“Mucha gente está de acuerdo conmigo. Nuestro país no está diseñado para cerrar”, dijo Trump a la cadena Fox News. “Puedes destruir un país de esta manera, cerrándolo”, aseguró el mandatario.
“Me encantaría tener el país abierto y con muchas ganas de que sea para Pascua”, dijo Trump. La Pascua se celebra el 12 de abril, dentro de 19 días.
Gran parte de los estados y alcaldes del país han decretado medidas de distanciamiento social y cuarentena que afectan a cerca de la mitad de la población y han casi paralizado la economía.
La campaña presidencial para los comicios de noviembre ha sido otra víctima significativa de la cuarentena. Los mitines han sido anulados.
Médicos y expertos en salud aseguran que las medidas que restringen los movimientos de la población son esenciales para impedir que el contagioso virus se multiplique de forma incontrolable.
Trump llamó a un periodo de 15 días de observación, que culmina a inicios de la semana próxima.
Pero aclaró que cree que la respuesta ha sido exagerada. “Perdemos miles y miles de personas al año por la gripe. No cerramos el país” por eso, dijo.
“Perdemos mucho más que eso en accidentes de automóvil. No llamamos a los fabricantes de coches para decirles ‘dejen de fabricar'”, afirmó.
El derrumbe de la actividad y las alertas de una recesión o incluso una depresión son un revés brutal para una economía que hasta la crisis gozaba de buena salud, con la tasa de desempleo en un mínimo récord.
Líderes legislativos dijeron el martes que se acercan a la aprobación de un paquete de estímulo económico de casi 2 billones de dólares para comercios, hospitales y estadounidenses de a pie afectados por el aislamiento.
Republicanos y demócratas negocian el texto hace días pero la noticia de que un acuerdo está cerca disparó al alza las acciones en Wall Street, que cerró en 11,37%, su mayor alza desde 1933.
Esta sería la mayor inyección de dinero en la economía de la historia, superando de lejos al rescate de 2008, cuando la crisis financiera mundial golpeó la economía estadounidense.
– “Tren bala” –
Más de 600 personas han muerto en Estados Unidos por el coronavirus, que cuenta con más de 50.000 casos confirmados, según un mapa mundial actualizado por la Universidad Johns Hopkins.
Estados Unidos es el país con más casos a nivel mundial, por detrás de China e Italia.
En contraste con el optimismo de Trump, el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, advirtió el martes que en su estado los nuevos casos se están duplicando cada tres días y alcanzando “cifras astronómicas”.
El estado ya tiene más de 25.000 casos, incluidos casi 15.000 en la ciudad de Nueva York, epicentro de la pandemia en el país.
Cuomo estimó que Nueva York llegará al ápice de la crisis en 14 a 21 días, por lo cual es imperativo conseguir más camas de hospital, máscaras, respiradores y personal médico lo antes posible.
El estado solo tiene actualmente unos 10.000 respiradores y precisa 30.000 más, dijo un desesperado Cuomo, pidiendo ayuda al gobierno federal. Nueva York cuenta con 53.000 camas de hospital, pero precisa 140.000.
– ¿Qué es primero, economía o salud? –
Con su campaña electoral en suspenso, Trump busca una salida a la calamidad del coronavirus que le permita ser reelecto en noviembre.
Uno de sus mayores orgullos, antes del brote del virus, era la fortaleza de la economía.
“No podemos perder a Boeing. No podemos perder a algunas de estas empresas”, dijo Trump en el programa de Fox, desde la Casa Blanca. “Si perdemos estas compañías, estamos hablando de cientos de miles de empleos, millones de empleos”.
Sin embargo, su insistencia de una rápida reactivación de la economía conlleva el riesgo de que algunos crean que prioriza la riqueza sobre la supervivencia de los enfermos, sobre todo de aquellos más ancianos, los más vulnerables.
El vicegobernador de Texas, Dan Patrick, concuerda con Trump. “Volvamos a trabajar”, dijo en una entrevista en Fox News. Según Patrick, que cumplirá 70 en una semana, los adultos de esa edad o mas podrán cuidarse por sí mismos. “No sacrifiquen el país”, pidió.
“Mi madre no es sacrificable”, sostuvo Cuomo, a quien sus conferencias de prensa diarias han convertido en un líder nacional en tiempos de crisis.
A pesar de las críticas sobre su manejo errático de la pandemia, Trump sigue teniendo cifras sólidas en los sondeos. En la última encuesta de Monmouth, 50% aprobó su manejo de la crisis, contra 45% que no lo aprueba.