Por: Editorial Semanario Católico Camino.
Los procesos electorales en nuestro país; en la mayoría de los casos han sido traumáticos. Es tarea pendiente de la democracia dominicana superar esta etapa. No podemos continuar viviendo este proceso con temor, y esperando lo peor. En otras naciones hace años que los certámenes comiciales son un ejercicio normal que no entorpece la vida ciudadana, ni crea el pánico que paraliza la economía, y frena las inversiones por el miedo de lo que pueda pasar.
Para el domingo 16 de febrero, fecha en que escogeremos alcaldes, regidores y directores de los distritos municipales se debería crear un ambiente de respeto y tolerancia, dejando atrás las diatribas el lenguaje violento entre los candidatos que solo conduce hacia el desorden , el odio y la fanatización de los seguidores de sus partidarios, trayendo como consecuencia situaciones lamentables.
Esperamos que la clase política dé un ejemplo de cordura y civismo. Que la recta final de esta campaña electoral se caracterice por la presentación de los programas de gestión a ejecutar en bien de las comunidades, y que el compromiso asumido con los votantes se haga realidad. Ya el pueblo está cansado de escuchar tantas promesas que luego se desvanecen con el tiempo.
Participemos con entusiasmo en las elecciones del próximo 16 de febrero, y que todos y todas contribuyamos a crear un ambiente de armonía y paz. Así ganará el país, y como han dicho nuestros obispos en la carta pastoral del 21 de enero “Ejercitemos el derecho al voto con pleno conocimiento de que se trata de una obligación moral y patriótica”.