Por: J. Luis Rojas
La frase coloquial “No hay peor ciego que el que no quiere ver”, está rodeada de sabiduría. Desde el ámbito popular, con ella, se pretende explicar la actitud que asumen muchas personas cuando no muestran interés o no tienen el más mínimo propósito de ver o reconocer la ocurrencia de determinados eventos, hechos y acontecimientos. En resumidas cuentas, es casi imposible pretender convencer a una persona para que vea lo que no le interesa ver. Los que se hacen los ciegos, los que no escuchan y los que se niegan a ver la verdad, son los primeros en lamentarse por los efectos negativos que provocan las crisis y conflictos.
¿En República Dominicana, cuántos dirigentes políticos, empresarios, sindicalistas, funcionarios y servidores públicos, académicos, profesionales, intelectuales, líderes religiosos, periodistas y comunicadores, son los que se niegan a ver y hablar con respecto a terminados temas, hechos y realidades? Son muchísimos los dominicanos que optan por hacerse los ciegos, sordos, mudos e indiferentes, ante múltiples realidades y situaciones que acontecen o que podrían ocurrir en cualquier momento. En este sentido, por conveniencia, miedo y conservadurismo, no logran entender y ver la verdad. Prefieren creerse sus propias mentiras y realidades de nieve.
Por lo general, las personas que se sienten cómodas, seguras y satisfechas en sus respectivas zonas de confort, prefieren cerrar sus ojos frente a realidades actuales o inminentes, partiendo de la errada creencia de que no existen eventos o situaciones que puedan afectar aspectos de su entorno y estilo de vida. Cuando las crisis de indoles sociales, políticas y económicas explotan, ningún sector está exento de los efectos que pudiesen derivarse de ellas. Nunca ha sido una buena decisión creerse sus propias mentiras, obviando la realidad de los hechos.
Los conservadores e indiferentes temen a la verdad. Ellos, casi siempre, se niegan a escuchar a los que tienen el coraje de advertirles acerca de su irracional comportamiento humano y social. “Cuando una persona no quiere ver las cosas que tiene enfrente, ni toda la evidencia ni los argumentos más racionales la convencerán de abrir los ojos”. (Marisela Salazar, 2021). No querer ver los efectos actuales e inminentes que pudiesen desencadenarse de situaciones, eventos y realidades latentes en la sociedad dominicana, es negarse a abrir los ojos para ver la verdad.
La mayoría de los políticos, empresarios, sindicalistas, académicos, profesionales, intelectuales, periodistas, comunicadores y líderes religiosos dominicanos, prefiriere colocarse una venda en sus ojos para no ver y afrontar los efectos que pudiesen derivarse de la realidad actual y futura, pretendiendo erradamente no poner en peligro su zona de confort. En la actualidad, existen en República Dominicana situaciones, temas y eventos que pudiesen provocar movilizaciones sociales, crisis y conflictos sin precedentes.
Por ejemplo, no querer ver la crisis que rodea el Sistema Dominicano de Seguridad Social actual, es una evidencia fehaciente de que los políticos, empresarios, sindicalistas, intelectuales, profesionales, periodistas, comunicadores, funcionarios y servidores públicos, prefieren hacerse los ciegos, sordos, mudos e indiferentes, ante un realidad similar a las que dieron origen a los movimientos sociales Marcha Verde y del 4 % para educación. Sin duda alguna, la seguridad social digna será el próximo movimiento social dominicano. Los que dirigen, regulan y administran la seguridad social dominicana tienen la posibilidad de evitar lo que ha acontecido en Chile.
“No hay peor ciego que el que no quiere ver”. Los líderes de las organizaciones políticas, los dirigentes de las centrales sindicales, los miembros del Consejo Nacional de Seguridad Social, los incumbentes de las Superintendencias de Pensiones (SIPEN) y la de Salud y Riesgos laborales (SISALRIL), así como los directivos y ejecutivos de las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) y de Riesgos de Salud (ARS), no deberían continuar haciéndose los ciegos, sordos, mudos e indiferentes, frente a los reclamos que vienen realizando el Colegio Médico Dominicano, la Coalición por la Seguridad Social Digna, el Movimiento por las Pensiones de los Servidores Públicos (MOPESEP), la Dirección de Información y Defensa de los Afiliados a la Seguridad Social (DIDA), entre otras entidades sociales y profesionales.
La aguda miopía y terquedad que rodean a los políticos, empresarios, sindicalistas, directivos, funcionarios públicos y a ejecutivos de las Asociaciones Dominicanas de Administradoras de Fondos de Pensiones (ADAFP) y de Riesgos de Salud (ADARS), están contribuyendo a que la seguridad social justa, humana y digna, se convierta en Marcha Verde y en 4 % para la educación. ¿Qué esperan los miembros del Consejo Nacional de Seguridad Social (CNSS) para dar respuesta satisfactoria a la instancia número 00199, enviada por la Directora General de la DIDA, Carolina Serrata Méndez, el 29 de agosto de 2022, al Ministro de Trabajo y Presidente del CNSS, Luis Miguel De Camps García?
En pocas palabras, “No hay peor ciego que el que no quiere ver”. ´¿Por qué los miembros de la Comisión Bilateral del Congreso Nacional, así como los integrantes del Consejo Económico y Social (CES), dan tantas vueltas para reformar la Ley 87-01, y tomar en cuenta las oportunas propuestas que ha hecho al respecto la Coalición por una Seguridad Social Digna? Los ciudadanos dominicanos desean que Luis Abinader Corona, Leonel Antonio Fernández Reyna y Abel Martínez Durán, expliquen cómo piensan dignificar el Sistema Dominicano de Seguridad Social (SDSS) actual. Entiéndase, que no tengan miedo hablar sobre el tema en cuestión, como lo ha hecho el presidente de Alianza País, doctor Guillermo Antonio Moreno García.
El artículo 60 de la Constitución establece que todos los dominicanos tienen derecho a la seguridad social. Los miembros del Consejo Nacional de Seguridad Social no pueden continuar haciendo los ciegos, sordos y mudos, frente a los reclamos que hace tiempo vienen realizando los servidores públicos con derechos adquiridos en la Ley 379-81, así como en los artículos 35, 38 y 39 de la Ley 87-01. Los ciudadanos que desde el 2003 son servidores públicos, tienen derecho a recibir una pensión digna del Estado dominicano, sin importar la edad que estuviesen cuando inició el actual sistema de seguridad social. Hay que sugerirles a los tutumpotes del CNSS que interpreten y apliquen con justicia, objetividad y equidad, cada una de las disposiciones establecidas en las leyes 379-81 y 87-01.