vez de sumar y multiplicar, lo que hacen es restar y dividir. La situación planteada no se resuelve produciendo y difundiendo discursos de odio a través de las plataformas digitales y de los demás medios tradicionales de comunicación. Detrás de la inmigración irregular haitiana existe un archipiélago de intereses.

Parte de las soluciones sustanciales para organizar la presencia irregular de ciudadanos  haitianos a lo ancho y largo del territorio dominicano, las tienen el Poder Ejecutivo, el Ministerio de Relaciones Exteriores, la Dirección General de Migración, el Ministerio de Trabajo, los directivos del Consejo Nacional de la Empresa Privada (CONEP), la junta directiva de la Confederación Patronal de la República Dominicana (COPARDOM), la Asociación de Hoteles y Turismo de la República Dominicana (ASONAHORES), la Junta Agroempresarial Dominicana (JAD), la Asociación de Industrias de la República Dominicana (AIRD), así como todos los pequeños, medianos y grandes productores porcinos, bovinos y avícolas. Ellos, de una u otra manera, han dejado de lado sus respectivas responsabilidades tendentes a controlar la inmigración irregular de haitianos y otros extranjeros, que entran a RD como chivos sin ley.

La alta presencia irregular de inmigrantes haitianos en la sociedad dominicana es, sin duda, una consecuencia directa de la crítica situación general que rodea a Haití. Más allá del ruido al estilo Alofoke y el discursito de guion elaborado para la organización de tendencia filonazi, Antigua Orden Dominicana, las acciones para contrarrestar la inmigración haitiana irregular hacia RD, necesariamente tienen que ser más profundas, racional, sostenible e inteligentes. Haciendo bulto, allante y movimiento no es como se va a detener la inmigración masiva irregular haitiana hacia Quisqueya.

Los sectores productivos dominicanos, a través de sus distintas instituciones, así como el Poder Ejecutivo y sus agencias, están compelidos a establecer un diálogo sincero, efectivo, integral y racional, en el que los intereses económicos y políticos no desplacen el bienestar colectivo y el amor patrio. Para comenzar, los agentes productivos tienen que renunciar a la práctica de contratar a inmigrantes ilegales, bajo el pretexto de reducir costos e incrementar sus utilidades. Por su parte, el gobierno y sus agencias (Ministerios de Trabajo y de Relaciones Exteriores), están en el deber de saber cuántos ciudadanos haitianos requieren cada año los sectores productivos dominicanos para llevar a cabo sus respectivas actividades productivas. En este sentido, mediante mecanismos legales confiables, el Estado dominicano tendrá control de la llegada y salida de la cantidad de ciudadanos haitianos que vienen a trabajar a RD. Además, el gobierno contará con la información necesaria para saber dónde y qué hacen los inmigrantes haitianos en el territorio nacional.

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