Por: José Herrera
De no realizarse una reforma fiscal significativa, la República Dominicana no tiene posibilidad alguna de seguir el camino del progreso y el crecimiento económico.
Hay varias razones que hacen urgente que esta reforma se lleve a cabo en el menor tiempo posible. En primer lugar hemos tenido déficit fiscal en casi la totalidad de los años de este siglo. Y esta situación se debe a la baja presión tributaria que tenemos, de sólo un 13.9%, mientras el promedio de America Latina es de más o menos de un 25%, en ese aspectos el país está en penúltimo lugar de todos los países del continente.
Debemos recordar que para enfrentar el déficit presupuestario en los últimos años, la única salida ha sido el endeudamiento público.
Esto ha traído como resultado que la deuda pública de la República Dominicana está en el momento actual en un 56% del PIB.
Hay otra razón muy importante que urge la realización de la reforma fiscal a la que hacemos referencia y es la catastrófica situación que tenemos con el monto de los certificados del Banco Central que de 107,000 millones de pesos en que estaba en el año 2004, se ha incrementado a 700,000 millones de pesos en el momento actual. Por tal motivo en este año se pronostica que el déficit cuasi fiscal (los intereses que se pagan por los certificados) será de más de 60,000 millones de pesos, es decir, una tragedia nacional.
Pero la esperanza que tenemos es el planteamiento del presidente electo al afirmar que la reforma fiscal será una prioridad en su gestión. Sin esa reforma no hay posibilidad de reducir el déficit cuasi fiscal y tampoco ponerle un stop al incremento de la deuda pública,