Por Editorial Semanario Católico Camino.
Impedir a los estudiantes más pobres del país recibir una enseñanza de calidad y sin interrupciones basadas en caprichos y otros intereses particulares, es secuestrar el futuro de la presente y futuras generaciones.
Por eso creemos que es una insensatez la postura tomada por algunas seccionales de la ADP, que pretenden parar la docencia antes de lo establecido en el Calendario Escolar 2019-2020 que deja muy claro que serán hasta el 20 de este mes, por motivo de la celebración de la Navidad. La suspensión una semana antes no tiene sentido. Es un error.
Estamos en un momento de la educación dominicana que hasta un segundo de clase que se pierda nos hace falta para subir un peldaño más en la escalera de un sistema educativo que se ha ido quedando atrás en comparación con otros pueblos latinoamericanos.
Los miembros de la ADP que están en esta actitud de perjudicar a los estudiantes que asisten a las escuelas públicas deben comprender que el amor a la patria se demuestra con hechos y no con discursos, y un lenguaje de avanzada divorciado de la historia actual, cuando la realidad exige un compromiso para lograr el desarrollo integral de nuestros jóvenes.
Llegó el momento de que los profesores entiendan que deben cambiar el método de lucha para lograr sus reivindicaciones. No pueden quedar anclados en el pasado, impidiendo con sus acciones el desarrollo de los que no pueden acudir a centros escolares privados. Además, de seguir actuando de esta manera, irán perdiendo el apoyo de padres y madres de tantas comunidades marginadas a quienes por la interrupción de la docencia, les impiden recibir el pan de la enseñanza, y el pan material con el programa de la tanda extendida que ha venido a ser un ahorro sustancial del presupuesto familiar.
Esperamos que prevalezca la sensatez en los dirigentes de la ADP.