Santo Domingo, RD.- Para la República Dominicana mejorar la productividad tiene un gran desafío con el desarrollo del capital humano que es esencial para alcanzar el desarrollo de un país.
La calificación de nuestra mano de obra deja mucho que desear”, así se expresó el ministro de Economía, Planificación y Desarrollo (Mepyd), Miguel Ceara Hatton, al referirse a los datos arrojados en el primer boletín de competitividad sectorial publicado este jueves.
Indicó que el bajo nivel de escolaridad de un alumno dominicano se traduce en pérdidas de ingresos importante en el futuro.
“Ese es un primer desafío que nosotros tenemos por delante. No solamente el tema de la vulnerabilidad, del cambio climático, sino cómo vamos a reformular, a reformar, a repensar, a cambiar el sistema educativo para que se adapte más a este nuevo mundo”, señaló el funcionario.
Para el ministro de Economía, lo antes señalado lleva a otro problema y es el problema del empleo.
“Si queremos bienestar, mejorar las condiciones de vida de la gente, mejorar la calidad de vida, pues, hay que tener empleo. Entonces, esto me lleva a tener otra presión adicional: cómo vamos a resolver el problema de empleo con estos cambios tecnológicos, con esta necesidad de basar la competitividad en productividad y la fuente de productividad es el conocimiento. Ahí tenemos planteado un área de un gran desafío”, indicó el funcionario.
Resaltó que el tema de la productividad, competitividad es un gran tema para los dominicanos en este momento.
“Es un tema que nos debe llevar a reflexionar, que nos debe llevar a entender la globalidad, digamos, en el concepto en el marco de la complejidad que estamos viviendo en la sociedad dominicana de hoy”, expresó Ceara Hatton.
Agregó que no basta solamente con mejorar los tiempos y señaló que se está haciendo un gran esfuerzo para bajar costos, pero piensa que no es suficiente porque hay por delante varios problemas que concurren simultáneamente al desafío de la competitividad y la productividad.
De acuerdo a la documentación presentada, los indicadores analizados en el boletín de competitividad sectorial 2021 han arrojado importantes conclusiones en lo relativo al desempeño competitivo de la República Dominicana. Por un lado, se observa la expansión del sector agropecuario, medido a través del índice de producto de producción bruta, el cual presenta un crecimiento considerablemente superior a la media regional. La orientación de este comportamiento y la mejora en la eficiencia productiva de los rubros que lo componen puede contribuir a impulsar la competitividad Internacional del sector.
Además, indica que un elemento fundamental para impulsar la competitividad del país es un sector energético con mayor autosuficiencia, que genere energía a partir de recursos naturales renovables, de forma que se maximice la capacidad instalada al menor costo medio ambiental posible y, al mismo tiempo, reducir la dependencia de los combustibles fósiles y, por ende, los efectos de la volatilidad de esos mercados.
El boletín toma en cuenta el análisis de 15 sectores económicos que son considerados áreas transversales para el desarrollo del país. Entre ellos diez sacaron mala nota comparado con países de la región.
Entre los sectores que presentaron números negativos están en el sector Industrial, educación, salud, administración pública, institucionalidad, mercado laboral, género, innovación y desarrollo, territorio y medio ambiente.
Un informe producido por la Dirección de Análisis Económico Sectorial (DAES) del Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo que tiene como objetivo destacar las fortalezas y debilidades asociadas a los sectores económicos, así como su posición frente a los países de la región y el resto del mundo, con el fin de que sirvan de apoyo para la formulación de políticas públicas que promuevan la competitividad.
En esta primera versión, se analizan ocho grandes sectores: agropecuaria, industrias, energía, turismo, transporte y logística, educación, salud y administración pública.
Explica que la selección de estos sectores responde a factores como la relevancia dentro del valor agregado, la capacidad de generar empleo, el efecto multiplicador en el tejido productivo, así como la importancia dentro del desarrollo nacional.
Puntualiza que, en el caso de las industrias y el turismo, existe una alta integración con los demás sectores de la economía, por lo que analizar y fomentar la competitividad de estos sectores augura un entorno más ventajoso y promueve un círculo virtuoso en el crecimiento económico.
Asimismo, se agregan siete áreas transversales: institucionalidad, mercado laboral, género, economía digital, innovación y desarrollo, territorio y medio ambiente.
Este renglón comprende indicadores como: percepción de la corrupción, Estado de derecho, desajuste educativo, eficiencia del mercado laboral, teletrabajo potencial, asequibilidad de las TIC, comercio electrónico, e-gobierno, desempeño ambiental, entre otros.
La información contenida en este documento tiene un corte a 2020; sin embargo, determinados indicadores se presentan para periodos anteriores debido a la disponibilidad de la información.
En la agropecuaria destaca el índice de producción agrícola en tercer lugar a nivel regional. En 2019, el índice de producción agrícola se ubicó en 118.3; posición número tres a nivel regional, le anteceden Colombia (133.1) y Guyana (132.3).
En cuanto al sector industrial, el boletín indica que la República Dominicana tiene ventaja comparativa mundial, es decir, se especializa en melaza, restos textiles, vendajes, instrumentos médicos, ferroaleaciones y equipo de protección de baja tensión.
Sostiene que la capacidad instalada de electricidad asciende a 5,478 (MW), puesto 12 en la región de América Latina y el Caribe (ALC). La principal fuente de generación proviene de combustible fósiles (74.2%). El 25.8% de la capacidad energética del país proviene de fuentes de energía renovables, donde la hidráulica representa el 44.2% del total, seguida por las fuentes eólicas y solares, ambas con el 26% de la capacidad instalada.
El turismo tiene mayor resiliencia frente al COVID-19 que el promedio regional. En cuanto a transporte y logística, el tiempo para exportar mercancías es menor al promedio de ALC.
En lo referente a la educación, precisa que el 62.3% de los jóvenes de 10 años no han adquirido competencia lectora. En salud, el gasto de bolsillo alcanza el 50.5%, y en la administración pública se requieren 317 horas al año para preparar, presentar y pagar los principales impuestos y contribuciones, igual al promedio regional.
La institucionalidad, medido a través del índice de Estado de derecho, reporta uno de los peores desempeños regionales, y en el mercado laboral el 70% de la población ocupada presenta desajuste educativo.
El boletín precisa que, en género, por cada ocho hombres en posiciones ministeriales hay dos mujeres. En economía digital, la República Dominicana es uno de los países con mayor desarrollo del comercio electrónico en la región; mientras que en innovación y desarrollo posee escasas publicaciones científicas sobre tecnologías estratégicas.
En cuanto al territorio, la República Dominicana es uno de los países con mayor división regional; y en medio ambiente, 7 de 11 pilares se encuentran por debajo del nivel regional.
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