Por: J Luis Rojas
En términos llanos, podría decirse que la comunicación pública gubernamental (CPG) es un proceso sistémico, participativo, estratégico, mediático y operativo, que comprende políticas, ejes, objetivos, estrategias, actividades, medios y otros recursos tangibles e intangibles, tendentes a establecer comprensión, colaboración y relaciones ganar/ganar entre gobierno y sociedad. Consiste, además, en elaborar y difundir mensajes preventivos y correctivos, los cuales se planifican, ejecutan y controlan antes, durante y después de la toma de decisiones relacionadas con eventos, situaciones, temas, crisis, conflictos y asuntos públicos de interés general.
En resumidas cuentas, la comunicación pública gubernamental (CPG) es un factor clave para construir gobernanza próspera y llevar a caobo una gestión pública participativa y sustentable. En este sentido, entre los atributos más relevantes de esta modalidad comunicacional, se resaltan los siguientes: credibilidad, creatividad, ética, objetividad, sentido de oportunidad, interactividad, participación, institucionalidad, transparencia, coordinación y seguimiento continuo. La comunicación pública gubernamental contribuye a crear relaciones colaborativas entre gobernantes y gobernados, en la medida que ésta sea gestionada más desde lo estratégico que lo mediático.
En la realidad actual, ningún gobierno auténticamente democrático podría alcanzar logros significativos, al margen de estrategias y actividades creíbles de comunicación. Igual que en los demás tipos de comunicación, los mensajes de la pública gubernamental tienen consecuencias en: la toma de decisiones de los ciudadanos, calidad de las relaciones gobierno-sociedad, el clima de gobernanza, la efectividad de la gestión pública, los intangibles del gobierno (reputación, credibilidad, confianza, permiso social, capital relacional, imagen pública, etc.), así como en los niveles de aceptación y rechazo de las
decisiones y ejecutorias gubernamentales.
Sin duda alguna, la buena o mala gestión de la comunicación pública gubernamental puede llegar a diferenciar, distinguir y posicionar la ejecutoria de un gobierno con relación a otro. Son muchos y variados los motivos por los que suelen fallar las estrategias y actividades de la comunicación pública gubernamental (CPG). Por ejemplo:
- No concebir la CPG desde la mirada sistémica.
- No disponer de una estructura estratégica, que coordine, supervise y cohesione la comunicación dentro y fuera de las agencias públicas.
- Elaborar y difundir mensajes para desviar la atención de los ciudadanos, con respecto a los problemas importantes.
- Considerar a los ciudadanos como criaturas estúpidas de poca edad.
- Encomendar la gestión de la CPG a personas sin competencias, habilidades y experiencia.
- Asumir que lo dicho por el gobierno es lo real, lo justo y lo conveniente para todos.
- Pretender convencer y persuadir a los ciudadanos con informaciones falsas.
- Difundir mensajes a la opinión pública, cuyos contenidos no se corresponden con la realidad, hechos y situaciones a los que se aluden.
- Emplear la CPG para ocultar resultados derivados de malas prácticas gubernamentales.
- No segmentar y creer que las audiencias son homogéneas.
- Saturar los medios con informaciones que no construyen relaciones confiables.
- Disfrazar la comunicación proselitista-personal de pública-institucional.
- Considerar que el lenguaje, los objetivos, los mensajes y los medios de la comunicación pública gubernamental, son iguales a los del marketing político/proselitista.
- Sustentar los mensajes de la CPG en el bulto, allante y movimiento de los ministros y directores generales de las entidades gubernamentales.
- Llegarse a creer que la comunicación pública puede emplearse como plataforma mediática para visibilizar atributos personales y alcanzar propósitos políticos proselitistas.
Existen evidencias fehacientes de que cuando los ciudadanos perciben que los contenidos de los mensajes que acompañan a la CPG, son coherentes, consistentes y creíbles, entonces se producen los siguientes efectos positivos: se crean y mantienen percepciones positivas, se generan sentimientos de apoyo a la fuente que emite los mensajes, surgen opiniones favorables, la credibilidad y reputación se fortalecen, la imagen pública se consolida, los ciudadanos valoran, apoyan y reconocen la transparencia y objetividad de la información ofrecida. Además, se produce mejor apoyo a las decisiones y actuaciones gubernamentales, se construyen relaciones de puente, duraderas y confiables entre gobierno y sociedad.
