
Editorial periódico Camino.
El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas aprobó, en su reciente Asamblea General, crear una nueva misión que luchará por la pacificación del hermano pueblo haitiano.
La Fuerza de Represión de las Bandas viene a sustituir la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad, que estuvo encabezada por el gobierno de Kenia.
Esta decisión llega en un momento en que los actos de barbarie cometidos por las bandas establecidas, persiguen la destrucción total de un pueblo amante de la libertad.
Este cuadro de terror y desesperanza, tantas veces descrito por los obispos haitianos, parece comenzar a ser visto y sus voces, al fin, escuchadas por la comunidad internacional. Demasiado tiempo ha pasado para permanecer indiferente frente a una cruda realidad que hiere el alma.
Como dicen los Obispos:
Basta de la violencia ciega que destruye nuestra sociedad. A quienes empuñan las armas y matan, saquean, violan y expulsan a la gente de sus hogares, les decimos: detengan ya estos actos atroces.
El futuro de Haití no puede continuar sobre el derramamiento de sangre, la impunidad y el ruido. Ha llegado la hora de decir: ¡basta ya! y de actuar.
Esperamos que esta nueva Misión junto al sufrido pueblo haitiano, siente las bases para lograr tener el Haití que queremos, en donde sus hijos vivan con dignidad, y no tengan que salir desesperados hacia diversos países dejando atrás la tierra que aman.


