Opinión

Un espaldarazo a la Junta Central Electoral

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Rafael A. Escotto

Por: Rafael A.Escotto.

La Junta Central Electoral (JCE) fue sorprendida y puesta contra la pared con los brazos levantados, como aquellos asaltos espectaculares perpetrados por la pareja criminal estadounidense conocida como Bonnie y Clayde, cuyas hazañas fueron llevadas al cine en 1967, en una película dirigida por Arthur Penn y protagonizada por Warren Beatty y Faye Dunaway en los papeles principales.

Este nuevo asalto electrónico a los equipos de la JCE pasará a la historia de los crímenes cibernéticos más sensacionales de la América Latina, tanto por su misteriosa trama, por el genio de los actores principales y secundarios que protagonizaron la irrupción en el sistema electrónico de los equipos, como por la refinación de los ejecutantes y el método utilizado.

Nadie, ni los servicios de inteligencia del Estado que pueden detectar una trama de alguna magnitud política ni mucho menos el partido en el poder pudieron notar en las diferentes protestas o manifestaciones que esporádicamente se realizaron frente al senado de la República, unas, en el parque la Lira de la capital, otras, en la que participaron políticos a quienes no se le conocían actuaciones agresivas ni desaforadas. Estos descontentos públicos no eran más ni menos que calentamientos para lo que se está viviendo en estos instantes con las protestas organizadas a nivel nacional por una mente que lo único que le preocupa es la presidencia de la República para satisfacer su ego.

Tampoco le fue posible a la JCE advertir la conjura electrónica, en razón a que los actores secundarios estaban fuera de la institución y quienes enseñaban sus caras eran delegados políticos de los que no se esperaba que actuarían tan disimuladamente para encubrir a los exfuncionarios de primera línea de la anterior JCE, quienes quizá prepararon el mapa para el asalto a los equipos.

Lo peor de este horrendo acontecimiento fue que llevaron al pleno de la Junta a aceptar que los equipos comprados por Roberto Rosario eran buenos y que no necesitaban una revisión técnica. Al parecer ya el montaje facineroso estaba cabalgando ligero en el vientre de los aparatos electrónicos de votación.

El acto fue una invasión sigilosa, astuta que le era casi imposible al pleno de la Junta o a sus técnicos imaginar que se llevaría a cabo una agresión contra el sistema de votación de la magnitud de lo que se ha revelado posteriormente, se descubrió por accidente y no por otro medio, como hubiese sido que alguien dentro de la Junta hubiese olfateado alguna anomalía temprana y diera la voz de alarma. Además en la Junta de Castaño Guzmán, que se sepa, no trabajan indígenas que pudieron haber enviado a tiempo señales de humo.

¡Nada de eso ni de aquello sucedió! Al parecer el plan fue tan hermético que posiblemente solo era conocido por su ideólogos políticos principales, por gente que habían estado anteriormente en posiciones de gerencia dentro de la JCE y otros técnicos que desde afuera alguien de confianza le facilitó la logística y persona con una alta capacidad en el manejo de equipos de esta y de otranaturaleza electrónica hizo el trabajo.

Fijémonos si podría ser así que inmediatamente fue abortado o descubierta la «anomalía» en el sistema de votación los organizadores de la trama pusieron en movimiento el plan dos, o sea, activar acciones de insubordinación popular masivas culpando al Gobierno y a los miembros de la Junta, sobre todo, contra el Dr. Julio César Castaño Guzmán, del llamado «desorden» que dio pie a la suspensión de las elecciones municipales. La seriedad y la moral del presidente de la Junta no resistiría la menor duda, tampoco el licenciado Roberto Saladín.

Para evitar con tiempo que las sospechas apuntaran hacia los principales partidos de oposición —PRMy FDP y partidos aliados— el expresidente Fernández, el principal interesado en provocar un desorden que afectara el proceso comicial municipal, se dirige al país a través de una cadena de radio y televisión. En su alocución acusa sin pruebas al Gobierno de estar supuestamente detrás del sabotaje de los equipos.

Leonel Fernández logra inteligentemente penetrar el centro de pensamiento estratégico del PRM y persuade habilidosamente, por el peso político que tiene un expresidente de la República, a que sea Carolina Mejía y no otro la candidata a alcalde del Distrito Nacional, con lo que neutraliza al expresidente Hipólito Mejía a no tomar parte a favor de Danilo Medina en un eventual tranque electoral o en contra de un pedimento hecho público pidiendo a gritos la renuncia de Castaño Guzmán, para lo que se utilizaron grupos de presión de la llamada sociedad civil y otros sectores compuestos por reconocidos oportunista o aventureros de la política.

En el caso que no surtiera efecto una renuncia del presidente de la JCE la oposición contaba con la OEA y la ONU para que estos organismos regionales y supraregionales sugirieran la creacion de una Junta temporal que llamase a nuevas elecciones en caso de una renuncia del presidente Danilo Medina —que se esperaba por las presiones que le impondría la OEA—, lo que le daría a Leonel Fernández la oportunidad que su esposa, la actual vicepresidenta Margarita Cedeño de Fernández, convertirse en presidenta provisional del país y le llamarían en lo adelante La pacificadora.