Múltiples son los factores que inciden para que un determinado gobierno logre una buena administración de los recursos públicos de un país. Uno de ellos es diseñar, ejecutar y controlar políticas, objetivos, estrategias y actividades de comunicación, que ayuden a construir relaciones sanas y confiables entre gobierno y sociedad, así como dar a conocer a los ciudadanos, las decisiones, iniciativas, medidas, acciones, proyectos, planes y programas gubernamentales. La CPG construye sinergia positiva entre los intereses de los gobernantes y la sociedad civil.
Para que la comunicación pública gubernamental sea un factor de alto valor agregado para la buena gobernanza, la gestión pública efectiva y las relaciones gobierno-sociedad, es imprescindible que cada agencia gubernamental realice una gestion inteligente y coordinada de sus acciones internas y externas comunicativas, siempre alineadas a las políticas, ejes, objetivos y estrategias que se elaboran y trazan desde una estructura orgánica comunicacional superior. Por ejemplo, la Dirección de Estrategia y Comunicación Gubernamental (DIECOM).
Los ciudadanos perciben cuando un gobierno es competente o incompetente gestionando su comunicación pública. Para ello, basta observar la poca coherencia, consistencia, creatividad, credibilidad y pertinencia, a partir de las cuales las estructuras comunicacionales de los ministerios, direcciones generales y los organismos especiales gubernamentales, elaboran y visibilizan sus respectivos relatos internos y externos. En estos esfuerzos continuos, subyacen aspectos como la dispersión, propósitos proselitistas personales, dispendio de dinero público y exaltación de la megalomanía.
Uno de los pecados capitales de la comunicación pública gubernamental es la ausencia de un talento humano con las competencias, habilidades y experiencias necesarias para elaborar, operativizar y controlar políticas de comunicación pública gubernamental, que acompañen en todo momento, lugar y circunstancia las decisiones y actuaciones del gobierno. “Para los gobiernos, sus departamentos de comunicación son importantes, ya que al interior de estos es donde deben generarse las ideas, tomarse las decisiones comunicativas, dárseles tratamiento a los mensajes, sostener posturas ciudadanas y oficiales, incluso en momentos de crisis…”(Zazil Chagoya, 2014).
En la mayoría de los países latinoamericanos, la comunicación pública gubernamental no se planifica, gestiona y controla como proceso estratégico y sistémico, con altas posibilidades de mejorar la gobernanza, la gestión pública y las relaciones gobierno-sociedad. En este orden, para los Estados democráticos es casi imposible lograr gobernanza sustentable, empoderamiento ciudadano y armonía entre gobernantes y gobernados, al margen de estrategias y actividades creíbles, oportunas y creativas de comunicación gubernamental.
En síntesis, para lograr que la comunicación pública gubernamental (CPG) sea un factor de alto valor agregado a la gobernanza, a la gestión pública y a las relaciones entre gobierno y sociedad, es imprescindible que la misma sea gestionada desde la lógica de gabinete. Entiéndase: una estructura orgánica superior, integrada por profesionales del área, que diseñe, dirija y controle las políticas, estrategias y actividades que habrán de aplicarse dentro y fuera de las agencias gubernamentales.
¿Por qué los líderes de las instituciones de educación superior de República Dominicana no se interesan en diseñar y ofertar programas de capacitación, que contribuyan a desarrollar las competencias y habilidades del talento humano que se requiere para gestionar estratégica y profesionalmente la comunicación pública gubernamental, como plataforma viable y posible para facilitar la gobernanza, la transparencia en la gestión pública y relaciones productivas entre gobernantes y gobernados? El ámbito gubernamental es igual de importante como el corporativo.
La efectividad de la comunción pública gubernamental, siempre dependerá de la profesionalidad que acompañe al talento humano responsable de planificar, ejecutar y controlar los contenidos de ella. Es decir, algo similar a lo que sucede con la calidad del sonido musical que logran producir los buenos directores de las orquestas sinfónicas. Es innegable, la gestión de la comunicación pública gubernamental es un medio idóneo para evitar poner en alto riesgo la calidad y el buen desempeño de la gobernanza democrática de un país.