Rep. Dom.- Los cuerpos de Miguel Luis Sosa Santana y Miguel Ángel Montero yacían en el pavimento frente al taller de mecánica donde laboraban, con impactos de balas y machetazos. Mientras que el cadáver de Erickson Fernando Ramírez, dueño del local, se encontraba allí dentro, con iguales signos de brutalidad. Habían sido asesinados por el raso de la Policía Nacional, Juan David Cuevas Acosta, y por su padre, Simón Cuevas Peña, mejor conocido como “El Chicharronero”.
Eran sus vecinos de al lado y tenían una rencilla desde hace 20 años por la acera del callejón que conecta la calle El Tropical, en el sector La Toronja, en Santo Domingo Este, la cual era utilizada como un parqueo por ambas partes.
El vocero de la Policía Nacional, coronel Frank Durán, informó anoche que la discusión se generó cuando Juan David llegó a su casa alrededor de la 1:00 de la tarde y encontró el vehículo marca Audi color negro, enfrente de su hogar y propiedad de los mecánicos, obstaculizando la entrada de su casa.
“Hubo una discusión entre el raso y los empleados del taller. De pronto uno de los mecánicos agarró un tubo y le dio un tubazo al agente y este reaccionó buscando una pistola. El padre del raso que estaba ahí entró a la casa y buscó un machete, y entonces, ocurrió la tragedia”, sostuvo Durán, quien confirmó que “El Chicharronero” se entregó a la justicia.
Su hijo aún no se ha entregado a las autoridades. Pero según el vocero policial, el raso está siendo buscado para que responda por los hechos.
“El papá se está tratando de comunicar con el raso para que él se entregue. El padre dice que si se logra comunicar con su hijo, él se entregará”, expresó el vocero policial.
Un menor de cuatro años de edad también resultó herido en un muslo durante la reyerta.
Ignacio Reyes, vecino de La Toronja, dijo que Erickson salvó la vida del niño cuando en medio de la balacera lo cargó y corrió con él hacia el interior del taller.