Todas las expresiones de Margarita después que su esposo dejara el PLD se hizo posiblemente para dar la impresión que al no seguir a su esposo estaba protegiendo su supuesto liderato.
En verdad lo que se podría deducir de esta fenomenal estrategia política entre esposos seria lo que aconteció en la Inglaterra de 1533 cuando Catalina de Aragón se casó con el rey Enrique VIII, hermano de Arturo, para conservar la alianza entre Inglaterra y España.

Al parecer la estrategia de Leonel Fernández de crear un vacío electoral va tomando cuerpo y, al mismo tiempo, ha matado dos posibles candidatos a presidente de la República con un solo tiro —a Luis Abinader y a Hipólito Mejía—.

Luis Abinader acabó sin ninguna posibilidad frente a Leonel de postularse a la presidencia, tal como lo planificó desde un principio el hijo de doña Yolanda Reyna Romero.

En toda esta macabra maniobra política Leonel cuenta con la «imparcialidad» de la OEA y de la ONU. Pero para poder conseguir la renuncia del presidente Medina, cual es su principal objetivo político, el expresidente del PLD necesita crear un sentimiento nacional generalizado en contra de los actuales miembros de la JCE y para ello trae el estribillo: ¡que se vayan ya!

Otra cosa, Leonel sabe que el presidente Danilo Medina, por venir de la izquierda que sufrió persecuciones, no va a reprimir al pueblo enviando tropas militares a las calles, por eso le provoca para ver si le irrita y se sale de tono. Al mismo tiempo, el presidente conoce que Leonel tiene problemas de depresión como Lincoln y de ansiedad como el naturalista inglés y autor del libro sobre la Evolución de las especies, Charles Darwin, y necesita de esos momentos estelares que lo saquen de esos encerramiento momentáneo a los que le conduce la depresion.

Ahora bien, según se vaya desnudando la conspiración que dio lugar a la suspensión de los comicios municipales, todas estas malvadas urdimbres política que amenaza con desestabilizar el régimen de derecho existente se irá desinflando y el país buscará su natural reorientación por la vía más democrática posible sin la intervención de la OEA o con ella, sin embargo, las consecuencias no serían igual a la receta que le aplicó la OEA, desgraciadamente, a Bolivia, a Argentina, a Chile o a Perú. Olvidaba mencionar que existe la sospecha de que algunos empresarios del sector eléctrico pudieran estar respaldando de forma oculta un proyecto político presidencial con Leonel Fernández a la cabeza, sin Luis Abinader, buscando las mismas ventajas de las cuales gozaron durante los gobiernos del hoy presidente de la Fuerza del Pueblo.

Existe la otra presunción y es que una parte del pueblo que está apoyando los movimientos de renuncia de los miembros de la Junta ni siquiera sepa el trompo que se está embrollando en su contra y luego que se consiga poner en ejecución lo que le da razón y justificación a las protestas de los partidos de oposición, la sociedad civil, algunos medios de comunicación controlados por una parte de la oligarquía económica, se darán cuenta un poco tarde de lo que realmente se trataba.

Ahora bien, habría que ver si los dominicanos juiciosos estarían finalmente a favor de regresar a vivir bajo un régimen que tantos recelos e intranquilidades espirituales creó en el seno de la sociedad. Me resisto a creer que el pueblo dominicano este compuesto de personas sádicas.

Pensamos que el objetivo oculto en la mente de los administradores de las protestas y de quienes efectivamente podrían también estar en el asunto de los equipos de votación que motivó la suspensión de las elecciones municipales saldrán a la luz pública cuando las circunstancias exijan sus presencias dándole cuenta al país de sus fechorías políticas en contra de la paz y la seguridad nacional.

Para evitar en lo posible lo que luego produciría un tremendo dolor de cabeza a la ciudadanía, inclusive a quienes están hoy haciéndole el juego a un grupo que está actuando secretamente y que en 1882 en Andalucía, España se le llamó «La mano negra» que estuvo integrado por anarquistas.

La actual Junta y sus miembros precisan que se le dé respaldo porque tomó una decisión salvadora del proceso electoral y de la democracia; además, la institución electoral fue estremecida por el grado de efectividad del sabotaje del sistema de votación y no ha salido todavia del espanto.

El país debe darle un espaldarazo a la actual Junta Central Electoral, toda vez a que se comprobará en poco tiempo que la institución fue sorprendida por unos políticos parecidos a aquellas fechorías de la pareja de Bonnie y Clayde que viajaba con su pandilla durante la gran depresión que se vivió en los Estados Unidos en 1934.

Finalmente debo decir: ¡Dios libre a este pueblo que vuelva a gobernar un profanador de hostias, como cuando Fouché fue nombrado ministro que estremeció a París como si el nombramiento hubiese sido un tiro de cañón.

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