Por: Luis: Córdova
Ahora que todos los políticos dominicanos son creyentes (incluido los de la rancia izquierda), es buen momento para elevar una oración a Santo Tomás Moro, patrono de los gobernantes y políticos que celebra su día.
Pedirle, con denodada fe, que mire con piedad las almas que agónicas buscan poder por el poder mismo. Les de consuelo y conformidad para entender el tiempo y la voluntad popular.
Rogar porque la sabiduría no se agote en tecnicismo y se acompañe de humildad. Que quien dirija no se crea sabio en su propio conocimiento y que entienda que estar “enterado” no es ser “sabio”.
Implorar, al santo que nos legó su obra Utopía, que renueve el amor por el servicio y aplaque la lujuriosa pasión de ser servidos.
Ojalá nuestro políticos empiecen a rezar aun no estén frente a las cámaras, pues razones tienen para hacerlo. Así como decía su propio patrono “el hombre no puede ser separado de Dios, ni la política de la moral”.
La fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.
¡Santo Tomás Moro, mira estos políticos!
¡Te rogamos que nos escuches y nos auxilies a nosotros, los gobernados!
¡Amén!
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